So hold on

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⚠️ADVERTENCIA⚠️: Capítulo +18

Se detuvo frente a la gran puerta del castillo, tomó aire y empujó suavemente la pesada madera para entrar en el lugar, si bien aún estaba algo asustada no sólo con situación si no también consigo misma. Soltó un suspiró en cuanto sus ojos cayeron sobre la espalda de Emma, cubierta por el velo, vaya que le sentaba bien el blanco, iba demasiado bien con esa piel blanquecina que ella tenía. Nunca se lo dijo pero la rubia siempre fue hermosa ante sus ojos, quizá por pena o quien sabe pero obviamente jamás admitiría a viva voz que Swan era realmente un Ángel, incluso antes de convertirse en el oscuro.

Caminó con sigilo por la capilla hasta un asiento vacío, se mantuvo callada durante la ceremonia de coronación mientras mantenía sus ojos cerrados, escuchar el juramento que diría Emma para proteger y dar su vida por la Corona, era como recordad cuando se le obligó a ella misma a hacer ese juramento después de su boda con el padre de Snow, era como volver a esos tiempos, inclusive su cuerpo temblaba por entero. Trataba de todas las formas posibles de evitar que su magia no se saliera de control, solía pasarle cuando se encontraba en este tipo de situaciones.

Apenas la rubia fue coronada, la ovación y los aplausos de la gente se esparció por todo el lugar, mientras que la morena al fin había podido respirar. Dio un pequeño salto en su lugar cuando una mano se posó sobre las suyas, apenas abrió los ojos, sus orbes chocolates toparon con los aguamarina de su hijo, quien le miraba preocupado, le sonrió levemente, tratando de tranquilizarlo. No quería preocupar aún más a su hijo, no era algo necesario. El muchacho ya tenía bastante con ver a su madre convertida en el oscuro.

La ceremonia dio por terminada y al salir del salón, la rubia pidió disculpas para cambiarse de vestido a algo mucho más cómodo. Regina lo entendía, apesar de lo hermoso que era el vestido de Emma, aquel corsé debía estarla matando. Ella no estaba acostumbrada a llevar aquel artículo. En completo silencio y sigilo, siguió la figura de la rubia al salir del salón. Apenas unos metros antes de llegar a su habitación, la blonda se detuvo en seco.

- se que vienes tras de mi... - hizo una pausa mientras giraba lentamente su cabeza y observaba de reojo el pasillo por el cuál se escondía la morocha. - Regina - sus piernas temblaron y todo su ser se vio envuelto en un estremecimiento inesperado, aquello sucedió con tan solo escuchar su voz, distorsionada por la del mismo oscuro. - sal de una vez y dime que necesitas - y como si fuera una máquina, acató su orden de manera monótono. Aquello la asustó en medida, ¿acaso era este un tipo de poder que obtenía el oscuro o era su cuerpo siendo e sintiéndose reclamado por la única que esperaba fuese su dueña?

- Emma... - su nombre salió en un susurro apenas audible, que si no fuera por la cercanía en la que había terminado frente a la rubia, no habría podido haberlo escuchado. Su cuerpo volvió a temblar por completo en cuanto una mano fría de la blonda estuvo sobre su mejilla, acariciandola de una manera dulce. Después, una mueca de dolor se abrió paso por su rostro cuando fue tomada con rudeza por la mano que anterior mente la tocaba con dulzura.

- mira nada más, como tiembla - la rubia la observó de arriba abajo mientras se lamia los labios al llegar a sus labios. El centro de la morena pálpito de placer al ver un brillo lleno de deseo y lujuria en la mirada aguamarina que en esos instantes se había convertido en negro. - como reacciona tu cuerpo a mi toque, al deseo de ser llenada por completo por mi - con la mano libre de Emma, recorrió con vehemencia su rostro, arrastrando sus uñas por su lado izquierdo desde su rostro, pasando por su cuello, lo cuál causó un escalofrío y un suspiro lleno de placer de parte de la morocha, hasta llegar al nacimiento de sus pechos, donde se detuvieron. Regina sentía su cuerpo vibrar por completo, ante el toque de la rubia, no podía controlarlo y cuando menos lo esperaba, estaba empotrada contra la pared más cercana. - ¿me deseas? ¿Deseas que te toque? - el susurro en su oído rompió toda barrera que hubiese levantado en aquel momento. Se dejó llevar por el placer, no sólo de sentirse una con la rubia, si no también de ver hasta donde era capaz ahora que era un oscuro.

Las Lágrimas de Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora