Mabel corría con energía de sobra como siempre muy por delante del grupo que explotaba el bosque con calma.
Dipper por un lado no dejaba de hablar y plantear ideas a su tío Ford mientras que el mayor leía uno de sus diarios, siempre con una oreja puesta en su sobrino. Por otro lado Stan iba un poco por detrás empujando de vez en cuando a Bill con un palo quejándose de que el rubio andaba muy lento. Bill por su parte lo insultaba y luego volvía a mirar a Dipper con asco y a Elizabeth que iba delante de él con curiosidad puesto que la chica anotaba en un libro algunas cosas que no alcanzaba a leer por la rapidez vertiginosa en la que ella iba anotando y pasando las hojas. Wendy y Soos iban cerca de Mabel, una dispuesta a mantenerla a salvo y el otro persiguiendo mariposas.
—¿No te cansas de escribir sin parar? —preguntó Bill ahora flotando cerca de la chica para mirar mejor sobre su hombro y evitar los constantes ataques del anciano.
—No —dijo simplemente.
—¿Quieres dejar de arrastrar los pies cuando caminas? Es desagradable —de quejó el rubio.
Elizabeth por fin cerró su libro y miró a Bill sin decir nada ni cambiar su manera de caminar.
—Lo haces a propósito —se quejó el muchacho apretando la mandíbula.
—Quizás —dijo ella únicamente para luego mirar hacia el frente en busca de su hermana.
Aquel día Mabel había insistido en que sería genial salir todos a acampar. Claro está que Stan no estaba de acuerdo e intentó poner más de una excusa para no ir, pero era simplemente imposible negarle algo a la joven cuando lo miraba de aquel modo en que lo hizo aquella mañana.
—Tropas, detenganse — dijo de pronto Mabel quien se había puesto a Pato en la cabeza para simular un casco—, montaremos el campamento aquí.
—Ya era hora —dijo Stan soltando todo lo que llevaba—, mi espalda estaba apunto de quebrarse, no exagero.
—Bien —dijo Elizabeth arremangando su blusa y tomando su cabello en una coleta alta—, manos a la obra.
Bill la observó con creciente curiosidad y es que hasta la fecha nunca la había visto tan entusiasmada por hacer algo.
Ella junto a Wendy, Dipper y Mabel comenzaron a armar las carpas mientras Ford se disponía a juntar leña y Stan se instalaba en una silla plegable usando después a Soos como su sirviente pidiéndole refrescos y ese tipo de cosas.
Al no llegar a comprender nada de lo que todos hacían, Bill no sabía en donde meterse, únicamente flotaba de un lado a otro viendo todo con curiosidad, intentando comprender para qué era esto o aquello.
—Bill —lo llamó de pronto Mabel—, por favor ve al río que está aquí cerca y trae agua.
El nombrado estaba apunto de alegar o insultarla pero la niña sólo había atinado a lanzarme un balde metálico para luego volver a lo que estaba haciendo.
Bill nuevamente iba a quejarse, pero de pronto comprendió que la mocosa de alguna manera había pensado en integrarlo a las actividades del que ella había llamado campamento, así que simplemente soltó un suspiro y flotó en busca de dicho río.
No tardó en encontrarlo y sin pensarlo metió el balde en el agua, nunca pensó que la corriente del cause fuera tan fuerte como para desestabilizarlo y hacerle caer en el interior.
Bill no sabía nadar, pero no le costó salir del lugar puesto que el agua con suerte le llegaba a la cadera y usando sus poderes para flotar logró escapar de aquella fría trampa casi tan rápido como entró.
Su respiración era acelerada y era capaz de sentir el alocado y desenfrenado latido de su corazón.
Molesto lanzó el balde a un lado y lanzó una poderosa llama azul al río, logrando con esto hacer un pequeño cráter en donde ahora el agua se reunía para luego seguir su camino.
Se sintió mareado y sus poderes fallaron, haciéndole imposible seguir flotando en el lugar, cayendo de rodillas en el suelo.
Debía controlar su enojo, sabía que sus poderes a diferencia del pasado podían acabarse si los usaba de esa manera, únicamente el flotar parecía no consumir magia.
El muchacho sintió un ligero escozor en su brazo derecho y con horror vio como unas pocas líneas de sus tatuajes se iban borrando.
En el pasado había disfrutado el ver como los humanos se frustraban, precisamente porque no comprendía la magnitud de aquel sentimiento. Ahora lo entendía y comenzaba a sentir que ya no había mucho más que hacer, su única esperanza sería aquella estúpida niña que había robado sus poderes.
Rato después regresó al campamento ya armado y tras dejar el balde con agua a un lado se alejó fin decir nada, sólo quería estar solo.
Los hermanos intercambiaron miradas consternadas al ver la expresión que el muchacho llevaba y al notar su ropa y pelo mojado.
Mabel no tardó en levantarse de su lugar dispuesta a comprender qué había pasado y disculparse si es que algo había sido su culpa de manera indirecta.
—Yo me encargo —dijo Elizabeth deteniendo a la niña—, no estoy segura de si ahora mismo es peligroso así que lo mejor es que esperen aquí.
Ambos hermanos debieron aceptarlo y ver como la mayor seguía los pasos del rubio adentrándose en el bosque. No tardó en dar con su objetivo.
El muchacho se encontraba sentado en un tronco que seguramente había caído años atrás, lanzando pequeños guijarros al suelo con la mirada perdida en algún lugar lejano de su mente.
La chica se sentó en silencio a su lado y tras un rato de silencio recogió algo de tierra y lo imitó.
Pudo ver por el rabillo del ojo como el muchacho soltaba un suspiro y una sonrisa triste aparecía por un momento en su palido rostro.
—Eres desagradable —dijo únicamente. El resto del tiempo se mantuvieron en silencio hasta que anochecio y decidieron, sin mediar palabras, regresar para descansar y escapar de los mosquitos.
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No te necesito
FanfictionSi no has terminado de ver la serie, por favor no leas, esto contendrá spoilers y ese tipo de cosas. ~~~ Luego de que el Raromagedon acabara, las cosas en Gravity Falls volvieron a la normalidad tan pronto que incluso llegaba a parecer que todo lo o...