4: el nuevo secreto de Víctor.
Alicia y Uziel están discutiendo, ¿por qué?, les diré por qué, la muy idiota de Alicia lo mira demasiado y éste se sintió incómodo, seguido de eso, le dijo que era una golosa, la cual por eso ella se ofendió, hasta en el camino se lanzaban cuadernos, creo que ya Alicia se quedó sin útiles escolares, a veces pienso que soy más madura, lo cual es muy cierto. ¿Yo que hacía?, bueno, me cansé de frenarlos así que desvíe mi mirada al cielo pensando en todo como: ¿por qué los perros no hablan?, ¿por qué los políticos no son honestos?, ¿por qué no existen las arañas voladoras?, ya que existen las hormigas voladoras y las cucarachas voladoras, Dios tenía sus motivos. Pensaba en todo, me dio hambre y pensé en comida, «No está mal comer una pizza con tomate, queso, jamón, peperoni o tal vez unas deliciosas papas fritas con salsa BBQ o como se diga».
—¡Qué no te estaba viendo! —se defendió Alicia, muy roja como un tomate y enojada.
—¡Pero claro que me veías, ¿es que acaso me ves cara de idiota?!
Bueno, ya me estaba hartando de su pelea.
Son un par de inmaduros, no soporto más esos gritos ya que me interrumpen mis bellos pensamientos, es hora de poner firmeza y mucha madurez en esto.
—¡Cállense hijos de la Coromoto que me están jodiendo! —Les di un zape a los dos, es lo más maduro que he hecho en toda mi vida.
—Eso dolió, Jan. —Me puso cara de perro llorón, sí que es tan tonta como para creerme eso, soy más creíble que ella en esas cosas.
—No preguntaré más, bueno, me tengo que ir a casa, yo me voy de aquí. —Él se retira después de despedirse, los caminos se estaban separando.
—Oye, Jan —miré a Alice.
—¿Qué pasa?
—¿Por qué tu hermano no quiere que me quede? ¿Es por mí?
—Claro que no, no te sientas mal, él no entiende el significado de ''piyamada'' y de ''diversión'' ya que jamás se le celebran los cumpleaños en grande, de bromas le hacen un pastel pero demasiado elegante y sin dulce.
—Eso es horrible.
—Lo sé, tiene problemas.
—Bueno, si tú lo dices de ese modo, está bien. Bueno, ya nuestros caminos se separan, ¡nos vemos, Jan! —Se aleja agitando la mano de despedida.
—¡Nos vemos! —hago lo mismo. Hasta perderla de vista.
En ese sentido me sentí algo sola, bueno, no realmente, tenía a un gato que era tan pachón siguiéndome, lástima que Víctor no me dejaría que me lo quedara, pero después pensé: «por el amor de Goku y las esferas del dragón, ni siquiera ese idiota se preocupa por mí», así que cargo a ese bello gatito negro, según dicen que dan mala suerte, pero si yo soy la mala suerte en persona, así que no me importó; qué lindo, sus ojos eran de color azul, lo llamaré Aoi, sé que es un nombre Japonés, pero es más interesante ya que veo mucho anime.
Por fin llegué a la residencia y traspasé el jardín que Víctor cuidaba muy bien, hasta se obsesionaba con eso, normalmente tenemos jardinero pero nooo, este idiota con complejo de mayordomo perfeccionista tenía que ser tan delicado, si tocaba uno una puta rama este le daba un infarto, ¿qué le pasa a él con esas flores?
Caminé por el gran sendero que se dirigía a las grandes puertas de la entrada, que por cierto, parecían puertas de iglesia, ¿por qué las puertas grandes?, si a mí lo que me falta es Dios ya que vivo con estos demonios, con mi llave de respaldo que me dio mi madre, abrí la puerta y entré, suspiré con mi querido gato en las manos.
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Rodeada de idiotas.
הומורJanette es una joven venezolana con problemas mentales que tiene que convivir con sus hermanastros, los cuales comparten la misma neurona. Nuestra querida protagonista estará rodeada de un montón de idiotas, incluyéndose, aunque sea demasiado i...