Comprometiendo a mi enemiga. [Libro 2]

¿Viendo a través de mí?

«Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda. ¡Mierda! ¿Porqué mierda soy tan impulsivo? ¿Porqué no sólo le dije que si? Soy un maldito idiota»

Estaciono el auto y suspiro, salgo del mismo listo para inventar una mierda a Ana sobre mi actitud, le diré que bromeaba, al fin y al cabo, ella siempre cree todo lo que le digo, si fuera menos idiota

—¡Christian!

Me detengo, Bárbara se acerca a mí un poco recelosa pero con una sonrisa y me doy cuenta entonces que los chicos están tras ella

—Hola

—¿Podemos acompañarte?

Susurró Bárbara cuando sus labios tocaron mi mejilla en forma de saludo, asiento sin entender porqué no deberían, Bárbara toma mi brazo para entrelazarlo con el suyo, me separo algo incómodo

—Bárbara...

Me abraza y me tenso, acerca sus labios a mi oído y la siento temblar

—Aún no les he dicho que rompimos, por favor, dame un último día

—Pero...

—Tómalo como un último favor, por favor...

Suspiro y asiento, los chicos se posan a nuestro lado y comienzan a hablar de cosas triviales hasta que nos topamos con Peter en la entrada

—Chicos

Nadie contesta y sonrío, me hace demasiado bien verlo excluido

—Peter

—Christian

—¿Tienes cara para hablarnos?

Digo y frunce el ceño, Bárbara se vuelve hacia mí

—¿Hay alguna razón por la que no debería?

—No te burlaste de Ana

Digo y Bárbara me mira descolocada

—¿Ana? ¿Porqué la llamas así?

Me quedo callado y al que se le escapa una carcajada es a Peter, me vuelvo hacia él

—¿De qué te ríes imbécil?

—Se te caerá la máscara pronto, Christian

Se vuelve hacia el instituto sin decir más dejándonos a todos desconsertados, Bárbara vuelve a apretar mi brazo

—¿Christian?

—Vamos

Avanzo y todos me siguen en silencio, Bárbara no deja ir mi brazo

—¿Porqué la llamaste Ana?

Me encojo de hombros

—No sé, su prima la llama así, supongo que se me quedó el nombre

—Seguro que es eso

Ríe nerviosa y todos la imitan, me alegra ser un gran mentiroso

—¿Qué más podría ser? ¿Christian enamorado del bicho?

Dice Connor y todos ríen, me incluyo, es divertido ver cómo otros creen lo que digo, cuando entramos al aula mis ojos viajan directamente a Ana, baja la mirada rápidamente al toparse con nosotros, Bárbara se aparta de mí

«¿Dónde está la Ana altanera de ésta mañana?»

—Eh rarita

Bárbara se posa frente a ella, Ana la mira sin expresión alguna para después volverse a la ventana dejándola de lado