Capítulo trece

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Sus brazos eran tan cálidos como sus lágrimas. Estaba atrapada y no quería liberarme. Simplemente podía aceptarlo. Su respiración rozaba mi piel haciéndome estremecer. Su cercanía empezaba a ponerme muy nerviosa. 

"Sus costillas no están bien" advirtió mi hermana. Pero cuando entorne la mirada Kris ya la había arrastrado fuera de la habitación junto con nuestros padres. La puerta se cerró tras de ellos. 

Aun así Baekhyun no dejó de abrazarme, estaba temblando, las lágrimas no dejaban de caer, parecía un niño pequeño y asustado. Sin darme cuenta mis lágrimas empezaron a acompañarlo. 

Sus hermosos ojos me miraron mezcla de tristeza y alegría. Sus manos atraparon mi rostro y en un gesto que adoré depositó un beso en mi frente. Sentí como el rubor cubría mis mejillas. Él sonrió como si eso lo alagara. 

Limpió mis pequeñas lágrimas sin dejar escapar mi mirada. Por alguna razón le devolví el gesto. Afortunadamente aquella máquina ya no estaba conectada a mí o habría captado mi pulso acelerado ante el contacto con su suave piel mientras mis fríos dedos limpiaban sus tímidas lágrimas. 

Lentamente se inclinó hacia mí, tan cerca que podía ver la pequeña línea de su párpado desaparecer mientras cerraba sus ojos, también cerré los míos. Mi corazón quería salir de mi pecho. No rechacé sus labios. Fue un beso tierno, suave, dulce, de esos que te erizan la piel y quedan grabados eternamente en tu mente. 

Se separó de mí y juntó nuestras frentes, pero la cercanía me hizo caer en tentación. En un acto inconsciente mis manos atrajeron su rostro a mí y le devolví el beso. El no me rechazó. Sonrió entre el beso. Creo que podría acostumbrarme fácilmente a esto.

-Tuve tanto miedo... -dijo como si recordara un sentimiento doloroso- tuve mucho miedo de que me dejaras solo. 

Sus brazos habían vuelto a aferrarse a mí. Mi cabeza descansaba en su hombro muy cerca de su pecho. Escuchaba el constante latir de su corazón o tal vez era el mío. 

-No vuelvas a irte de mi lado... -me pidió en un susurro

Quería creer en sus palabras, mi corazón quería creer en ellas, pero mi mente y las imágenes desagradables de la fiesta que volvían a mi me decían que no las creyera. 

*** 

Pasaron algunas semanas hasta que mi cuerpo sanó. Los primeros días habían sido insoportables. Tenía limitado el movimiento de gran parte de mi cuerpo debido en parte a las costillas que se habían roto, a las múltiples contusiones a los pequeños raspones que se curaban tan lento como deseaban. 

Mis padres se opusieron totalmente a que volviera a mi departamento así que tuvimos que pasar todo el periodo de recuperación en su casa, compartiendo mi habitación de soltera. Para ello tuvimos que hacer algunos arreglos, sobre todo cambiar el tapiz de mis paredes que de un tiempo para acá se empezaba a ver desesperadamente desesperante en un tono rosa pastel con degradados de lila. Era tan ridículo que sentía vergüenza. 

Por algún tiempo estuve libre de preguntas y cuestionamientos, pero fue inevitable que llegaran al cabo de algunos días. Algo andaba mal en nuestra relación y mis padres no eran tan ingenuos como yo hubiera querido. Negamos de todas las maneras posibles ese hecho. 

Había conducido en estado de ebriedad una moto de competencias- que si ya es difícil maniobrarla teniendo todos los sentidos puestos en ello, no se diga de cuando apenas puedes mantenerte en pie- el lugar del accidente estaba muy lejos del club en el que se suponía debíamos estar. Baekhyun no estaba conmigo y en cambio había aparecido con golpes y su rostro sangrando como si hubiera salido de una pelea callejera. Para nada de eso teníamos una explicación medianamente creíble. 

Terminaron dándose por vencidos en su intento de obtener una respuesta. Sólo mi suspicaz hermana no daba tregua a sus preguntas cada vez que venía a casa. Pero oportunamente llegaba Kris cada vez que empezaban sus preguntas.

Aprendí a valorar la compañía de mi cuñado por esos días. Siempre que podía se escapaba de la oficina para saludar a mi hermana y a mi sobrino que empezaba a crecer de modo evidente en el vientre de ella. Aunque aparentaba ser una persona muy fría e inexpresiva en realidad Kris era una persona muy amable, sensible y locamente enamorado de su esposa.

Aunque lentas en demasía las semanas pasaron. No podía quejarme de Baekhyun, había estado a mi lado en todo momento, pendiente más que mi madre de mis medicinas, de las citas en el hospital, de mi comodidad en nuestra habitación. Me sentía inmensamente culpable al verlo dormir en el sillón cada noche, intenté convencerlo de que durmiera a mi lado, pero se opuso tajantemente así que no insistí. 

No volvimos a hablar del tema "Saya-Jongin" ese siempre había sido el modo de solucionar nuestros problemas: evadiéndolos, literalmente. 

Debo admitir que ya había empezado a extrañar el departamento. Cuando regresamos lo encontré exactamente como lo había dejado o como lo recordaba. Su enorme pared de cristal, la terraza soleada por las tardes, el contacto con el piso de madera recién pulido. 

-Bienvenida a casa - dijo Baekhyun con una enorme sonrisa -mmm que tal si.... -la mano que paseaba por su cuello me dijo que estaba nervioso- ¿empezamos todo desde cero? 

Su mirada estaba fija en mi reacción. No sabía que responder. Lo miré sorprendida pero después asentí en aprobación. 

La vida está hecha de decisiones y estábamos decidiendo borrar todo, aunque no sabía si olvidar y perdonar significaban lo mismo.

It has to be you!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora