Daniel Oviedo.
—Qué, ¿cómo llevas eso de dormir con ese olor a coco y vainilla de las sábanas? -dice Jesús entrando en la habitación.
—Bien, supongo. -digo distraído mientras juego con mi anillo.
—¿Qué pasa? -se sienta a mi lado, en la cama.
—Bueno, ni siquiera me había dado cuenta de que olía a eso.
—¡Dani! -mueve la mano delante de mi cara para que espabile.
—Qué, qué.
—Que qué te pasa, tío.
Me levanto.
—Nada.
—Daniel.
—No sé si esto saldrá bien. -empiezo a dar vueltas por la habitación.
—¿De qué estás hablando?
—De fingir que quiero esa beca.
—¿Fingir? Creo que te has equivocado de palabra. -ríe.
—La quiero, pero no me corresponde.
—¿Pero qué dices? ¿Es una broma? -se levanta.
—Valeria se la merece, solo estoy presionándola para que se esfuerce hasta que no pueda más y le compense todo cuando la consiga.
—Por favor. -ríe.
—Voy en serio. Creo que es lo mejor.
—Déjate de bromas.
—Jesús deja de molestar.
—¡Es una beca, una beca! -me tambalea cogiéndome de los brazos.
—Lo sé.
—Espera. -me mira- ¿No estarás...? -sonríe.
—Joder Jesús. Solo lo hago por diversión.
—Tú siempre tan amable. -dice sarcásticamente.
—Claro, lo que tú digas. -levanto los brazos como signo de inocencia.
Tengo hambre, voy a la cocina a por una manzana o lo que sea que haya en esta casa.
—Dani. -dice Jesús de nuevo antes de irme.
—¿Sí? -lo miro.
—No juegues con ella si no tienes ningún interés amoroso, ¿vale?
—Vale papá. -me burlo y me voy.
Valeria Collins.
Sí, sigo aquí, con la luz del flexo reflejado en mis gafas.
Y sí, gafas para leer de cerca.Toc toc.
—¿Mamá? -pregunto.
—Sí hija, soy mamá. -Dani pone voz de pito.
—Idiota. -ruedo los ojos.
Se acerca, puedo escuchar sus pasos.
—Manzana. -apoya la fruta encima de mis apuntes.
Me quedo mirando a la manzana extrañada.
—¿Perdona?
—Manzana. -la señala.
Sigo sin entender.
—¿Piensas quedarte aquí de por vida? -pregunta.
—No lo sé, déjame.
—Encima que te traigo esta gran y deliciosa manzana para animarte, ya que, algo bueno te tendrás que llevar, porque la beca...
—Por ahí tienes la puerta si es lo que quieres. -le invito a irse.
—Vale, vale -levanta la cejas.
—¿Tanto te aburres Daniel? -lo miro.
—Me gusta chincharte. -me hace la burla.
—Adiós Oviedo. -le tiro una manzana tras haberle dado antes un mordisco.
Él la alcanza en el aire y le da otro mordisco justo donde se lo había dado yo.
—Puag. -pongo cara de asco.
—¿Ahora es cuando vienen los enanitos al rescate? -bromea desde la puerta, a punto de irse.
—Déjate de princesas, ya tienes una edad, chico malo. -recalco chico malo.
—La tienes cogida conmigo. -le da otro mordisco.
Le hago un adiós con la mano para que se vaya.
—Adiós chapona. -se va.
Og.
Pues lo subo a esta hora porque no tengo más tiempo que este🤢
Ojalá os vaya genial en los exámenes bbys, no queda nada!🌟💙