Lyn:
Sorina ha colapsado enfrente de nuestros ojos, afortunadamente, Linder reacciona justo a tiempo y logra detenerla en su caída antes de que toque el suelo. Durante unos buenos segundos nadie dice nada. ¿Qué había pasado aquí?
— ¿Qué le ha pasado? –increpa Abby
La rubia da un par de pasos en dirección a su hermano, observando con temor a su amiga, Linder guarda silencio unos cuantos segundos, estudiándola, es bueno ver que parecen haber salvado las distancias que los separaban. Quiero decir, ¿todo ese número de enemigos mortales durante la escuela? Para mi fue obvio desde el principio que en realidad solo se estaban escondiendo las ganas que se tenían el uno al otro, claro que después la aparición de Kurapika y Arella habían complicado la madeja, pero además, bastaba que los miraras juntos, para que te dieras cuenta de que era mucho más que química o atracción sexual, esos dos estaban echos el uno para el otro, hasta yo, que soy bastante excéptica al respecto con eso del amor a primera vista, me había dado cuenta, bastaba solo sentir la magia que vibraba alrededor de ellos.
— Creo que se ha desmayado –responde Linder al cabo.
La mirada lapislázuli de Abby estudia el cuerpo inanimado de su amiga, la magia crepita en el aire, y recorre a Sorina como si fuera un escáner.
— Está teniendo una visión –informa entonces
— Mientras estuvimos en Aibendri ella tuvo una visión –interviene Linder de nuevo–, pero yo la compartí con ella.
Estaban a punto de lanzarse en una de esas discusiones sin fin, planteando teorías y problemas que suponía tardaría horas y normalmente, no me molestaría quedarme a escucharlos, pero se lo básico, Sorina está bien, quizá un poco agotada y ahora en trance, pero bien, entonces bien puedo desaparecerme de aquí y marchar en busca de Nael, tengo que saber cómo están las trincheras, Arella insinúo que todos los defensas estaban muertos, pero yo me niego a creerlo. Nael tiene que estar bien. Retrocedo despacio, tratando de no llamar la atención, hasta que consigo abandonar la cabaña, dejando a todos concentrados en la princesa oscura.
El paisaje nevado está en completa calma, en mi interior, donde bulle mi magia, percibo la desaparición del bore espinoso y afilado que acompañó a la presencia de Arella y sus secuaces, aunque, lastimosamente no con falta de secuelas. El sitio donde antes batallamos es la primera muestra de ello, árboles destruidos, arrancados de cuajo, el suelo muerto, continúo mi vuelo, tratando de encontrar una pista, cualquiera que me hable de aquellos que se quedaron combatiendo en la brecha. La línea de árboles termina abruptamente, y distingo los destrozos, la tierra ennegrecida por impactos de explosiones, la nieve manchada por la muerte de sombras y sluaghs, sangre de amigos y enemigos, había muchas bajas de los soldados de Arella, pero de los nuestros también habíamos perdido unos cuantos, había faes con la garganta destrozada y el rostro desfigurado por el terror, otros sus cuerpos comenzaban a volverse azules y los ojos salidos de las cuencas, la sangre manchaba todo, algunos caith sith también habían muerto en el proceso. ¡Mierda! Tomo tierra tropezando desesperada, intentando estudiar los cuerpos, buscando cualquier rastro de Nael. Una figura oscura se pasea entre los cuerpos, las sedas oscuras que la envuelven resaltan contra el blanco puro de la nieve, un manto negro rodea su cabeza, barajeo la posibilidad de alejarme pero se gira hacia mí y yo soy incapaz de moverme. Aterrorizada, y cautivada en partes iguales. Lo que pensé se eran retales de seda negra, son en realidad girones de niebla oscura, que ondulan ante las caricias de la brisa, la misma oscuridad cubre sus cabellos y el rostro sin facciones, através del velo oscuro, distingo un par de brillantes ojos azules, la extraña criatura flota sobre la nieve directa en mi dirección, sus movimientos son suaves, despacio, como si quisiera darme tiempo a correr, no parece mala idea, pero aunque mi mente humana me grita despavorida, hay algo más, profundo y elemental, que me fuerza a quedarme donde estoy.
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Beso de Verano
РазноеLa llamaban bruja, tuve que darles la razón, con una mirada conquistó mis pensamientos, con un beso, mi vida entera. Crecí aborreciéndola, la conocí y me enamoré. Cuando más me necesitaba, traicioné su confianza. Somos hielo y fuego. Invierno y Vera...