Ese martes fue diferente.
La semana comenzó como solía hacerlo para Brianda.
Trabajo, atender a la pequeña y sus necesidades, atender su casa y pasar algo de tiempo consigo misma, meditando qué hacer con Oliver y con todo lo que sentía por él.
Sobre las ocho de la mañana, Daniel, amigo íntimo de Oliver y también de ella, la llamó para quedar durante la mañana a tomar un café. Brianda aceptó sin dudarlo.
Pero, durante el periodo que estuvieron en la cafetería, Oliver llegó acompañado de la misma mujer que le estaba besando aquella noche.
Para Brianda supuso una espina removerse en su corazón.
Pronto Oliver se acercó a la mesa que Daniel y ella compartían, aparentemente furioso.
- ¿Sé conocen?—La voz de Oliver rompió el silencio que se había instalado una vez los vieron entrar.
—Desde luego que se conocen, ¿tu no ves que están aquí para que Daniel la ayude a olvidarse de ti? —dijo la mujer señalando a Daniel y Brianda con el dedo índice de su mano derecha.
Tenía las manos perfectamente cuidadas, lo cuál indicaba que no había usado una escoba para barrer en su vida.
- Vaya, ahora ya no te escondes en el baño de mujeres con ella, sino que las apariciones las haces públicamente—dijo Brianda sin pensarlo, provocando que Oliver quedara en shock.
"¿Cuando había recuperado Brianda la memoria? " Se preguntó Oliver para si mismo.
-Estáis divorciados, no hay razón para escondernos —respondió la mujer de forma altanera.
- ¡Oh vamos!, ¿Es enserio?, ¿Tú le has dicho que nos hemos divorciado, Oliver? Porque, hasta donde sé, jamás se ha continuado con el proceso de divorcio y fue anulada la petición hace dos meses —dijo Brianda visiblemente molesta.
-No hay por qué alterarse, podemos continuar el café en otro lugar, Brianda — la proposición de Daniel fue un rescate para ella.
Suspiró pesadamente, era una larga historia que no estaba dispuesta a continuar y más aún sabiendo que Oliver jamás se había alejado de esta mujer, una de las causas de su desgracia.
Sin mediar palabras, Brianda tomó sus cosas, Daniel las suyas y ambos comenzaron a ponerse camino al coche de Daniel, que estaba aparcado fuera.
Brianda sabia que estaba preparada para todo, menos para encontrarse a esa mujer con Oliver aquí.
Nunca jamás Daniel mencionó nada, no sabía como habían llegado Oliver y su flamante acompañante al lugar, ni como supo ella que ellos iban a divorciarse, cuando ese trámite jamás terminó de gestionarse.
Daniel la llevó a la oficina, hicieron el trayecto en silencio y ella se lo agradeció.
Se despidió de él al llegar a su empresa y subió nuevamente a su oficina.
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Roxana pasó esa mediodía con Milagros y con Brianda.
Brianda agradeció que Roxana viniera, pues al menos tenía con quién desahogarse y alguien que la sostuviera mientras Oliver tuviera que recoger a la pequeña en unos pocos minutos más.
- Bien, Oliver y Raquel se conocen hace mucho tiempo. En aquel entonces tuvieron un pequeño romance durante vuestro matrimonio y tu embarazo. Ella cree que tú no eres una mujer a su altura a pesar de la familia de la que provienes y de tu estatus social actual. Y Oliver... Bueno él es imbécil. —soltó Roxana.
- ¿Te has callado esto cuando yo estaba embarazada? Venga Roxi, las amigas no se pueden ocultar cosas tan serias, las amigas son sagradas, ¿cómo me haces esto? —dijo Brianda sintiéndose traicionada también por su amiga.
- En mi defensa diré que no sabía que esto sucedía hasta el día que tuviste el accidente y me lo contaste en la sala de partos, vine aquí para buscarte y ponerte en aviso porque recién me he enterado que ella está aquí ahora, no soporto la maldita idea de que te tomen de estúpida, sé lo que se siente. —respondió Roxana mirando a los ojos de Brianda con calma.
Brianda suspiró pesadamente y asintió.
Tomó un sorbo de su refresco, y continuó comiendo.
- ¿No me dices nada? —preguntó Roxana sorprendida.
—No puedo, no me siento con fuerzas de seguir con este tema. Además Oliver está al llegar por la niña. —la voz de Brianda era más cansada que triste en este momento.
Un rato más tarde, Oliver llegó y la pequeña corrió a sus brazos.
Ella adoraba a su padre.
- Lo siento por llegar tarde, me ha pillado un atasco enorme — dijo Oliver con tono sincero, pero Brianda no le creía.
- No tienes que darme explicaciones de tu vida personal, pero te aclaro que no me voy a permitir que tu "amiga" se acerque a mi hija —la voz de Brianda fue firme, capaz de arrasar con cuánto se le pusiera por medio si Oliver la contradecía.
- Esta bien, pero Raquel tiene ganas de conocerla en algún momento —Oliver insistió.
Como si se diera cuenta de repente de su error, Oliver abrió los ojos de par en par y enmudeció al sentir la mano de Brianda estamparse en su cara con fuerza.
- Si tienes algo de vergüenza y respeto hacia la niña, no la acerques a tu amante —dijo Brianda después de propinarle la bofetada.
Oliver no dijo nada más, únicamente asintió y se volvió a buscar a la pequeña nuevamente y después de que ella se despidiera de su madre, ambos se marcharon del lugar.
El corazón de Brianda se sentía en mil pedazos al ver a Oliver tratando de convencerla para que su hija, el fruto de un amor tan grande como el que ella había sentido años atrás y actualmente volvía a sentir, conociera a su amante, la causante del dolor y la traición más grande que pudo tener en ese entonces.
Comenzó a sentirse mal, su estómago se sentía como una lavadora centrifugando, seguramente las emociones sentidas se habían anudado ahí.
Roxana la acompañó a su casa y después la ayudó a acostarse, lucía preocupada por ella.
Por un momento deseaba que todo fuera una pesadilla, haberse despertado en medio de un mal sueño... Pero eso no podía ser.
La traición de Oliver era real y le dolía tanto como el primer momento en que lo descubrió.
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Cuando Éramos Tú Y Yo
Fiksi PenggemarBrianda era una chica normal, marcada por el pasado. Un accidente cambió su vida. No solo perdió sus recuerdos, sino algo más grande, de lo que ella no es consciente... Pero un buen día, como por arte de magia, Oliver Anderson aparece en su vida par...