Disclaimer: Las parejas oficiales nunca debieron ser, así que nosotros atentamos contra lo establecido en los últimos dos libros, porque un amor como este vivirá en el corazón de todos nosotros: hoy, mañana y siempre. Los personajes le pertenecen a J.K. Rowling.
*º*º*º
Regresar a Londres y dejar atrás sus vacaciones por Italia fue duro en verdad. Ambos echarían de menos esos días cálidos, llenos de aromas y sabores, alejados de todos.
Era un viaje digno de recordar.
—¿Quieres qué sigamos la tradición muggle? —preguntó Harry con una sonrisa a unos metros de la puerta de su casa.
—¿De qué hablas? —preguntó curiosa.
—De darte la bienvenida como mereces.
Se detuvo a unos pasos, comprendiendo a lo que se refería, una chispa de alegría cubrió sus ojos haciéndolos brillar aún más. —¿Lo harás? Ya hicimos algo así en el pasado cuando nos mudamos.
Harry se rascó su cabeza, mientras hacia memoria. —Entonces, no eras mi esposa.
—Era muy pronto para pensar en boda —respondió con ese tono de sabelotodo—, pero ahora eso esta arreglado —dijo mostrándole su anillo.
—Claro que lo está, sólo un loco no se casaría contigo —profirió con una seguridad que hizo revolotear el corazón de Hermione.
—Y tú no querías ser ese loco.
—No.
Potter restó la distancia y la tomó en brazos con cuidado, era una mujer embarazada después de todo. Avanzó hasta la puerta, deteniéndose.
—¿Me ayudas?
—Debiste primero abrir y luego cargarme —señaló con obviedad, haciendo el giro con su varita para abrir—, ¿no te has cansado? —preguntó divertida.
Él negó riendo. —¿Qué clase de hombre sería si no puedo soportar el peso de mi esposa unos minutos? —contestó, logrando que ella riera. Manobrió un poco, pero logró pasar sin que ninguno se golpeara en el marco—. Bienvenida a su casa, señora Potter —murmuró, dejándola sobre sus pies.
—Gracias, no hay como estar en casa —dijo respirando profundamente, pasando su mirada cariñosa por todo el lugar.
—Es cierto —coincidió, quitándose la chaqueta. Este era su hogar, después de Hogwarts, era el único lugar por el que se sentía así y era porque le pertenecía. Lo había edificando poniendo en él sus sueños y anhelos de vivir ahí con la familia que formaría al lado de Hermione y ahora todo eso se estaba materializando.
—Tenemos muchas cosas que hacer, ponernos al día con la limpieza y los pendientes del trabajo.
—En verdad, regresamos —exhaló dejando caer un poco sus hombros, mientras mecía su melena revuelta. No terminaban de instalarse cuando el peso de toda su vida volvía.
Lo miró de soslayó sonriendo ante su baja de animo. —Pero... eso puede esperar, ¿aún no has terminado de darme la bienvenida o si? —preguntó en un tono suave y sugerente.
Harry no necesitó escuchar eso dos veces, recorrió la distancia que los separaba y tomó su rostro para atrapar en un beso largo esos dulces labios.
—Tengo muchos planes para ti, señora Potter.
—Espero sean muy placenteros —respondió mordiendo sus labios.
—Oh sí —murmuró con una sonrisa oscura. La alzó de las caderas y Hermione lo rodeó con sus piernas de inmediato.
—Gracias por el viaje y por traerme de vuelta como tu esposa. —Su voz estaba llena de dicha, justo la emoción que reinaba en el rostro de él. Le quitó los lentes dejándolos en el primer sillón que pasaron.
Se amaron sobre la alfombra de la sala sin prisas, recordando los viejos encuentros que habían tenido ahí... sin preocuparse por el mañana. Hoy lo más importante es que estaban juntos de vuelta en casa.
º*º*º*
THE END

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Warm and Cozy
Hayran KurguHarry y Hermione son los mejores amigos desde Hogwarts, pero después de la búsqueda de los horrocruxes y la batalla, esa amistad se convierte en algo más profundo. Un vistazo a pequeños momentos de su vida en pareja.