Capítulo tres | Cryin' [Parte 2]

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—¿Yo que tengo que ver en esto? —lloriqueó el chico—. Yo solo quería pasar una buena noche.

—¿Fred es tu amigo? —preguntó la chica soltándolo una vez que se pararon frente a la puerta de baño donde el rubio se había metido momentos antes.

—A veces...

—Oliver...—dijo de mala gana.

—¡Dije que a veces! —repitió con molestia—. ¿Por qué no le pides a tu novio que te ayude? Es la voz de la razón de este tipo—golpeó la puerta una vez, no obtuvo respuesta; se encogió de hombros como si le dijera que hizo todo lo que pudo e intentó marcharse. Pero Claire lo sujetó del brazo prohibiéndoselo.

—¡Fred! —golpeó ella esta vez—. ¡Tienes que salir algún día!

—Si... si no sería raro que el dueño de esta casa te encontrara viviendo en su baño como un vago solo porque no tuviste el suficiente valor de salir...—la puerta se abrió mostrando a un muy cansado Fred, pero con los ojos sobre Oliver con una expresión que le pedía que callara sino le daría un buen golpe.

—¡Peeeeero, estás aquí! —Claire dio un salto en su lugar queriendo transmitir su alegría—. Ese es un paso muy bueno—lo abrazó rápidamente, después se colocó detrás de él y lo empujó fuera—. ¿Por qué no vas a allá y le deseas un buen cumpleaños? —le animó.

—No estoy seguro— frunció el ceño un poco confundido por el momento.

Sintió severas náuseas y de pronto como su cuerpo ya no era el suyo; sus ojos no se apartaban de Sue quien seguía charlando con aquel chico que más de una vez vio con ella en su trabajo, pero realmente ese no era el punto. Ella se estaba riendo y movía sus labios con velocidad, como siempre, como si estuviese contando una anécdota como cada día cuando termina su trabajo. No importaba que fuese, Sue lograba hacer interesante el hecho de que la copiadora se haya atascado.

Fred podría sentirse feliz por ella, porque a pesar de lo que le dijo, Sue parecía sobrellevar aquello de buena manera, tanto que por medio segundo creyó que tal vez él no hacía falta después de todo. No quería verla triste, pero de esa forma al menos se sentiría más seguro con sus pensamientos; pero no, lucía como todo lo contrario y pensar que tal vez él haría que este momento feliz se esfumara solo lo hizo huir de su vista antes de que se diese cuenta de que estaba ahí.

La diferencia entre las expectativas y la realidad era inmensa.

Respiró hondo y golpeó el regalo envuelto que tenía en su mano derecha contra su pierna, fallando en un ritmo.

—Fred...—Claire intentó sacarlo de su trance—. Sue dijo que quería hablarte—comentó con algo de miedo por su reacción. Esperó por algo pero el rubio apenas si apartó su vista de la morena.

—¿Ah si? ¿Para qué? —le cuestionó sin ningún tono en su voz que le dijera algo más.

—No lo sé...

—Bien, dile que puede llamarme cuando quiera—aclaró su garganta y miró a Claire—. Yo si le responderé las llamadas— dijo después con una sonrisa que no dejaba mostrar sus dientes como siempre.

—Pero...

—Los espero en casa, o en las vías de un tren... Lo que sea —se inclinó un poco dando un par de pasos en reversa, quizá para prohibirles que le detuvieran, pero  ni Oliver ni Claire lo intentaron. Ambos se quedaron de pie solo viendo como se iba y tal vez era mejor así.

Fred avanzó lo más rápido que pudo a la puerta, donde recibió ciertos llamados de amigos para que se les uniese como en antiguas reuniones, pero simplemente sonreía y se negaba balbuceando excusas y poniendo cara de cansancio.

Todo lo que quiero [ACR #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora