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—¿Estas bie…?¡Pero qué!–Mooh exclamó al verlo. Se llevó las manos a los ojos y se alejó un poco de la puerta–¡Julián, ponte la ropa!

Julián se encontraba en el suelo, acostado y mirando el techo. Solo quitó sus ojos de ahí cuando Mooh se asomó a la habitación al escuchar tal ruido. Él se había caído.

—Julián, vístete.

—¿Qué? No, me dió calor.–respondió él, quejándose.

—Dios, así no puedo–murmuró Mooh para si.

—Exagerada–contestó Julián– tengo mis bóxers puesto, no estoy totalmente desnudo.

—Por favor, Julián, vístete.

Si su madre llegaba y lo veía en ese estado, las cosas se arruinarían. Mal interpretaría todo y Mooh no quería que Julián quedara como un pervertido, al menos inconsciente.

—Listo. Ya me puse el pantalón–dijo y Mooh miró de reojo, para comprobar si era cierto.

Julián estaba parado, mirando a la nada. Su remera estaba tirada como si fuera un trapo sucio en la esquina de su habitación.

—También la remera.

—No sé ponerme la remera–contestó, como un niño.

Mooh levantó la remera y se la tendió, pero este no la recibió.

Julián bajó la cabeza y Mooh se lo colocó, como si se tratase de su hijo que está a punto de entrar al grado de niños de cinco. Luego, pasó sus brazos por la manga y cuando volvió a levantar la cabeza, la mirada de los dos se encontraron. Julián sonrió ante ello.

—¿Te he dicho que tienes los ojos mas bonitos que he visto en mi corta vida?

Mooh le sonrió apenas, intentando de ocultar el leve sonrojo que él le provocó.

—Deberías acostarte de nuevo. Mi madre llamará a tu papá, ¿esta bien?

Julián asintió.

—Tus ojos, tu nariz, tus mejillas, tus labios…–se detuvo apenas sus ojos se posaron en los labios de Mooh. Suspiró– ¿Sabías que captan mi atención siempre?

—Julián…

Julián cubrió sus manos en las mejillas de Mooh, acariciando con el pulgar cada extremo.

Mooh quería apartarse, sin embargo, su cuerpo no respondía ante el pedido. Estaba quieta en su lugar, esperando que Julián hiciera otro movimiento.

Y fue así.

Él la besó. Pero no como la primera vez, si no que Julián ni siquiera lo dudó. Solo cerró los ojos y juntó sus labios con las de ella. Mooh lo correspondió casi en el momento, abrazando su cuello y tirando de él para profundizar el beso. Luego se separaron por falta de aire, pero fue un momento, porque Julián volvió a besarla, una y otra vez. Al final, dirigió sus labios a su frente y Mooh solo se quedó ahí, sintiendo sus labios calientes por la fiebre.

—No sabes cuánto me gustas–comentó Julián, abrazándola. Luego se separó y caminó hasta la cama–No le digas a Mooh que la quiero ¿si? No me gustaría que me rechace de nuevo.–rió y se acomodó para dormir.

A los minutos, su respiración se volvió pausada, quedando totalmente dormido. Y Mooh quedó ahí, parada en medio de su habitación, conmocionada y confundida. Ni siquiera sabía cómo sentirse en ese momento.

—¿Qué acaba de pasar?–se preguntó Mooh para si misma, mientras tocaba sus labios y miraba el cuerpo de su amigo,quién roncaba a la par.

*****
¡AL FIIIIN!

Ya era hora :v

Pregunta preguntosa, ¿alguna vez alucinaron al tener fiebre? Yo si pero recuerdo poco y nada. Por lo que me contaron mis padres, supuestamente me levanté de mi cama porque escuchaba hablar a gente fuera de mi casa, como si hubieran armado fiesta o algo así JAJAJAJAJAJA

Voten si les gusto ❤

Llamada DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora