I won't let you slip away from me

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Regina fue la primera en reaccionar, quizá la única en realidad, que corrió en ayuda de la rubia quien parecía no reaccionar. Ni siquiera Arturo podía moverse, quizá de la impresión o de la preocupación, eso a ella no le importaba, es mas le molestaba, pues, se suponía ahora mismo Emma era su mujer y debía preocuparle su bienestar pero parecía mas en estado de shock que prefirió no comentar nada. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de Emma, se dio cuenta de hasta que punto la magia negra comenzaba a dañar su propia imagen, haciéndola mas parecida a la de Rumple en sus tiempos del tenebroso en el bosque encantado. Intentó acercarse a ella pero una ráfaga de magia oscura detuvo su movimiento, cuando su mirada cayó sobre el rostro de la rubia se quedó estática pues los ojos de la rubia habían vuelto a ese tono completamente negro que le hacía temblar por entera.

- no te atrevas a ponerme un solo dedo encima...Mills - se congeló a unos centímetros de su rostro, vaya que se sentía extraño todo aquello, ella que había causado tanto terror ahora era la aterrada. - estoy bien...no fue nada de que preocuparse - ninguna se había dado cuenta en que momento toda la bruma oscura a su alrededor había desaparecido, hasta que Arturo se acercó a ellas con la intención de ayudar a su ahora "esposa".

- ¿Cómo te encuentras cariño? - el moreno le tomó con suavidad de la cintura mientras trataba de recomponerse. - ¿deseas que se aplace la celebración para que puedas descansar? - si bien,no podría negar que la oferta era digna de admirar, el mostraba interés,preocupación pero ¿acaso con él podría olvidar a su candente Morena,quien estaba a solo unos cuantos pasos de ahí? Negó y le regaló una pequeña sonrisa mientras posaba una de sus manos con algo de dulzura sobre la de él.

- estoy bien,querido - su mirada se posó nuevamente en la gente que los rodeaba y les sonrió levemente, no quería asustar a nadie más, no necesitaba que esa gente le viera como un "monstruo", cuando no lo era. - estoy bien, podemos seguir con la celebración - los aplausos se hicieron escuchar mientras la pareja caminaba hacia el castillo, específicamente hacia el gran salón, era hora de terminar de sellar por completo aquel matrimonio. Ese pacto que hacía a Emma, sentirse cada vez más perdida.

Regina les miraba de lejos, abrazándose a sí misma, sus ojos estabas rojos por la retención de las lágrimas, parecía que no se movería ni un centímetro, hasta que... - My lady, ¿ qué pasó? - el arquero le miraba preocupado, aquella no era la mujer valiente de la que se había enamorado perdidamente. Esta ex reina parecía más perdida que la última vez que habían cruzado palabras.

- tuve miedo Robin - se le veía temblar ligeramente sin poder despegar su mirada de la pareja que caminaba a unos cuantos metros. - me pasó lo mismo que aquella noche, tuve miedo de entrar en la taberna y dejé ir a mi final feliz - intentó limpiarse las lágrimas mientras el castaño posaba sobre sus hombros la capa que acompañaba su traje esa tarde.

- quizá tengas algo de razón, hermana pequeña - levantó su mirada al escuchar la voz de su proclamada hermana, siendo que solo eran medias hermanas. Soltó un suspiro pesado, no estaba de humor para escucharla en ese momento - eres una miedosa - estuvo a punto de lanzarle una bola de fuego, se contuvo, lo había recordado, ella estaba embarazada, jamás, ni cuando habia sido la reina malvada, habia lastimado a una mujer que estaba esperando a un ser inocente, libre de los pecados que cometían sus padres. Al final de cuentas, no era tan malvada como creía. Ya vería como se las pagaría su hermana después. Desvió nuevamente su mirada hacia la pareja que entraba en el castillo, el vestido de Emma, aunque sencillo, le hacía parecer realmente una reina, una que ahora mismo debería estar con ella y no con aquel Rey, estúpido a su parecer. - eres una miedosa, es verdad pero ¿a quién no le aterra enamorarse de una persona que es todo lo opuesto a ti? Una persona que está llena de virtudes, aunque no las vea, que es maravillosa, hermosa, ante tus ojos... - comenzó a prestarle atención, nunca había imaginado que su media hermana pensará así, mucho menos de un tema como ese . - todos le tenemos miedo al amor, a lo desconocido, pero ¿cómo vas a saber que es de verdad,qué es el bueno,si no te arriesgas por ello? Si,Emma se acaba de casar con Arturo, esta apunto de ser coronada pero ¿quién te dice que todo esto no lo hace para protegerte de algo?, vi su mirada antes de dar el "si acepto"  - la pelirroja suspiró con cansancio mientras dirigía su mirada hacia el castillo, específicamente hacia la puerta donde minutos antes había entrado la rubia del brazo de Arturo. - pareciera que se acababa de romper por dentro cuando te miraba, te buscó a ti de entre todas las personas, estaba asustada y ¿quién no? - Zelena le tomó de las manos, algo extraño entre ellas, jamás, desde que se conocían, habían tenido ese tipo de contacto, al menos por cuestiones de circunstancias, no se lo habían permitido - ella se sacrificó por ti, es hora que le devuelvas el favor, ella está esperando por ti. Ahora podrá ser la tenebrosa y todo eso pero,eso no quita que esa rubia esta colada hasta los huesos por ti - le sonrió, ¡wow! que con eso del embarazo su hermana había cambiado mucho y ella no lo había notado.

- Zelena tiene razón, My lady - Robin les miraba con una pequeña sonrisa sobre los labios. Después le señaló la puerta del castillo. - es hora de que entres en esa taberna y decidas conseguir al fin ese final feliz junto a esa rubia,es hora de luchar por tu verdadera felicidad - vaya que esos dos eran buenos hablando para subir el autoestima,mucho mejor que los discursitos motivacionales que solía darles Los Charming, pero en algo tenían razón, ella amaba a Emma y si ella le correspondía como decían, aún podía luchar por ella, por sobre los Charming, sobre su pueblo, por sobre Arturo, Regina iría por esa rubia sin importar el destino.

Les dedicó una sonrisa a ese par y soltando suavemente las manos de su hermana para sostener la capa de Robin sobre sus hombros, corrió con rapidez hacia el castillo, aún tenía mucho que hacer antes de poder vivir feliz con su rubia, primero que nada, tenía que encontrar a Merlin, debía sacar la oscuridad de Emma cuanto antes, no quería que alguien saliera lastimado y en segundo lugar, tenía que luchar por el amor de la ahora esposa del Rey.

Las Lágrimas de Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora