Podría enumerar -y ser pesado por redundante- la cantidad de cosas que me atraen a ti, pero prefiero centrarme en esas risa que tanto me gusta.
Esa que exageras y que tan entrañable me parece.
Esa que hizo que me enamorara de ti.
Soy el aburrido que ve en tu risa algo más que una alegría contagiosa. Ese que, por culpa de ella, se embarcó en aventuras que ni Dora la Exploradora en sus mejores días se imaginó,
No había aprendido nunca tanto con nadie como lo he hecho contigo. Siempre he sido más más de escuchar que de hablar. Y a ti siempre se te ha dado bien ser un buen charlatán. Quizás por eso nunca nos ha faltado algo nuevo que aprender cada día.
O quizás sea por que somos jodidamente imperfectos, no lo sé.
Me ilusionaste desde el primer día. Y sé que esa no es una medalla de gran valor para ti, ya que sabes mejor que nadie cómo de feliz me pongo cuando tomo caramelos en la consulto del médico y cómo lo toco todo cuando estoy en una tienda. Sé que tú le encuentras sentido a estas palabras y sabes, mejor que nadie, que lo nuestro estuvo claro desde el primer día.
Que tú eras mío y que yo era tuyo. En cuerpo y alma. No hizo falta poner límites, todo estaba claro.
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El patito que nunca llegó a ser cisne
RandomEs te libro no es prosa. no es normal ni pretende serlo. No es ficción ni llegará jamás a ser poesía. Porque no quiero llevar el peso de ser poeta a mis espaldas, si no puedo a veces siquiera llevar el de ser un referente para algunos, ya que en oca...