REBELDES: La Historia de los Salvajes

SHADOWS DIE

"Los Rebeldes claman que su nuevo mundo de valientes está por encima del nuestro. Pero no os dejéis engañar por la sofística con la que definen su demanda. Es falsa, y su sublevación no tendrá éxito.

Pondréis vuestra confianza en F.E.A.R.

Debéis hacerlo." 

***

 Su mundo se empieza a quebrar.

Era lo que solía pensar yo a todas horas.

Mensajes como éste eran transmitidos cada vez con más frecuencia en todos los medios de comunicación. ¿Por qué? Fácil es la respuesta: porque los Rebeldes habían hecho una vez más una llamada de atención.

La definitiva.

Una tarde como otra cualquiera, sin previo aviso, lograron hackear la señal que F.E.A.R. emitía para sus televisores, exactamente igual a como lo hicieron durante los Años Nuevos.

Andy me comentó de forma apresurada que Jake resultó ser todo un experto en el tema tecnológico. Fueron él y otros dos Salvajes de la Legión Negra los que llevaron a cabo el corte de la vez anterior. Así que sí, tenían un friki después de todo.

Aquel día, las pantallas volvieron a silenciarse de forma inesperada, entrecortando la imagen de los anuncios que estaban en antena. La señal era muy pobre, pero pudimos ver algunos de sus rostros con cierta claridad, como sombras borrosas.

Por desgracia (tal vez por suerte), Andy no se encontraba allí presente en aquel momento. O al menos, no lo reconocí.

Creo que el que habló fue el tal Jake, ya que no dejaba de reajustar cables y otros bártulos para mantener la señal a su disposición.

El caso es que avisaron de que su plan final ya estaba en marcha; su última estrategia preparada. Era el momento de que la gente se adueñara de sus propias mentes y se rebelase en contra de F.E.A.R. antes de que pudieran lamentarlo.

Que no había por qué seguir sintiendo miedo.

No les dio tiempo a decir nada más antes de que los aludidos recobrasen la señal e hiciesen como si nada hubiese pasado, pero la verdad es que la gente se quedó bastante atemorizada.

Desde entonces, en la ciudad sólo se respiraba un ambiente de insonoro pánico; ya nadie solía salir de casa después del anochecer. Pero eso es otra historia que ya detallaré más tarde.

Debo decir que por aquel entonces ya habíamos entrado en el quinto año. O al menos eso es lo que decía los locos que intentaban contar el tiempo.

¿Por qué expresaron los Rebeldes que su plan ya estaba finalmente en marcha? Sencillo; porque Andy era el nuevo miembro del grupo, el Profeta.

Según me narró en la mejor de sus cartas, ocurrió más o menos de esta manera:

Pasaron semanas y semanas, en las cuales Andy aprendió toda la mecánica del grupo.

Lo que más le entusiasmó fue el instruirse en el arte de la pelea, aunque muchas veces acabase exhausto y tremendamente dolorido, con moratones que pasaron a ser sus viejos compañeros de viaje. Pero luego aseguraba que valía la pena, que cada vez se sentía más seguro de sí mismo y de sus aptitudes, que su vida estaba más llena. Y eso le gustaba.

También llevó a cabo varias expediciones a lo largo del Desierto, en el cual ya no le resultaba tan fácil perderse si uno conocía los trucos apropiados. Para guiarse, los Salvajes habían colocado estratégicamente señales secretas a lo largo y ancho de su superficie, y era capaz de llegar a la ciudad en tres horas más o menos.