5. Favor

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—No quiero —dijo Bill.

—Tendrás que hacerlo —dijo Elizabeth—, y de cualquier forma no es nada terrible.

—¿Estás bromeando? ¡Me expondrás al mundo en esta forma tan humillante y frágil!

—No todo es acerca de ti Bill, sólo vamos a la librería por unos diccionarios y textos necesarios para la investigación.

—Es demasiado peligroso para mi en este estado.

—Vamos cobarde —dijo ella sujetando su brazo para arrastrado tras ella.

—Detente —dijo jalando en vano, la chica tenía fuerza pese a verse tan enclenque o bien Bill era muy debil—, harás que me maten.

—En este momento tu cuerpo es igual de frágil que el de un humano y mira que nos movemos sin preocupaciones.

—Y es por eso que la mayoría se lesiona —dijo el joven ya medio rendido y siguiendo el paso de la chica malhumorado—. Recuérdame por qué no podían ir esos mocosos o el seis dedos.

—Te recuerdo que esos "mocosos" son mis hermanos quienes de hecho no tienen nada que ver con mis problemas y el tío Ford ya tiene bastante trabajo revisando que no se presenten anomalías en el espacio-tiempo.

Bill resopló por lo bajo haciendo que una parte de su desordenado cabello rubio se moviera, causándole algo de gracia a la chica.

—¿Qué es tan gracioso rarita? —preguntó molesto.

—Si intentaras pasarla bien quizás lo entenderías —dijo regalándole una sonrisa.

—Estando contigo es imposible.

—Entonces busca en que entretenerte, no puedes estar amargado toda la vida, envejeceras más rápido.

—Soy inmortal.

—Pero tu cuerpo humano no ¿No has pensado en lo que pasaría si te quedarás atrapado como estas para siempre? Tendrías que aprender a vivir una vida normal y con el tiempo morir de vejez como la gran mayoría.

—No lo creo, este cuerpo sólo es un estorbo, en cuanto sea capaz de dejarlo atrás lo destruiré y dejaré en el olvido total.

—Es una pena, con esa actitud jamás podrás comprender lo bella que es esta insignificante vida humana.

Ella le sonrió y entró en la tienda. El chico ni siquiera notó que habían llegado o lo lejos que habían ido, incluso había olvidado sus preocupaciones por un momento.

Rápido miró a su alrededor en completa tensión, buscando cualquier cosa que podría lastimado, pero sólo vio un par de habitantes sosos andando por las calles, mirando extrañado pues recordaba Gravity Falls más concurrido, más vivo.

El chico confundido entró en la tienda y en poco tiempo divisó a la chica sobre una escalera sacando libro tras libro que iban uniéndose poco a poco a una gran pila sobre una mesa.

—¿Este lugar no tenía más habitantes? —preguntó mirando a su alrededor.

—Bueno, luego del desastre que hiciste algunos migraron lejos y otros optaron por no salir de casa tan a menudo —dijo mirándolo de reojo—, y la verdad es que no me extraña, luego de ser convertidos en roca y usados como trono por un ser de otro mundo mientras su pueblo es destruido también sería suficiente para hacerme marchar

Bill sonrió de lado, sabía que ella no lo decía con ninguna intención de hacerle sentir mal o algo, pero lo cierto es que escuchar sobre el pánico que había sembrado en los habitantes lo ponía optimista, después de todo el sufrimiento y el dolor de los demás era su plato favorito.

—Bien, esto es todo —dijo la joven saltando de la escalera.

Por un segundo Bill se asustó pensando en que la joven se rompería las piernas al saltar desde tal altura, pero luego negó con su cabeza, no podía importarle menos y al ver como ella aterrizaba sin ningún rasguño sintió que fue un estúpido al sentir siquiera algo de interés por su salud.

Bill la siguió de cerca mientras ella hablaba con la mujer tras el mostrador de la librería.

Cuando salieron por fin se dignó a hablarle.

—¿Te importa tu seguridad? —preguntó cruzando sus brazos sobre su pecho.

—¿A qué viene esa pregunta? —dijo ella alzando una ceja.

—Antes saltaste de esa escalera y podría jurar que alguien más se habría lastimado.

—Bueno... tengo que admitir que en mi niñez por hacer ese tipo de cosas me lastimaba con frecuencia, pero es gracias a eso que ahora puedo hacerlo sin algún tipo de repercusión.

—¿Cuál es el sentido para eso? Podrías de verdad lastimarte de gravedad y sufrirías dolor.

— Es parte de ser humano el tomar riesgos innecesarios, de lo contrario nunca habría pensado en salvar tu vida aquel día.

—No necesitaba tu ayuda.

—¿Estás seguro de eso? —preguntó Elizabeth con cierto tono sarcástico.

Bill prefirió quedarse callado, sabía que en aquel momento si no fuera por la joven que tenía en frente habría muerto en cuestión de minutos.

Despertar sólo en el bosque en un cuerpo que no era el suyo y sin saber lo que era el dolor físico cuando su cuerpo estaba cubierto de heridas que lo inmovilizaban, incluso si no lo admitía él había sentido terror sin saber realmente lo que era eso y aunque lo negara era gracias a que Elizabeth lo salvo que ahora le tenía algo de afecto.

—Te odio —murmuró Bill.

—Lo sé —dijo la joven sobresaltándolo, al parecer no esperaba que ella lo escuchara—, por eso te agradezco que me toleres.

Bill la miró un momento, notando de pronto que llevar tantos libros le estaba costando trabajo.

Soltó un largo suspiro diciéndose mentalmente que esto sólo sería para devolverle poco a poco el favor de salvarlo, pero lo cierto es que simplemente quería ayudarla.

Sin decir nada tomó la mitad de los libros y siguió caminando al lado de la ahora sorprendida chica.

Odiaba su cuerpo humano y los sentimientos que estaba aprendiendo a tener, nunca quiso caer tan bajo como para ayudar a un humano porque simplemente quería.

Esto sólo hacia que su odio hacia los humanos creciera y una fuera pelea se desarrollara en su interior.

No te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora