Tres días después de recibir el inusual mensaje de Theron, Erisvel se encontraba poniendo pie en la principal plataforma de comercio que Manaan tenía destinada para la República.
Con su eterna extensión de agua, era el hogar de la raza Selkath, y el único distribuidor de kolto a gran escala de toda la galaxia. Un lugar que se había esforzado en mantener su neutralidad, algo bastante difícil de conseguir en tan cruentas épocas de guerra como aquella.
También era un planeta cuyos mares escondían miles de historias y secretos.
Llevando sus hombros hacia atrás en movimientos leves, la Jedi hizo crujir un poco sus dedos, y se permitió tomar un largo y merecido suspiro por primera vez desde que abandonó Tython.
Llegar hasta allí con su identidad intacta había sido un desafío que no le había permitido relajarse ni un momento: desde la compra y el cambio de su vestuario sin que el tenaz droide de Theron la descubriera, hasta el abordaje furtivo de una nave carguera de tanques de kolto vacíos.
Ni hablar de evadir a unos extraños agentes, que suponía también eran de la SIS.
Pero a pesar de todo, había superado aquel digno desafío, logrando escabullirse de todas formas hasta su destino. Un pequeño logro que la llenaba de satisfacción.
Era una lástima que ese sentimiento se ensombreciera con el hecho de que estaba recibiendo más 'atención' de la que era necesaria... Si es que era necesaria alguna vez.
No le gustaba nada.
Acomodándose con cierta reticencia la discreta máscara de rostro completo, se colocó la capucha y avanzó por el complejo. Hacía un calor húmedo e infernal, producto del reflejo que el sol producía sobre el masivo océano del planeta.
Se moría de ganas de sacarse la máscara. No estaba asfixiándose, gracias al simple pero efectivo sistema de respiración que ésta tenía, pero quería sentir la brisa marina recorrer su rostro...
Algo tan simple convertido en todo un lujo...
Sumado a eso... una sensación bastante molesta la había asaltado mientras se adentraba en el centro de distribución de kolto. No podía explicarlo; no era grata y tampoco era lo suficientemente débil para ignorarla.
Erisvel recurrió a su férrea disciplina, y así pudo controlarse con gran facilidad, aunque la sensación siguiera ahí.
Avanzó despacio, dejándose guiar por sus sentidos y, siguiendo el protocolo, saludaba con un movimiento de su cabeza cordial a los Selkath que se encontraba.
No había razón para no ser amable, además de que eso disipaba posibles dudas acerca de su 'peligrosidad'.
Ella casi podía adivinar lo que los nativos veían: una transeúnte republicana de apariencia humana, con el típico vestuario de una distribuidora casual, que llevaba tan solo un palo reforzado con chucherías para protegerse.
Nadie pensaría que ella era en realidad una Jedi, y que el palo era su sable de luz camuflado con extensiones falsas y forraje, que ocultaba el mango metálico gris mate tanto de la vista como de posibles sensores.
Tras varios minutos de recorrer los edificios, sus instintos la guiaron por fin a un acceso que la conduciría a una sala. Si no le fallaban, había altas posibilidades de que Theron Shan estuviera al final de aquel pasillo.
Sin embargo, la molesta sensación se asentó en su estómago con un golpe bastante duro, haciendo que no pudiera caminar más allá.
Erisvel frunció el ceño, reconociendo entonces que lo que estaba sintiendo era un importante disturbio en la Fuerza.
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La Jedi y el Espía
FanficEn la Galaxia reina el caos: la República y el Imperio Sith batallan día a día en busca de la victoria definitiva, ignorantes de una amenaza que va más allá de lo conocido... Cuando Tython es atacado bajo circunstancias más que sospechosas, es tarea...