LOST IT ALL

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"I believe

That we all fall down

Sometimes"

***

La noche había caído, cubriendo la tierra con su espeso mantón de luto.

Pero no era lo único. 

El campamento ahora no era más que cenizos restos de los restos. Apenas se habían salvado algunos trozos de tela y algo de chatarra del incendio. Casi todas las cabañas ahora no eran más que montículos negruzcos de ceniza, inservibles.

Pero, por una vez, eso fue lo que menos importaba.

El espíritu de la Legión se había quebrado como una fina rama reseca. Y eso que habían logrado derrotar a todos los Entes, frustrar el plan de F.E.A.R. y mantener con vida a la Legión Negra. A lo que quedaba de ella. 

Por una parte, deberían sentirse orgullosos. Pero no podían. No mientras sus pechos estuviesen entumecidos de aquella manera. No mientras delante de ellos, en un pedestal ardiente de madera, estuviese el cuerpo inerte de Eve, incinerándose al rojo vivo junto con el resto de los Salvajes que habían dado su vida al Desierto.

Echo aseguró que había que deshacerse del cuerpo para liberar al espíritu condenado que albergaba dentro, y que así éste pudiese descansar en paz para toda la eternidad. Nadie opuso resistencia a ello. Nadie en realidad habló gran cosa. 

Todos los Salvajes se encontraban reunidos a su entorno, contemplando cómo su cuerpo se desvanecía entre las fugaces llamas anaranjadas.

Y con ellas, su última esperanza.

Nadie dijo nada en toda la noche. Solamente alzaron algunos cascotes y extendieron sobre la arena mantas medio chamuscadas sobre las que poder dormir un rato. Algunos se ofrecieron a recostarse encima de simples tablones de madera, otros directamente sobre la arena.

Andy no pudo pegar ojo. Ni él, ni ninguno de los Rebeldes.

Estaban decepcionados consigo mismos, habían malgastado en vano todos sus esfuerzos. Todo por intentar completar una misión que no les había servido de nada. Y todo ello por un estúpido error que la emoción del momento no les había dejado contemplar

¿Entonces qué? ¿Cuál era el plan B? ¿Había uno siquiera?. Los Años Nuevos estaban a la vuelta de la esquina, y aún no sabían cómo acabar con F.E.A.R. No sabían qué hacer. Estaban perdidos.

Estaban jodidos.

En esta misma carta, la última que recibí después de tanto tiempo, Andy aseguraba que en aquel momento estuvo a punto de rendirse, pensando que tal vez era lo mejor. Echarse hacia atrás, olvidarlo todo. Todo sería entonces mucho más fácil. Su cuerpo, decía, sentí cómo su corazón se empezaba a debilitar. Que en cualquier momento algo dentro de él explotaría, poniendo fin a todo. No había nada malo en darse por aludido. Al menos lo había intentado...

Yo no creí las palabras que vi escritas, que me hicieron casi llorar. Era imposible que mi hermano pensase algo así. ¿Él? ¡Jamás! ¡Era la persona más fuerte que jamás había conocido! Siempre era yo la que se acababa desmoronando por tonterías, y él quien siempre me ayudaba a alzarme sobre mis pies de nuevo. Él siempre había sido el que tiraba del carro hacia adelante, sin importar lo que pasara. Por eso lo admiraba tanto. Pero parecía que lo había olvidado.

Por suerte, Juliet apareció de forma sutil a sus espaldas: 

-         Hey... -murmuró suavemente, procurando no sobresaltarlo.

REBELDES: La Historia de los SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora