Capítulo veinte y seis

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¿Aceptar tu corazón? Me pides que acepte aquello que he deseado más que a nada en este mundo como si tuvieras miedo de que no quisiera aceptarlo, cómo podría no aceptarlo vida mía si te amo y necesito como el aire para respirar. 

Eliminé la distancia que separaba nuestros cuerpos con un sencillo paso y dejé que mis labios sellaran en un beso los sentimientos que estaban grabados en mi corazón. 

-Te amo- susurraron sus labios sobre los míos permitiéndome sonrojar, mi corazón latía con más ímpetu del normal y no podía hacer nada para evitarlo- sé mi novia...

Tomé su rostro entre mis manos, encontré sinceridad en su mirar y a la vez perdí la noción del tiempo atrapada en ella. 

-Yo quiero -dije sencillamente en un susurro muy cerca de sus labios, aquellos labios que no me permitirían escapar de su dulce prisión hasta que el tiempo nos alcanzara. 

El sonido del piano volvió a despertarme al día siguiente.La magia de sus notas guiaron mis pies descalzos hasta el salón de música, sin causar ruido me senté a escuchar en silencio dejando que la música inundara mi ser transportandome a un mundo irreal, lleno de belleza y perfección, un mundo donde lo divino convive con lo sagrado, donde la maldad no existe, donde sólo la alegría, la bondad y el amor habitan. 

Una última nota dio por finalizada la melodía más conmovedora que había escuchado y sus palabras llenaron mi aire con su preciosa voz rezando una promesa de amor que sabía cantaba para mí. Mis ojos se encontraron con su sonrisa y sus brazos encontraron mi cuerpo apretandome contra su pecho. 

-¿Te gustó la canción? -preguntó sin soltar su abrazo 
-La adoré 
-Es para ti 
-Gracias -pude responder por tan hermoso regalo
-Sólo no te acostumbres -me advirtió con expresión seria. Lo miré con el ceño fruncido 
-¡Por qué! -exigí saber con evidente indignación 
-Porque cuando el tiempo pasa la relación se va apagando, el romanticismo se acaba, las mariposas en el estómago mueren, a menos que... 
-¿A menos que...? 
-A menos que hagas que me siga enamorando de ti cada día de nuestra vida... 

Un suave beso interrumpió mi sonrisa enamorada, dejándome aún más anonadada. La duda de estar soñando o no me asaltó un instante, todo era tan perfecto e irreal que sentí miedo de que mi pequeño mundo se desmoronara dejándome nuevamente en la más completa desolación. 

Baekhyun estaba allí, abrazándome, besándome, haciendo que la temperatura de mi piel aumentara al ritmo de un agitado corazón retumbando en mi pecho. 

-Ya no lo resisto -dijo sobre mis labios haciéndome estremecer- ven 

Sentí mis mejillas quemar y mi respiración agitarse. Me miró brevemente y tomando mi mano me llevó a través del corredor, pronto cruzamos la sala hasta que llegamos a... ¿la cocina?. 

-Esto no es tu hab... -miré con desacierto su rostro y el lugar 
-Tengo hambre -dijo con absoluta inocencia 
-Pero yo creí que... -mis pensamientos habían salido abruptamente de mi boca 
-creí que me podrías ayudar a preparar el desayuno... 

Baekhyun guardó silencio observando mis rojas mejillas. Pronto abrió sus ojos algo sorprendido al interpretar correctamente mi sonrojo. Aquel gesto hizo que estallaramos en risas nerviosas. Baekhyun acariciaba su cuello evadiendo mi mirada avergonzada. 
-¿Qué deberíamos preparar? -pregunté intentando actuar con normalidad y salir así de aquel incómodo momento. 

Preparamos algo rápido, nada muy complicado. Desayunamos en silencio, a penas y hablamos. Me sentía incapaz de mirar su rostro, cada vez que nuestras miradas se encontraba la mía la evitaba, mis respuestas a sus preguntas se expresaban con simples monosílabos o a afirmaciones y negaciones agitando mi cabeza. 

Recogí la mesa y me dispuse a limpiar el desastre que casi habíamos creado. El chirriar de la pequeña pila de platos sobre mis manos me puso un poco nerviosa haciendo que mis manos temblaran aún más y de pronto los platos cayeron al piso estallando en pedazos que rodaron a mis pies. <<¿¡Desde cuándo eres tan torpe!?>> Me reprendi intentando ponerme de cucliyas para recoger los fragmentos. 

-Deja eso - dijo Baekhyun tomando mi brazo obligándome a ponerme de pie- ¿porqué estás tan nerviosa? -su aliento hacia cosquillas sobre mi cuello mientras sentía como afirmaba el peso de su cuerpo sobre mi espalda, sus brazos se habían cerrado alrededor de mi cuerpo y empezaba a mecerse se un lado a otro bailando lentamente una melodía que sólo él podía escuchar. 
-No lo sé... -respondí con sinceridad. Tomó mi mano y me hizo girar hasta tener su rostro frente al mío. 
-¿Soy yo la causa de tu inquietud? -sus manos subieron hasta mis mejillas y sus pupilas como dos estrellas en una noche oscura me cegaron. Incapaz de pronunciar palabra alguna sólo asentí con una sonrisa. 

Sus labios fueron al encuentro de los míos, sentí la magia del mundo recorrer mi ser, aquella magia que me había destruido ahora estaba reconstruyendo mi alma, nos estaba convirtiendo en uno solo. 

Salimos al encuentro de un magnífico sol armados únicamente con una sombrilla y un par de sillas, además de una hielera con unas cuantas cervezas. El mar estaba en calma, sus suaves olas susurraban en mi oído hermosas palabras mientras me dejaba caer en la arena tibia dejando de lado mi silla. Baekhyun siguió mi ejemplo y se dejó caer a mi lado. 

Sus dedos traviesos se enredaron con los míos y cual niños nos pusimos a buscar figuras en las nubes que paseaban sobre nosotros. 

-¿Baek? -dije al fin después de un breve silencio 
-¿Sí? -su voz era dulce, eso me ayudó a encontrar el valor para preguntar 
-¿Cuándo te enamoraste de mí? 

Encontré silencio y un suspiro que dejó escapar de sus labios, pero luego, en calma, empezó a responder a mi pregunta. 

-La verdad... no lo sé... puede que sucediera tan pronto me regalaste aquella primera sonrisa sincera el día de nuestro compromiso... o talvez en cualquiera de esos días que pasamos juntos haciendo nada en particular... cuando te vi caminar hacia mi llevando ese vestido blanco en la iglesia... o la primera vez que te sentí frágil entre mis brazos y sentí el deseo de cuidarte...la verdad no lo sé. Al principio sentí miedo de lo que estaba sintiendo, pero luego ese miedo se convirtió en rabia al saber que amabas a otra persona e intenté alejarme de tí tanto como pude pero de una forma u otra siempre me alcanzabas y no hubo modo de que pudiera escapar de mis sentimientos. Y cuando ya no pude negarme más la realidad decidí arriesgarme y hacerte saber mis sentimientos aún sin estar seguro de lo que sientes por mí, decidí que quería estar a tu lado aunque no me ames del modo que yo espero... 

Me incorporé abruptamente y lo miré sorprendida. Sabía que no mentía porque describió perfectamente lo que a la vez sentía. 

Él se puso de pie y sin mirarme se dirigió al mar. Al verlo alejarse de mí empecé a sentir el peso y el dolor de mi silencio. 

No podía creer que mi cobardía me impidiera decir las palabras que considero más sagradas, había asumido tal vez mucho antes que él mis sentimientos, pero hasta ahora había sido incapaz de plasmarloss en palabras, pequeñas lágrimas rodaron por mis mejillas consiente de mi debilidad. 

Mi cuerpo obedeció a mi deseo de alcanzarlo, veía su cuerpo hacerse cada vez más pequeño a la distancia, sentí como si lo perdería si no ers capaz de alcanzarlo. 

Mis pasos presurosos y desesperados me llevaron hasta que mis brazos se cerraron al rededor de su cintura, su espalda fuerte se había convertido en el apoyo de mi cuerpo mientras las lágrimas caían. 

-Tampoco sé desde cuando me gustas, tampoco sé que hizo que se despertaran sentimientos hacia ti, sólo sé que ya no puedo vivir si tú no estás cerca de mí, que tu sonrisa es lo único que alegra mis días y que sólo quiero estar a tu lado y no permitir que te alejes. Yo sólo sé que te amo. Te amo Byun Baekhyun. 

It has to be you!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora