Chapter 2

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It has to be me?

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Me asomé a la cocina para ayudarle a preparar la sopa que había insistido en prepararse ella misma. Tenía que combatir la deshidratación que había dejado la fiebre y nada mejor que una sopa casera. 

La encontré de puntillas, estirándose hasta donde sus extremidades le permitían intentando alcanzar los platos que estaban guardados en una repisa un poco alta, sus manos tocaban levemente la porcelana que amenazaba con caer si ella seguía moviéndolas del modo como lo hacía. 

Con dos pasos largos estuve justo tras de ella, alcanzando sin mayor problema aquellos platos y acercándoselos. Mi mano se apoyó en el frío mesón de mármol frente a ella dejándola atrapada entre el mesón y mi cuerpo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al ver como la camiseta holgada que llevaba se había resbalado dejando al descubierto su hombro. No pude evitar inclinarme un poco atraído por su piel. Reí al sentir como se estremeció al roce de mi respiración sobre su piel. 

Todo se sentía particularmente bien, todo parecía estar tomando un rumbo que no esperaba pero que no me desagradaba. Mis manos empezaban a sudar, de algún modo un pequeño paso me dejó más cerca de su cuerpo. Al principio no se inmutó pero luego se escabulló hacia la mesa. 

Ella se veía muy nerviosa, pero la sonrisa que adornaba su rostro no me la podía quitar de la cabeza. Quise acercarme una vez más pero el sonido del timbre frustró mis planes. 

La seguí hasta el recibidor. Con un poco de recelo abrió la puerta. 

-¿Está Baekhyun? –escuché decir. Conocía aquella voz, temblé al reconocer a su dueña.

-¿Saya…? –dije asomándome hasta encontrarme nuevamente frente a ella

-¡Amor! –tan pronto dijo esas palabras corrió hasta abrazarme. 

Todo parecía un ensueño, todo aquello alguna vez lo deseé y ahora estaba sucediendo. Mis manos estaban inmóviles sin saber si abrazarla o apartarla. 

-¿Qué haces aquí? –pregunté sin atinar a qué preguntar. Ella con lentitud, como si pretendiera no hacerlo fue soltándose de mi cuerpo, apartándose hasta mirarme con tristeza.

-Sólo sentí nostalgia- su voz se había apagado

-¿Cómo supiste que vivo aquí? –mi voz había sonado más dura de lo que quería

-Porqué me estás tratando de éste modo… -sus ojos empezaron a humedecerse

-Perdón yo sólo… 

-Tu esposa se fue… -me interrumpió al ver que mi mirada recorría el lugar buscándola

Tomé el teléfono que estaba sobre la mesa y marqué automáticamente su número. No sabía qué estaba pensando pero por el modo que se había marchado sabía que no estaba a gusto. Escuchaba aquel interminable pitido en el línea hasta que la operadora me decía que la llamada sería transferida al buzón de mensajes.

-Déjalo ya… -dijo Saya quitándome el teléfono y depositándolo en su pedestal –no tiene caso que la busques ahora, ella no va a responder si está enojada.

La miré perplejo, ella podía leer mis pensamientos sin problemas. 

-Te extrañé Baek –dijo con una sonrisa triste que me desarmó, que me hizo olvidar el resentimiento

-Y yo a ti… -dije al fin abrasando su cuerpo cálido

Ya había olvidado aquella sensación, el calor de su cuerpo delgado, el olor de su cabello. Ella con cuidado se soltó de mi agarre y se acercó hasta depositar en mis labios un beso que no rechacé. 

It has to be you!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora