«Capítulo 2»

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Me levante muy temprano, así que me puse a ordenar un poco mi casa para así no dejarla tan desordenada.

Luego, me di una ducha y me arreglé para esperar a Agus. El director nos dijo que desayunaremos allá en el aeropuerto.

Estaba tomando un vaso de jugo cuando suena el timbre.

—¡Ya abro!—Grite mientras me acercaba a la puerta con el vaso de jugo en la mano.

Abrí la puerta. Ahí estaba Un Agus con una cara de dormido impresionante.

—Wow ¿que te pasó, Amorcito?—Así le digo yo para... no se, en realidad. Pero me gusta tenerle sobrenombres. Claro, mientras no sean malos.

—Pues te cuento, amorcito, que es muy temprano y no me acostumbro a levantarme a estas altas horas de la mañana.—Me respondió mirándome.—Ay que linda, no te hubieras molestado.—Dijo quitándome el vaso de jugo de la mano y entrando a mi casa.—¿donde están tus valijas?

—Por allá.—Dije apuntando al living.

—Voy por ellas.—Dijo. Las busco y las llevo a su auto. Yo solo miraba todo lo que el hacia.—¿que esperas? Vamos.

—Ay, parece que las mañanas no le sientan bien a cierta persona. Es más, deberías estar más que feliz porque vamos a tu ciudad y veras a tus padres.—Dije molesta cerrando con llave mi casa y caminando hacia el auto. La verdad es que es difícil que Agus me trate así.

Me monte en el asiento del copiloto y me abroche el cinturón de seguridad. Me quede viendo por la ventana un buen rato.

—¿Que no pensas hablarme en todo el viaje hasta el aeropuerto?

—¿Como queres que te hable si estas con ese humor del...? Mejor me callo.

—Perdón... es que de verdad no se que me pasa últimamente...—Dijo mirándome aprovechando que el semáforo está en rojo.—¿me perdonas?—Preguntó agarrando una de mis manos.

—Obvio, señor seductor.

—¿Como que seductor?—Me preguntó con una mirada pícara.

—Cállate y ya, Bernasconi.

—Como vos digas.—Dijo y arranco el coche ya que debía de.

Pasamos el resto del trayecto hablado cómodamente y nunca separamos nuestras manos.

De vez en cuando, Agus daba pequeños besos en esta, cosa que me extrañaba un poco.

Llegamos al aeropuerto y no había ni una sola fan... qué raro.

—¡Hasta que por fin llegan!—Exclamó Ruggero.

—¿llegamos tarde?—pregunte extrañada.

—Si, unos 10 minutos tarde.

—Che, son solo 10 minutos.—Dijo Agustín.

—Si pero un avión no espera.

—Bueno ya, perdón. ¿Donde están los demás?.—Pregunte ya frustrada. Esto es lo malo de que yo viaje. Y lo peor, nadie me calma hasta que se me pase.

—Están morfando allá arriba, vengan conmigo.

Me adelante de Ruggero. No se porque razón estoy molesta con él. Pero estoy molesta.

—Tranquila Caro ¿que pasó?—Me preguntó en un susurro Agus.

—Nada. ¿Por que preguntas?.—Dije fría.

DETRÁS DE LA GIRA [AGUSLINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora