VII: Amorios

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Estaba en graves problemas, más que eso, la había jodido completamente ¿Cómo no había notado el hecho de que el pelinegro era un omega? Ya lo había olfateado aquella tarde en el castillo, entonces ¿En qué rayos estaba pensando para no darse cuenta del empalagoso olor? El pelinegro le miraba extrañado mientras se alejaba con obvia incomodidad.

Sangwoo maldijo en voz baja al tiempo que se ponía de pie y caminaba hacía la entrada de la pequeña caverna ¿Cómo era posible que en tan solo un día hubiesen sucedido tantas cosas? Se suponía que a esa hora ya todo su plan habría sido consumado: Bum debía estar muerto, Ha-Neul sufriendo y su padre vengado. Simple. Pero contrario a eso ahora se encontraba herido en medio del bosque con un omega—Uno que por cierto -su aroma delataba- estaba bastante cercano al celo—huyendo cobardemente, mientras su tío, al que tanto odiaba, le daba caza como a un maldito animal. La vida podía ser una verdadera hija de puta irónica ¿Verdad Sang?

Tomó varias respiraciones profundas mientras intentaba idear un plan que le sacase de aquella situación. En ese momento se encontraban en territorio del clan sur, pero aun así las tropas del clan norte pronto les seguirían la pista, argumentando que uno de los suyos—Nada más y nada menos que el hijo del alfa—Había sido secuestrado y ahora se encontraba en estos dominios, las autoridades del clan no tendrían otro remedio que permitir su ingreso, debido a que sus razones eran válidas y contundentes, pronto vendrían a por ellos. Conclusión: Estaba jodido.

Consideró seriamente sus opciones: Matar a Bum y consolidar su venganza (Cosa que le quedaba bastante claro a estas alturas, no podía hacer sin importar cuantas veces se repitiera que era su deber) Abandonar a Bum y tratar de escapar solo, otra opción que también estaba fuera de discusión porque: Primero, su orgullo no le permitía abandonar. Segundo: Si le dejaba solo en el bosque, el pelinegro de seguro moriría. Y tercero, y esto le molestaba admitirlo, no quería alejarse del omega. Estúpido, pero malditamente cierto. Entonces solo le quedaba seguir adelante y rogar que todo fuese bien.

Un gruñido proveniente del interior de la cueva le hizo salir de sus pensamientos. Asustado al creer que algún depredador les atacaba de sorpresa, regresó rápidamente al interior de la cueva. Allí lo único feroz que encontró fue el apetito de Bum. Su rehén se encontraba con la cabeza gacha, avergonzado de los sonidos que provenían de su estómago. Lo que faltaba, el alfa-falso tenía hambre.

— ¿Tienes hambre? — Habló Sangwoo, lanzando la pregunta del millones dólares. ¡Cuán ingenioso tu cuestionamiento Sang! 10 puntos por eso.

El omega solo asintió mientras escondía su rostro. El rubio le miró fijamente y sonrió con amargura. El pobre chico sí que era estúpido, tuvo la oportunidad de huir y en lugar de hacerlo se había quedado allí ayudando a su captor. Patético.

—Tendremos que cazar y darnos prisa, las tropas de tu padre han de estar siguiéndonos de cerca—Habló el rubio.

— ¿Cazar? Yo no sé cazar—Se apresuró a aclarar Bum aun con la mirada fija en el suelo como si allí mismo se encontrara aquello que deseaba con más ansias. Corrección, lo que en ese preciso momento deseaba con más ansias se encontraba frente a él, pero eso era algo que no se daría el gusto de admitir.

— Pues, si no lo has notado aún, te recuerdo que yo no estoy del todo en buenas condiciones, por lo que me temo amiguito que haz de aprender a hacerlo si quieres comer—El alfa respondió en tono áspero al tiempo que fulminaba con la mirada a la fuente de todos sus problemas.

—No sería mejor si recolectamos en lugar de cazar—Propuso el pelinegro en un intento desesperado por evitar a toda costa la caza. Matar animales definitivamente no era su idea de diversión—Pude ver algunas plantas comestibles cerca a la entrada de la cueva cuando me he asomado allí. Tengo algunos conocimientos en plantas, por favor, no quiero cazar.

Venganza y destino [YAOI//Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora