A las siete de la mañana bajé al comedor y encontré a doña Sildana preparando un jugo de zapote en compañía de una joven delgada, vestida de negro cerrado.
-Te presento a mi hija María de la Luz - me dijo.
La muchacha se veía triste. Pensé que debía ser la novia del policía muerto en la toma de Arecifes... Parecía una viuda de verdad... Le pedí a doña Sildana que me sirviera dos vasos de jugo y que me llevara de desayuno la especialidad de la casa: caldo de pescado y bollo limpio. Tenía la esperanza de que con eso se me apaciguarían el hambre y el guayabo.
Miré el reloj: eran las siete y cuarto. Yonbairon no daba señales de vida. Debía estar durmiedo la borrachera. Me tranquilicé: tal vez había bebido tanto que, al despertar, no recordaría la serenata ni sus devaneos de la noche anterior.
María de la Luz apareció con el caldo, el bollo y los dos basos de jugo de zapote. La invité a que se tomara un jugo conmigo y a que me acompañara a desayunar.
-¿Qué hace una pelá tan joven como tú, vestida toda de negro? - le pregunté.
-Hace dos días enterramos a mi novio. Era policía... Lo asesinó la guerrilla - dijo con odio.
Fingiendo no saber, le pregunté cómo había ocurrido.
-Remberto estaba prestando la guardia en la puerta del cuartel de policía, Mileidi... Yo le había llevado un termo con café para que se mantuviera alerta y despierto, pues hacía una semana un informante había llegado con el cuento de que la guerrilla andaba por ahí y planeaba una toma. Por eso los pocías estaban nerviosos... Le serví café. Rembertó sonrió y me anunció que esa noche iría a mi casa para decirle a mi mamá que quería casarse conmigo. Me dijo que me quería, me dio un beso y comentó, como si supiera que se iba a morir:
«-Ojalá nunca te besara por última vez, Marialú...》.
-Yo me alejé feliz, Mileidi. Entonces vi en la calle de los recuerdos a un militar alto, moreno, de cabello liso y muy negro, que se acerbaba al cuartel y miraba para todos lados. Parecía nervioso. Llegó a la esquina. se detuvó. De pronto, empezó a disparar una ametralladora y a gritar:
-¡Fuego a discreción!
-Entonces di la vuelva y vi a Remberto sangrando en el suelo. Yo quería correr a donde el estaba, salvarlo, pero en ese momento, no sé de dónde, empezaron a aparecer guerrilleros que disparaban de un lado y otro, Mileidi, hasta que sonó una explosión y se incendió el cuartel. Después sólo había silencio y olor a pólvora... Luego, varios guerrilleros se acercaron y se llevaron los fusiles que encontraron por ahí. Sólo quedaron vivos cinco policías. Afortunadamente, cuando ya los bandidos se iban a retirar, uno de ellos reaccionó y disparó contra el tipo alto y moreno que mató a Remberto. Parece que ese era el que dirigía la toma. ¡Gracias a Dios cayó bien muerto!
Sentí que el mundo me daba vuelvas. Me puse fría. María de la Luz advirtió mi malestar... Le dije que tenía trastorno. Me preguntó si estaba embarazada. Le contesté que por desgracia eso no era posible, le pedí que me guardara el desayuno porque iba a recostarme en mi cuarto hasta que se me pasara el malestar que desayunaría más tarde.
Subí. me atropelló una sensación de náuseas. Apenas alcancé a llegar al baño. sidé frío... Fui a mi habitación. Me acosté... Entonces empecé a llorar...(Tú fuiste el asesino Pedro, tú mataste al novio de la muchacha, tú la dejaste viuda antes de que se casara, tú eres el culpable de su dolor... Y también eres culpable del mío... ¿Por qué te metiste en esta guerra de muertos inútiles, de muertos sin sentido, Pedro? ¿Y por qué me arrastraste a mí para que te acomapañara en ella? Yo no quería aprender a matar, pero tú me llevaste y me entregaste a Albeiro. Y él me obligó a aprender, el me me enseó a asesinar, y resultó ser tan buen profesor que después de que maté por segunda vez ya no me importó... No reparaba el dolor que causaba, no pensaba en quienes por mi culpa quedaban viudas y huerfanos... Pero no sería justo que yo sólo te culpara a ti de mi destino... Al fin y al cabo tú me salvaste, Pedro, tú me rescataste del dolor... ¿Recuerdas ese viernes de junio en que llegaste a mi casa de El Palmar? Ese día mi papá estaba alistando el caballo para ir a una vereda cercana. Entonces apareciste en compañía de cuatro guerrilleros más, lo saludaste y le pediste que te prestara la bestia. Él contestó que no podía dártela porque la necesitaba, pero que siguieran a la casa que allá estábamos mis hermanos y yo y que él nos diría que le preparáramos café.
Ustedes entraron... Les hice jugo de guanábana. Yo tenía puesta una falda corta. Hacía días que mi mamá me había dado una paliza porque habían entragado los boletines de final de octavo y, por fallas, me tocaba nivelar agrícola y pecuaria. Tú me miraste las piernas amoratadas y me preguntaste qué me había pasado. ¿Recuerdas que no te contesté, Pedro? Pero mi hermano te contó que mi mamá y mi papá me habían pegado. Entonces johana, la guerrillera que iba con ustedes, me abrazó y me pidió que les dijera lo que me había ocurrido. ¿Recuerdas, Pedro, que comencé a llorar y a decirles que mi mamá me maltrataba, que me insultaba, que me pegaba con cables, que me cogía del pelo y me daba contra lo que me encontrara? Entonces tú me abrazaste y me dijiste:
-Camine con nosotros para la guerrilla... Usted no tiene por qué aguantar ese maltrato... En la guerrilla nadie la va a tratar así... Allá no la van insultar, no le van a pegar, allá la vamos a querer... ¿Recuerdas eso, Pedro? Y de verdad que allá me quisieron. Tú me quisiste... Sí, yo siento que tú has sido la persona que más me ha querido en la vida, Pedro... Tú me consentías, me decías mi amor, me ayudabas, me enseñabas a desenvolverme en la guerrilla, contigo aprendí a disparar... Todo me lo enseñaste tú... Hasta me indicaste cómo ponerme las toallas higiénicas cuando me llegó el período por primera vez... Sí, tú me diste ese cariño que tanta falta me hacía, ese cariño que fui a buscar en la guerrilla y que allá por fin encontré...)

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Amor Enemigo
RomanceUn corazón roto sobre una tela de camuflaje. Símbolo de una pasión imposible, a lo Romeo y Julieta, en la Colombia de ayer. Una guerrillera y un paramilitar, una pareja de muchachos sin presente y sin esperanza, son los protagonistas de esta dramáti...