Capítulo diecisiete

549 29 2
                                    

El sonido insistente del cuchillo sobre la superficie de madera hacía eco entre las paredes de la pequeña cocina, picaba cuidadosamente los vegetales que utilizaría para la improvisada cena. 

Desde un rincón Baekhyun observaba en silencio, su mirada estaba fija en el movimiento de mis manos, eventualmente recorría mi rostro y volvía a mis manos. Aquella mirada me halagaba, me ruborizaba e impedía que me concentrara en lo que debía hacer. 

Justo como lo presentí, el cuchillo terminó cortando mi piel. 

-¿Estás bien? –preguntó Baekhyun, quién de un salto había aparecido a mi lado 
-No- respondí con el ceño fruncido agitando mi mano, como si con ello lograra calmar el dolor 
-Espera, déjame ver –demandó tomando mi mano con fuerza para impedirme liberarla –no es profunda –sentenció con una sonrisa pacífica en su rostro 

Colocó mi mano bajo el chorro de agua, aquella sensación no fue agradable, aunque debía servir para limpiar la pequeña herida para mí era más un sutil método de tortura. Me arrastró hasta su habitación, buscó un poco en el botiquín del baño hasta encontrar una venda adhesiva que colocó en mi dedo con cuidado exagerado. 

Aquella indefensa venda hacía parecer grave el pequeño corte. Miré mi dedo sintiendo la piel de mi frente arrugarse, luego miré a Baekhyun con la misma expresión, él me devolvió una mirada desconcertada. Bebía recordar no permitir que Baekhyun curara mis heridas en un futuro, quitaría aquella venda en cuanto él me dé la espalda. 

-Ni lo pienses –me advirtió adivinando mis intensiones. Un suave beso fue depositado en mi frente sin darme tiempo a reaccionar. Como un leve golpe a mis sentidos me dejó perpleja, mi mirada lo siguió hasta la que desapareció en dirección a la cocina. 

La conversación que había tenido con mi hermana hace unos días había ayudado a que mis emociones se calmaran un poco. La ansiedad se había ido llevándose consigo los episodios de depresión o alegría explosiva que perfectamente podían diagnosticarse como un trastorno de bipolaridad. Talvez ambos éramos bipolares un día peleamos y al siguiente lo habíamos olvidado. 

Ahora era yo quien miraba en silencio a Baekhyun cocinar. Intenté ayudar en repetidas ocasiones pero tras discusiones absurdas y con cuchillo en mano era alejada de la estufa, siendo obligada a permanecer como espectadora. 

Al cabo de unos minutos anunció con satisfacción que su tarea estaba finalizada.  Con evidente duda de sus habilidades culinarias observaba el plato servido frente a él. 

-¡Esto está horrible! –dijo tan pronto tomó un poco de su comida, su mano detuvo la mía antes de que la comida llegara a mi boca. Se levantó y se perdió por el corto pasillo, volvió trayendo consigo mi bolsa y un abrigo. <<que haces>> 
-Vamos - me ordenó. 

***

La acera húmeda reflejaba las luces que habían sido moldeadas con el nombre del restaurante italiano al que habíamos llegado. Tenía la sensación de conocer aquel lugar a pesar de que sabía que no había estado allí antes. 

-Sr. Byun, es un honor tenerlo nuevamente en nuestro local -Saludo uno de los empleados en cuanto entramos- ¿La mesa de siempre? 

Mi corazón se agitó, de pronto todo tuvo sentido, entendí por qué se me hacía familiar aquel lugar 

-No, no -se excusó con una sonrisa- hoy vine con mi esposa 

Vi un leve rubor cubrir las mejillas de aquel hombre. Un rastro de confusión se reflejó en sus ojos. Sabía lo que pensaba, probablemente estaría sintiendo pena por la pobre esposa engañada e inocente que iba de la mano de su esposo al mismo lugar donde un centenar de veces se había encontrado con su amante. 

Fingí no haber visto ni sentido nada de aquello, la mano de Baekhyun aferró con más fuerza la mía cuando sintió que la mía perdía la fuerza del agarre y lo seguí hasta la mesa que nos asignaron. 

-Aquí sirven las mejores pastas -me dijo con una sonrisa de niño entusiasmado por un juguete nuevo. 

En efecto, la comida estaba exquisita, aún así mi plato permaneció casi intacto desde que mi mente empezó a jugar con mi estado de ánimo.  << ¿Qué harás cuando se cumplan los dos años del acuerdo? >> me decía. << ¿Qué harás cuando él ya no esté a tu lado? >> 
"No lo sé" me respondía a mi misma. Mi mirada recorría con cuidado el rostro de Baekhyun frente a mí, como si tratara de grabar cada detalle. << ya no lo verás más...ya no sonreirá para ti... ya no discutirán cada día por cosas absurdas... solo se irá... >> 

Esas eran las preguntas a las que siempre les había temido. Ahora mi mente había decidido que debía responderlas. Yo solo quería poder seguir mirando su rostro cada día. Como ahora. 

-Siempre venía aquí con Saya -aquello ya lo sabía, aún así esas palabras hicieron latir mi corazón con furia alejando mis pensamientos torturantes. 

Permanecí en silencio mirándo con atención sus ojos que insistían en evitar los mios. 

-Ella disfruta mucho de éste lugar -continuó como si se lo hubiese pedido- cada vez que vengo me es inevitable pensar en ella 
-¿querías recordarla? -dije en un tono apenas audible 
-Pues sí- respondió con toda naturalidad. 

<< esto es cruel >> Torpemente empecé a mover mi comida en un intento de alejar mi mente de las palabras que estaba escuchando. Mi corazón se encogía con cada palabra suya. 

-Un día vagando por allí terminamos por encontrar éste lugar- << calla >> - desde entonces se convirtió en nuestro lugar especial - << ¿no sabes el dolor que estás causando? >> 
-¿Por qué me estás diciendo todo esto? 
-Terminamos -dijo rápidamente 
-¿Qué? 
-La última vez que nos vimos aquí fue para eso, para terminar 

Había un brillo extraño en su mirada 

-¿Por qué? -pregunté tratando de ocultar la sonrisa que aparecía en mi rostro 
-Porque ya no somos los mismos, porque ya no tenemos nada en común, porque... ya no estoy seguro de lo que siento por ella.  Me miró fijamente, esperando alguna palabra  -sólo... no quiero lastimarla... -su mirada se volvió triste, yo me debatía entre la alegría y el dolor - aún así... no quiero que... solo no esperes nada de mi... 

Mis manos se apresuraron a limpiar dos pequeñas lágrimas que amenazaban con pasear por mis mejillas frías y pálidas haciendo evidente mi desacierto. 

It has to be you!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora