Capítulo 1 Alguien Especial

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Toda la vida me había preparado para enfrentar cualquier circunstancia, estaba dispuesta a arriesgar mi vida con tal de cumplir con mis deberes... Sin embargo, nadie me había entrenado para algo como esto...

Mentiría si dijera que estaba bien, sentí dolor. Sí. Un dolor profundo y punzante, mi pecho dolía como si me hubieran arrancado el alma de una sentada.

Estuve mal, muy mal, de hecho fue largo el permiso que pedí en el trabajo, había enfermado, de pena, de dolor, de tristeza... La depresión enferma, ¿sabían?

No quise comer, no podía dormir, el simple hecho de salir de mi casa se había convertido en una clase de prueba imposible para mí, no tenía fuerzas para siquiera levantar la cabeza y mirar lo que había a mi alrededor. Así fue, me había convertido en mi peor enemiga, una cobarde... El estado más patético que podría existir.

No se si pasaron días o semanas... O meses... O años, no tengo idea de cuanto tiempo pasó, pero un día me cruzó un pensamiento fugaz y definitivo, esa mañana levanté finalmente la cabeza y me miré al espejo al lado de mi cama...

- Soy un fracaso... - me di una bofetada que resonó por toda la habitación. Desperté- ¡Al demonio! ¡No soy cualquiera! Soy Judy Hopps... Primera y única coneja policía del ZPD. Puedo hacer lo que sea, ¡puedo lograr lo que sea! Puedo lidiar con esto... ¡Y con todo!

Habiendo recobrado ya la mayor parte de mi fuerza me puse de pie y salí de mi habitación, tomé mi toalla y el cepillo de dientes, me decidí a tomar una larga ducha con agua tibia, lo merecía.

Luego de eso, estaba muerta de hambre, caminé hacia el refrigerador y al verlo completamente vacío me sentí absolutamente estúpida, ¿como pude haberme dejado perder de esa manera? Tomé unos vaqueros negros y una sudadera gris. No estaba muy interesada en lo que los demás pensaran de mí, total yo sólo necesitaba reabastacerme. No buscaba nada más... Nada más...

De pronto cuando salí de mi habitación y me dirigí hacia las escaleras una sensación desagradable me invadió, a pesar de sentirme casi invencible me di cuenta de una cosa... Estaba sola, ahora si estaría sola, completamente sola, me sentía desprotegida, por un segundo me sentí insignificante, de todos modos, ¿que era una pequeña coneja para una gran ciudad como Zootopia? Si algo llegara a pasarme, no habría a quien llamar, no quise preocuparme más, no podía dejarme vencer sin siquiera haberlo intentado. Sin pensar mucho en eso, ni en nada, bajé por las escaleras para salir a la calle.

Todo estaba igual, el tiempo parecía no haberse detenido, a pesar que yo sentí que mi vida sí  lo había hecho.

Fui caminando por la calle, mirando aburrida los negocios de lado a lado, como vivía en el centro, el market quedaba relativamente cerca.

Cuando llegué allí vi a muchos mamíferos, algunos más grande que yo... Otros, muy pocos que me igualaban. Fui hacia la parte de los vegetales y empecé a seleccionar los que me apetecían. Zanahorias... Unas cuantas, pero decidí hacer una ensalada esa tarde, cuando me di la vuelta vi a una familia zorros en la entrada, estaban entretenidos comprando cosas para su hogar. Sentí una presión en mi pecho pensando que ese podría ser Nick en cualquier momento, y era así como debía ser... Era lo correcto, no podía ser de otra forma. Lancé un suspiro resignada a lo que debería ser mi destino.

Me volví hacia las legumbres para intentar no seguir pensando en eso, escogí unas cuantas cuando sentí la mirada de alguien sobre mí, miré con el rabillo del ojo a quien estaba a mi lado de pronto sentí que me había helado, al notar un pelaje rojizo allí, palidecí de inmediato, no podía ser él... Me volví lentamente nerviosa de ver algo que no quería cuando esa sensación había desaparecido de mí.

Quien estaba a mi lado era un zorro, sí. Pero no era él, era una hermosa zorra con el pelaje anaranjado notablemente más claro que el de él, sus ojos eran color miel y tenía la punta de su cola y orejas blancas, estaba vestida con una blusa cruzada rosada y unos jeans ajustados azules, ella me atisbó mirándola. Yo me puse nerviosa y de inmediato me volví a ver hacia otra parte... Creerá que la habré visto mal por ser una zorra.

- Lo siento...- me dijo llamando mi atención- es que estaba diciendo en mi mente que esas remolachas se ven muy apetitosas- me sonrió dulcemente- s-seguro debes estar preguntándote "por qué una zorra habla de remolachas?" no me tomes a mal- tomó una en sus manos- me gusta probar todo tipo de cosas- sin decir nada más las metió en su bolsa y extendió la mano- me llamo Sara... Un gusto...- la chica se presentó como si nada, parecía que era muy amigable, eso me agradó.

- J-Judy Hopps- ambas estrechamos las manos y de pronto sentí como una corriente en mi espalda.

En ese momento no lo sabía, pero algo me dijo que ella significaría algo importante para mí a partir de ese momento...

Enredos del Destino [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora