REBELDES: La Historia de los Salvajes

DONE FOR YOU

"Welcome home,

Home tonight"

***

El cielo estaba completamente estrellado, como si la ciudad se reflejase sobre la superficie de un apacible lago anclado en el cielo.

Soplaba un constante viento frío, por lo que estaba embutida en mi chaqueta de imitación cuero como buenamente podía, con la solapa levantada y un fino fular atado al cuello.

Mis padres aún no sabían que había vuelto a casa, estaban dormidos como troncos cuando me asomé por la ventana de su dormitorio. Así que decidí aprovechar un poco aquella ocasión antes de empezar a explicarles cosas y prometerles que no volvería  hacer algo como lo que sucedió aquella noche.

Aunque, a menos que esos cabrones  de F.E.A.R. apareciesen de nuevo, dudo que tuviese motivos para hacerlo.

Estaba sentada sobre el tejado de mi casa, con las redondas tejas grisáceas clavándoseme en el trasero. Pero me daba igual, era una noche hermosa y digna de contemplar, en muchos sentidos. Me gustaba sentir la esencia de la oscuridad sobre mi piel y respirar el frío puro. Me hacía sentir viva.

Dentro de mí aún quedaban restos de adrenalina, las pulsaciones de mi corazón eran tan profusas que una parte de mi mente pensaba que me estaba dando un ataque al corazón. 

De fondo, se podían escuchar los vitoreos y la música de la gente que aún continuaba celebrando la entrada de esta nueva década. Yo ya me había divertido lo suficiente. Me apetecía estar sola un rato, recapacitando todo por lo que habíamos pasado en tan poco tiempo. En apenas cinco años, mi mente había dado un giro de tuerca increíble. Ya no veía el mundo igual. Y dudaba que volviese a verlo de la misma manera nunca más.

Había descubierto partes de mí misma que hasta el momento habían permanecido latentes. Había despertado una fuerza que comenzaba a tomar el control de mi cuerpo. Y yo no me iba a resistir.

Por primera vez en mucho tiempo, me sentía en mí. Como la persona que siempre había deseado y nunca podido ser.

Aunque lo mejor de todo, era saber que aún quedaba toda una nueva perspectiva de mí misma por descubrir.

Mientras observaba el firmamento, uniendo los puntos de las estrellas y creando figuras aleatorias, noté cómo una bola pequeña de papel se estampaba contra mi mejilla. Parpadeé atónita repetidamente, para luego dirigir mi vista hacia el misterioso proyectil.

Alargué el brazo para recogerlo y lo desdoblé:

"Mira a tu izquierda" ponía en letras vastas y corridas, como si la tinta fuese demasiado espesa para escribir con claridad.

Confusa, giré lentamente la cabeza en esa dirección, y de pronto, noté cómo algo húmedo me apretaba la mejilla por el lado contrario.

-         Toma, te devuelvo el beso.

-         ¡Andy! –Grité al instante, lanzándome a su cuello.

Le apreté tan fuertemente que casi lo ahogo de la emoción, pero él me correspondió con un abrazo igual de asfixiante. Nos balanceamos de un lado al otro durante un buen rato. Era el primer contacto que teníamos en dos largos años.

Permanecimos enlazados durante un buen rato sin decir ni una palabra. Tratando de recordar cada sensación, cada olor. El corazón rebotando en el pecho del otro. Recuperando el tiempo perdido.

Acostumbrados a vernos todos los días, aquello había sido mucho tiempo.

Demasiado.

***