Dipper no había podido dormir en toda la noche, cada vez que cerraba los ojos su pesadilla regresaba a su mente y no podía dejar de pensar en que ahora estaban reunidas todas las piezas que hacían falta para que su peor miedo se hiciera realidad, lo único que realmente agradecía no haber visto era el indicio de un portal a lo desconocido.
Pero con Bill viviendo bajo el mismo techo que él le recordaba que todo era posible, incluso el que un portal apareciera de la nada, después de todo, Gravity Falls era, es y siempre sería un imán para las cosas extrañas.
Aún tenía que advertirle también a su hermana sobre esto, durante el día había sido imposible puesto que había estado ocupada hablando con su familia y controlando ocasionalmente a Bill.
Miró la hora en su reloj, eran las 9:24 de la mañana, realmente no había dormido nada pero se sentía con energías de sobra, de modo que se levantó de la cama y con cuidado de no despertar a Mabel salió de la habitación en busca de Elizabeth.
Al cruzar por la sala vio a Bill durmiendo sobre el sillón del tío Stan en una postura extraña. Aún no podía creerse que ese sujeto fuera aquel triángulo que tantos problemas les había causado. Ahí en ese sillón se veía tan vulnerable que hasta él mismo se sentía capaz de darle una paliza.
Negó con su cabeza y siguió de largo hasta llegar a la habitación de su hermana mayor. La puerta estaba entreabierta así que sólo entró esperando quizás encontrarla durmiendo, pero al entrar la vio sentada en su escritorio leyendo un libro que reconoció como el segundo diario del tío Ford. Parecía muy concentrada en algo y constantemente golpeaba su mejilla con el borde de su lapicero, una costumbre que tenía desde niña que indicaba que estaba pensando en algo que no era capaz de resolver.
—Elizabeth — la llamó Dipper algo dudoso.
La joven se sobresalto dejando caer el lápiz y volteandose a ver a su hermano con vertiginosa rapidez en estado de alerta. Segundos después volvía a tener su expresión despreocupada de siempre.
—Eres tú Dipper, me asustaste —dijo regalandole una pequeña sonrisa.
—¿Has estado ahí toda la noche? —preguntó tras notar las ojeras bajo los ojos de la joven.
La chica miró el reloj que descansaba sobre su escritorio y pareció sorprenderse al notar la hora que era.
—O valla, creo que me dejé llevar —dijo rascándose la nuca con una sonrisa culpable.
—¿Qué estabas haciendo? —preguntó curioso.
—Trataba de entender qué significado tienen estos tatuajes —dijo mostrándole el diario—, el tío Ford me entregó los tres diarios pero por más que los lea parece que siempre llegó al mismo resultado.
—¿Intentaste usando la luz ultravioleta? —preguntó el muchacho.
La chica lo miró un momento mientras su rostro repentinamente se iluminaba.
—¿En qué estaba pensando? Nunca se me pasó por la cabeza.
La chica rápidamente rebuscado en su cajón queriendo encontrar algo.
—Oye Elly —dijo Dipper—, hay algo de lo que te quiero hablar desde ayer.
—Aquí está —sonrió la joven sujetando una linterna.
—Elizabeth, estas en peligro.
La chica lo miró borrando su sonrisa y dejando la linterna sobre la mesa.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Yo... he estado teniendo unos sueños en los que te ves involucrada, te veo desaparecer y tu rostro... nunca había visto tanto terror en una sola persona.
—Dipper, es sólo un sueño.
—No Elly, estoy seguro de que ese sueño es una visión del futuro, tengo miedo de que algo te pase.
—No tienes que asustarse, no es por mi por quien tienes que temer.
La joven uso la linterna para iluminar el diario que anteriormente estaba leyendo con luz ultravioleta, dejando ver las anotaciones ocultas. Una sonrisa apareció en su rostro.
—Pero...
—Tranquilo, todo está bajo control, ahora deberías ir a descansar, por lo que veo no soy la única que no ha dormido esta noche.
El chico la miró suplicante, pero ella sólo le dio una sonrisa y regresó a lo que estaba haciendo en un inicio.
El muchacho se sintió inútil igual que en el pasado. Su hermana estaba siempre muy por delante de él y siempre le fue imposible alcanzarla. Del mismo modo que Ford era para él un ser al que admiraba, su hermana era a lo que el apuntaba en el futuro, quería ser como ella.
Acabó por irse de regresó a su habitación en donde sin darse cuenta por fin se quedó dormido.
Elizabeth por su parte seguía estudiando el diario anotando cosas relevantes en su libreta hasta que su concentración fue interrumpida por Bill quien había entrado en la habitación en completo silencio.
Esta vez la reacción de la joven ante el intruso fue más brusca. Atrapó a Bill por el cuello de su camisa y con fuerza lo lanzó al piso antes de notar que era él.
—Bill... —murmuró deteniendo el puño que iba en dirección al rostro del muchacho.
—¿Siempre recibes así a tus visitas? —preguntó con ironía.
—Las visitas normalmente tocarían la puerta antes de entrar —dijo ya más relajada.
—¿Sabes? Sé perfectamente que soy irresistible pero esta postura ya me empieza a incomodar.
La chica notó que, cuando lanzó al chico al suelo para golpearlo había acabado sentada sobre él sin notarlo. Sin decir nada se levantó y luego le ofreció su mano a Bill para ayudarlo.
El muchacho la miró con repulsión y la apartó para luego incorporarse por su propia cuenta.
—No necesito tu ayuda.
—Como quieras — dijo ella encogiéndose de hombros para luego regresar a lo que estaba haciendo.
Bill miró con curiosidad sobre su hombro y tras descubrir lo que investigaba y los tatuajes que asomaban bajo las mangas de la chica una sonrisa apareció en su rostro.
—Esas escrituras son algo complicado de entender ¿Verdad? —dijo de modo casual ocultando su sonrisa. Él tenía un plan después de todo y debía parecer convincente.
—¿Ahora me dirás que eres capaz de leerlas? —dijo ella frotando su sien con frustración y cansancio.
—No todas —admitió el chico hojeando el diario—, pero con algo de trabajo podría completar esto, no por nada esas escrituras pertenecen a mi dimensión.
—¿Me estás ofreciendo tu ayuda?
—Te ofrezco un trato —corrigió el chico con una encantadora sonrisa—, tengo la sensación de que estas buscando la manera de deshacerte de mis poderes ¿O me equivoco?
—¿Qué estás tramando?
—Nada malo querida, si haces este trato conmigo ambos saldremos ganando. Entre los dos desciframos estos escritos, te quitó mis poderes y estos regresan a mi, luego me marchó a mi dimensión, no tienes nada que perder ¿Tenemos un trato?
El muchacho había extendido su mano hacia ella envuelta en llamas azules a lo que ella le dirigió una sonrisa enigmática que de algún modo inquietó al joven.
—¿Realmente piensas que quiero perder tus poderes? —dijo sonriendo con cinismo al tiempo que su mano también se envolvía en llamas azules.
Bill iba a decir algo, pero entonces la chica estrechó su mano cerrando el pacto.
—Tienes tu trato Bill Cipher.
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No te necesito
FanfictionSi no has terminado de ver la serie, por favor no leas, esto contendrá spoilers y ese tipo de cosas. ~~~ Luego de que el Raromagedon acabara, las cosas en Gravity Falls volvieron a la normalidad tan pronto que incluso llegaba a parecer que todo lo o...