RESURRECT THE SUN

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"I pray for morning,

I swear I'll never let you die."

***

-         ¡Vamos, rápido!

-         ¿Creéis que seguirá allí?

-         Sí. Bueno... eso será si F.E.A.R. no la ha encontrado antes...

-         ¿Dónde dices que la ha visto? –insistió Jinxx con la respiración forzosa.

-         Allí, en aquellas dunas –indicó Andy, alzando el índice por encima de su cabeza para marcar el dorado horizonte.

Toda la Legión Negra estaba desperdigada varios metros a la redonda, peinando al milímetro la superficie del vasto Desierto. Tenían que darse prisa, no podían desaprovechar lo más mínimo esta oportunidad.

Había tardado decenas de semanas, tal vez incluso más, pero por fin sucedió lo inevitable; lo que por su propio bien y el de toda la ciudad tendría que suceder. Por fin Echo había dado con ella.

Había encontrado a Eve.

 En cuanto se enteraron de la noticia, dejaron todo lo que estaban haciendo en el acto, poniéndose a buscarla antes de que el sol se ocultara del todo. ¡Ahora todo sería más fácil! Podrían conocer el resto de la profecía, -si es que en algún momento hubo alguna-, descubrirían cómo derrotar a F.E.A.R. de una vez por todas, podrían finiquitar su plan y así terminar con este absurdo juego de pilla-pilla y volver a casa. Encima justo a tiempo, porque ya sólo faltaba una semana para que los gélidos Años Nuevos tuvieran lugar. El reloj iba corriendo en su contra, y cada simple movimiento podía suponer una amplia diferencia entre el éxito o el fracaso.

Sin embargo, los Rebeldes no resultaron ser los únicos que estaban buscando al alma de los caídos:

Al parecer, F.E.A.R. también estaba al corriente de la situación, para variar. Según Echo, era casi seguro que algún que otro Coro del Diablo estuviese de su lado, chivándoles vilmente todo lo que bullía en aquel terreno inexplorable que los líderes eran incapaces de sortear por su cuenta. Una putada como ninguna otra, ciertamente. Pero no por ello iban a desistir en el intento.

Se ve que, ante la idea de que descubriesen su punto flaco -lo cual significaba que tenían uno-,  andaban tras Eve con la intención de acabar con su vida antes de que los Rebeldes pudiesen adquirir su valiosa información. Y si eso ocurría, la situación cambiaría por completo en un giro de trescientos sesenta grados.

El momento de la verdad se acercaba y los nervios se hacían cada amanecer más palpables en la ahora aumentada Legión. Sólo esperaban que F.E.A.R. no se hubiese adelantado ya a los acontecimientos. Porque era casi seguro que, así como Echo la había hallado, los Entes también podían saber que por fin había aparecido. Probablemente ya estarían incluso dialogando con ella.

Si se podía llamar así.

Los Rebeldes se dirigieron a toda prisa hacia el lugar que Echo les había indicado, dejando a un lado todo pensamiento que no fuese el encontrar a Eve. Por mera costumbre, sabían correr a gran velocidad sobre las inestables arenas, habilidad que les ayudó a no tardar en hallar el preciado lugar; un gigantesco conjunto de montículos rodeado por acantilados rocosos de oscuras piedras, porosas y cortantes. Tenía algún que otro pasadizo endiablado, y un par de pequeñas cavidades en las que ocultarse, con lo cual sería un tanto arduo dar con ella.

Si es que aún seguía ahí.

 Los cinco Rebeldes se introdujeron al unísono entre los arenales, separándose en cinco distintas direcciones con el fin de así hallarla antes.

REBELDES: La Historia de los SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora