It has to be you!

Introducción

Pertenecía a una de las familias más importantes y poderosas del país. Nuestro apellido fue convertido en marca desde algunas generaciones atrás. El peso que tiene las empresas de la familia en la economía del país la convierte en una de las más reconocidas y premiadas por su “invaluable aporte a la sociedad” como los medios de comunicación a menudo titulan el trabajo de mis padres. 

Pero a diferencia de lo que las personas que no pertenecen a nuestro círculo social piensan, el tener dinero suficiente para hacer lo que desees justamente no te permite hacer eso. Casi siempre llevamos dos vidas.

Una: la pública, aquella en la que los demás creen saber quién eres, donde te juzgan de acorde a tu comportamiento, a tu modo de conducirte ante los demás, a tus calificaciones, a los escándalos que puedas generar. 

En ese aspecto nunca he tenido problemas, pues desde pequeña me enseñaron a ser una buena actriz, siempre comportándome adecuadamente, siempre siendo una niña modelo, aquella que conoce a la perfección todas las normas de etiqueta y buen comportamiento. Una Princesa a la que sólo le falta un título nobiliario para serlo oficialmente.

Por otra parte estaba la vida privada, mi segunda vida, la real. La parte que verdaderamente tenía valor, la que sólo pocas personas conocían. Mis padres, no sé si son perfectos, pero para mí lo son, tengo una excelente relación con ellos. De algún modo se las arreglaron para ser padres más que ejecutivos de alto rango. Siempre presentes, siempre preocupados, siempre siendo ellos, mostrandome lo bueno y lo malo del mundo. 

Según ellos yo vivía en una burbuja de cristal, pero si era así también era su responsabilidad. Así que me gustaba ser la princesa de mi mundo de cristal.

Todo tiene un precio en la vida, eso también lo había aprendido, sólo que yo no sabía hasta hace mucho que la mía tenía valor monetario. Pues para conservar lo que había sido de la familia por generaciones, yo debía hacer un pequeño sacrificio: casarme con un perfecto desconocido sólo por la aportación económica que eso representaría para las arcas de la familia. Además de que la fusión de las empresas de mi familia con las de la familia Byun, sería de beneficio para todos.