Enredos del Destino [FINALIZADA]

Capítulo 12 Dudas

No estaba segura si era día o noche, la cortina de mi cuarto no me dejaba saberlo, todo era oscuridad a mi alrededor, busqué entre mis sábanas el teléfono y revisé la hora y fecha.

Sábado 15 de Julio. 10:46am

Nueve notificaciones en Zoobook, trece mensajes de Clawsapp, el grupo del ZPD, una que otra cadena, un chiste de Lobato y Bogo que hasta en un chat de teléfono vivía regañándonos.

Mi cabeza dolía intensamente. Garraza se había quedado un rato conmigo, me hizo un té de hierbas para calmar mis nervios y estuvimos hablando de cualquier cosa, aunque no se en qué momento me había quedado dormida ni tampoco cuando se había ido, estaba tan exhausta ayer que fue casi inmediato el perder las luces.

De pronto la luz de mi teléfono volvió a encenderse con un muevo mensaje. Era de Sara.

"Estoy abajo. Quita el seguro"

Me paré pesadamente de la cama y caminé hacia la puerta, le quité la llave y volví a recostarme en mi cama mirando hacia la pared. No tenía ganas de salir, me estaba empezando a sentir muy mal.

No pasó mucho tiempo cuando escuché la puerta volver a abrirse, Sara dejó una bolsa sobre el escritorio y cerró nuevamente. Pude sentir los pasos caminando hacia mi cama y luego sentarse sobre ella; se quedó inmóvil durante unos segundos, sólo sentada sin hacer nada. Su cola estaba sobre mis patas, era muy cálida. De pronto esa misma calidez se hizo presente en toda mi espalda, su brazo rodeó mi cintura y su hocico estaba pegado a mi cuello, ahora su cola me cubría ambas patas.

Se acomodó abrazándome por la espalda, me apretó con fuerza, me mantuvo así durante unos segundos.

Lentamente me volví a verla y cuando finalmente pude verla, tenía los ojos cerrados, se había quedado completamente rendida. Me reí entre dientes y decidí no molestarla. Me volví a dormir.

Un par de horas más tarde, las dos ya nos habíamos despertado y comíamos del delicioso pastel de la fiesta del día anterior junto con un vaso de leche. Ella como siempre hablaba sin cesar, hubo un momento en el que me había perdido en la retahíla de tonterías que decía mi amiga. Me alegraba verla así, durante un tiempo sentí que mi malestar había desaparecido.

- Creo... que es un poco apresurado pensar en algo como esto pero- bajó el tenedor con el que estaba comiendo y sus ojos se oscurecieron en un instante- pienso que Nick ya no quiere estar conmigo...

Un escalofrío me paralizó por completo, apenas podía sostener el tenedor y el plato.

- P-pero... ¿él te ha dicho algo? ¿ha hecho algo?- Sara alzó la vista hacia mí, parecía angustiada.

- No... La verdad no, pero... está raro, ya no me mira cuando me habla y también...- apretó los puños sobre sus piernas- sus respuestas son tan cortantes, está distanciado y... ¡y anoche fue la gota que derramó el vaso!- empezó a llorar amargamente, sus lágrimas eran negras por el delineador en sus ojos.

- ¿Q-qué pasó anoche?- pregunté un poco temerosa de la respuesta. Ella se levantó de su silla y se lanzó en la cama.

- Anoche, luego que tu te fueras, la fiesta siguió durante un rato más, y estuvo bien, todos la estábamos pasando tan bien, Nick y yo estábamos juntos, conversando con mis amigos, hasta que todos empezaron a irse y nos quedamos solos. Estuvimos arreglando un poco la casa, lavando platos y acomodando pero se sentía como si yo estuviera sola. Nick estaba tan ausente, como si su cabeza estuviera en otro lugar... No parecía él mismo...

- ¿Y... entonces?- ella se volvió hacia la pared y se hizo bolita.

- No voy a mentirte, Judy. Yo estaba un poco tomada y creí que ese sería un buen momento para... Bueno, tu sabes...- no me vio apretar los puños al mencionar eso- yo de verdad tenía ganas de hacerlo... yo... si, yo dije que no tenía ninguna prisa para eso pero anoche la situación era diferente... Realmente quería... sentirlo... Que fuera mío, que me amara y... ¡Agh! Esto es tan vergonzoso.