Janette es una joven venezolana con problemas mentales que tiene que convivir con sus hermanastros, los cuales comparten la misma neurona.
Nuestra querida protagonista estará rodeada de un montón de idiotas, incluyéndose, aunque sea demasiado i...
—Sí...espera ¿qué? —De verdad, lo tomó por sorpresa—. Yo no trato de decir eso.
—Solo juego, hermanote. —Dirijo mi mirada hacia el grupo de Matt Mateo Matilda Floricienta Petronille Huet—. Dejemos algo muy claro, ¿quién le va a dar la noticia a la diva peli-teñido?
—¿Es teñido?, pensé que era natural. —Pone una mano en el pecho ofendido Nicolás—. Todo este tiempo, fue una mentira.
—¡Qué gay, amiga!
Todos miramos a los lados incluyendo a Víctor y a Emilia, quienes se la habían pasado callados y escuchando la conversación.
—¿Quién fue el hijo de puta que dijo eso?
Vaya, Nicolás molesto, daba miedo.
—¿Qué acabó de pasar? —Esta vez el que no entendía nada fue Víctor.
—Y para que le quede claro a ese idiota quien me dijo eso, no soy gay, solo soy hijo de un peluquero profesional y amo el cabello natural y voluminoso —aclaró Nicolás.
«¿Quién habrá dicho eso?»
''La magia del sinsentido''.
—¿Estás segura de que quieres unirte al grupo de Matt, Jan? —hasta que al fin se atrevió a hablar esta niña.
—Pues claro, ¿por qué no lo haría?, además quiero ayudar a estos necesitados como lo hice con Uziel.
—¿Prestarle ropa y enseñarle a usar internet?
Vaya, ¿acaso ironizó?, me gusta.
—Eso no, tú necesitabas eso, ellos ya saben de eso, ¿cierto? —Dirigí mi mirada hacia ellos, la cual, asintieron—. Ah, qué bueno, no quería lidiar con un grupo que no sabe de eso.
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Hemos decidido contarle nada a Matilda, no íbamos a ir en persona para que haga un escándalo, pero no sabíamos qué hacer para decírselo, y de repente se iluminó la lamparita de mi cabeza, literalmente, había un bombillo quemado arriba mío y recién lo cambiaron, pero también me llegó una idea.
—¿Qué tal si se lo escribo en mensaje? —Saqué mi celular y buscaba entre mis contactos.
—¿Tienes su número? —preguntó Víctor.
Sí, mi querido y jodido Víctor, tengo su celular, pero creo que le dije algo diferente:
—Sí. —Le envié un mensaje de texto.
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Yo: Hola Matilda, ¿cómo estás?, yo, hermosa como siempre ¿aun sigues de torpe?
