¡Jos! |Jalonso|

8.- "Casa sola".

Los besos de Jos comenzaron a descender de los labios al cuello de su ahora pelirrojo esposo.
Hacía tiempo que el acto coital no se llevaba acabo entre ellos dos, todo a su alrededor estaba lleno de trabajo, responsabilidades, más trabajo & ocupaciones que, por obvias razones los dejaban fuera de todo el acto sexual, pero habían encontrado un momento entre tanto estrés.

Santi pasaría el fin de semana en casa de Alfredo & Bryan, así que tenían la casa solamente para ellos dos.

Alonso se dejó hacer entre las caricias de José, extrañaba sus labios, la pasión con la que se besaban cuando apenas eran novios & pasaban las tardes llenas de encuentros fogosos, besos muy húmedos & una que otra "metida de mano".

Se separaron un momento, sólo para controlar su respiración, Jos miró los ojos azules de su esposo, a ese punto, estaban oscuros, llenos de deseo & lujuria, brillaban gracias a excitación & este no pudo hacer otra cosa más que sonreír con un poco de soberbia.
Le gustaba saber que ha pesar del tiempo que pasase, seguiría provocando el mismo efecto en Villalpando.

Corto nuevamente la distancia entre ambos, besándolo con fuerza & pasión, haciendo que el ex rubio lo besase con la misma intensidad.
Llevo sus manos a la pequeña cintura, levantó la playera & con pequeños toques acaricio el abdomen del otro.
Batalló mentalmente, no quería separarse de los finos labios del pelirrojo, pero necesitaba mandar a volar un par de prendas que los separaban. 

José necesitaba sentir la piel desanuda de su esposo chocar contra la suya, así que con brusquedad se separó de Alonso, quien lo miró sorprendido, & es que no recordaba que Jos fuese tan apasionado.
Le sonrió con diversión, le causaba gracia el desespero de José, estaba tan cegado por la pasión que le parecía divertido.

Jos no notó nada, estaba concentrado en sacarle la playera a Alonso, a tirones & quejas logró mandarla a volar, seguida de la suya.

Llevó su castaño mirar hasta los ojos azules de Alonso los cuales reflejaban deseo puro. La simple imagen de Alonso frente a él, sin playera, con el cabello revuelto, con las mejillas sonrosadas, con la respiración un tanto acelerada & sus ojos, sus malditos ojos que lo volvían loco, lo hacían soltar uno que otro suspiro, lleno de deseo.

Jos estaba desesperado, quería ser uno con su compañero de vida en ese instante.

Llevó sus manos hasta el borde del pantalón de mezclilla que vestía el ex rubio, jugueteando un poco con el, haciéndolo sufrir un poco. Alonso sólo quería que José le quitara la ropa & lo empotrara contra la pared o cualquier mueble que se pusiera enfrente suyo.

Alonso con gran desespero encontró con sus manos las del otro, le rogó con la mirada & así fue como Miguel desabotonó & bajó el cierre con gran calma & lentitud, como si buscara torturarlo un poco más.
Antes de bajar por completo el pantalón, tomó en brazos a su esposo, cargándolo en dirección a su habitación. Por muy necesitado que estuviera en ese momento, no dejaría de mimarlo.

Lo dejó sobre su cama, ahora si, retirando por completo el tan estorboso pantalón lanzándolo por alguna parte de la habitación.
Se acercó a él, con sigilo, plantó un delicado beso en la frente del otro.

Descendió con sus labios hasta los labios de Alonso, bajó repartiendo besos & caricias por todo el cuerpo del pelirrojo, robándole uno que otro suspiro, presionó delicadamente los pezones del menor.
Estaba de más decir que Alonso se estaba dejando hacer por el mayor, él se encontraba abajo de este, gimiendo & suspirando.

Miguel siguió bajando, está vez, usando su lengua, recorrió todo su abdomen, hasta llegar justo por encima del miembro erecto de Alonso.
Volteó a verlo, encontrándose con la perfecta imagen de su esposo con la boca semi abierta, gimiendo por lo bajo, con sus ojos fuertemente cerrados. Sonrío & bajó su vista nuevamente, llevó su mano hasta la base del miembro & comenzó un movimiento delicado, moviendo su mano de arriba hacia abajo por toda la longitud del ex rubio.
Con su lengua tentó la punta del pene, provocando un ronco gemido, ahueco sus mejillas & bajó por toda la erección atrapándola así con su boca.
Se encontraba metiendo & sacándolo de su boca, sintiéndose orgulloso de como hacía disfrutar a Alonso.

Siguió trabajando con su boca. Metiendo & sacando, rodeándolo con su lengua & un sin fin de movimientos que hacían arquear la espalda al menor.

Justo antes de que Alonso llegase al climax, Jos dejó su trabajo, recibiendo quejas & gruñidos de parte de su pelirrojo favorito.

Alonso dejó de quejarse cuando vio al pelinegro desvestirse, suspiró, tratando de regular su respiración & antes de que Miguel saliera en busca del preservativo, lo detuvo.

—Puedes hacerlo así —. Pidió en un susurro.
José volteó a verlo, buscando alguna duda o algún tipo de inseguridad en su persona, pero no lo encontró.
Alonso se veía seguro, con tanta ganas como él, así que no lo dudo más, no se todo no un segundo cuando ya estaba con él, tratando de acostumbrado con sus dedos.
Pronto lo escuchó pidiéndole que se unieran en cuerpo & alma & eso hizo.
Con cuidado de no lastimarlo, entró en él, quedándose quieto por algunos segundos, esperando que su Alonso se acostumbrara.

José inició el vaivén cuando Alonso logró emitir un "—Puedes moverte, por favor —". Acto que no tardó en realizar, entraba & salía, gimiendo a la par que Villalpando.

Ambos se movían, buscando llegar juntos al orgasmo.

Tras varias estocadas, Miguel logró encontrar el punto exacto de Alonso, así que siguió penetrandolo.

Buscó su boca, saboreandolo con ganas, pasando su lengua por sus labios, gimiendo contra sus labios.

Siguió moviéndose, sabía que no faltaba mucho para que Alonso se corriera, así que con su mano le brindó un poco más de ayuda.

Con sus movimientos pélvicos & con el suave movimiento de su mano, logró que Villalpando se viniera, tras esto, Jos no soportó más & se corrió dentro de Alonso.

(...)

—Te adoro —. Mencionó con toda sinceridad el pelinegro mientras disfrutaba de las caricias que el exrubio le proporcionaba en el pecho.

Paró con lo que estaba haciendo para voltear a verlo, le sonrió & respondió:
—Yo también te adoro —. Afirmó con un pequeño asentimiento de cabeza & se irguió para dejarle un pequeño beso en los labios de Jos & eso fue lo único que faltaba para cerrar ese maravilloso momento juntos.