In bloom

Las noches del agua

Prompt: 012. Lágrimas

Rating: T

Extensión: 363 palabras

Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad de Tite Kubo.

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Todas las cosas perdían color,

todo en el aire flotaba.

Fito Páez

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Azul, gris. Se mezclan, se funden, crean un color nuevo que Rukia asocia con Byakuya. Es el color de la noche, tediosa, taciturna. Como un río manso cuyas aguas arrecian sin sonido; ese río es esa noche, esa noche es como Byakuya, todas las noches son Byakuya.

La lluvia se descuelga con letargo, pesarosa. Pero las gotas caen con calor, parecen lágrimas. Y a Rukia le gustan, las deja inundar su rostro, resbalar por sus mejillas, humedecer su piel. A veces se avergüenza de reconocer que es un tonto simbolismo que la hace sentir cerca de su hermano.

Más cerca de lo que debería desear. Porque Rukia jura que sería capaz de desnudarse en pleno jardín con tal de que toda la lluvia moje su piel bajo el cielo nocturno que es Byakuya.

En eso Byakuya se acerca, en silencio, y la noche la deja sin aire. Todo se torna de un solo color.

—Si sigues aquí mucho tiempo te enfermarás —él la ve de espaldas, y no busca entenderla. Ni se lo imagina.

Rukia se deja arrollar por esa voz, que atraviesa su espalda y la eriza hasta hacerla voltear, porque ya no puede más. Necesita ver ese cielo en sus ojos, para seguir creyendo que se ha entregado a él.

Sólo un segundo sus miradas se cruzan. La de Byakuya cae, con orgullo y rigor. O al menos eso aparenta.

—Será mejor que entres —lo dice como si las palabras lo acorralaran, como si lo instigaran a huir de su hermana para que no le diga lo que en realidad le quiere decir.

Con esa mirada gris, con esa presencia lejana, con ese porte de noble parco que como el cielo nocturno cuando llueve, hace que Rukia lo quiera abrazar.

Lo ve irse. A él no le gusta repetir las cosas. Así que Rukia se deja bañar por última vez en la noche en las gotas de lluvia que la acercan a él y se adentra, ya con frío.

Llueve. Sigue ilusionándose con el día en que él entre en su habitación y la cubra con ese cielo de noche, y la riegue de lágrimas que ella está dispuesta a secar.