Capítulo XXIX

1.7K 140 22
                                    

La casa estaba más hermosa de lo que Oliver podría haber imaginado, pues él no había pasado más allá de la entrada en los últimos meses.

Shara apareció por la puerta nada más escuchar abrir a Brianda, pero lo último que ella esperaba ver era a su niña con Oliver, la persona que, a su parecer, le había destrozado la vida a Brianda.

-Lo lamento, niña, no sabía que estas horas son de visita para la pequeña Milagros. -espetó Shara, claramente molesta por la llegada del apuesto Anderson.

-Me acabo de enterar de que debo dar explicaciones en mi propia casa cuando llego acompañada de mi, todavía, marido. -Brianda se puso a la defensiva y esto no pasó desapercibido para Shara.

-Niña, yo solo decía que Don Oliver no tiene nada que hacer aquí a esta hora. -la niñera levantó la cabeza con dignidad, como si ella estuviera por encima de Oliver.

Pero, para su desgracia, nada estaba más lejos de la realidad y Brianda no tardó en hacérselo saber.

-Shara, es mi vida, es mi casa, es mi hija y es mi marido. Aquí mandó yo, Shara, se hace lo que yo decido y esta noche mi esposo se queda, no hay más que decir. -Brianda dijo esto y agarró la mano de Oliver, tirando de él en dirección a la cocina, dejando a Shara con la palabra en la boca.

Cuando entraron en la estancia, Oliver no pudo evitar agarrar de la nuca a Brianda y besarla con posesión.

Para su sorpresa, ella no lo rechazó, sino que aceptó el beso de forma pasiva, dejándole tomar el control de aquel inesperado beso.

Se perdió en los dulces labios de Oliver, embriagándose de cada sentimiento que él despertaba y aceptando que lo quería para siempre en su vida.

-¿Mami?, ¿Papi? -una dulce voz les bajó a la Tierra nuevamente.

Ambos separaron sus cuerpos y Brianda se sonrojó.

-Hola, mi princesa -saludó Oliver a su pequeña, la cuál no tardó en correr a los brazos de su padre, dejando caer su muñeco con forma de conejito gris y blanco.

Brianda observó la escena, fascinada. Nunca había visto a Milagros así con Oliver y se sentía culpable por haberle "negado" la posibilidad de una familia a su pequeña por errores del pasado.

Pero es que aún pesaban tanto...

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~*~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Oliver cargó en brazos a Milagros y subió las escaleras hasta la habitación de la pequeña seguido de Brianda.

Shara se les había pegado como un chicle, vigilando cada movimiento que padre e hija realizaban.

Brianda se sentó en la cama junto a Oliver y ambos le contaron un cuento a su hija hasta que ella nuevamente se quedó profundamente dormida.

-Oliver, ven -Brianda le guió hasta su habitación.

-Niña, ¿De verdad va a permitir que duerma aquí este "señor"? -Shara hizo un gesto de comillas con sus manos al pronunciar esta última palabra.

-Shara, he tenido demasiada paciencia contigo. Oliver es mi esposo y hará lo que tenga que hacer. Puedes retirarte a dormir, si eres necesaria te haré llamar, gracias. -Brianda dio por finalizada su conversación y entró con Oliver en la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Éste, feliz, volvió a apoderarse de los labios de su esposa, haciendo que ambos cayeran sobre la cama, envolviéndose en un tsunami de besos cada vez más y más desenfrenado....

Cuando Éramos Tú Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora