Capítulo treinta y uno | We might be dead by tomorrow

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—¿Segura de la decisión? —se abrazó más a sí misma mientras intentaba ver el rostro de su hermana gemela quien simplemente se dedicaba a acomodar el espejo retrovisor—. Joy...

—Sí, Claire, no quiero reproches ahora—le miró ésta vez, mostrándose harta de toda esa cadenas de regaños que Claire le había dado esos días—. ¿Y tú? ¿Segura que quieres quedarte? —preguntó.

—Trabajaré el sábado, no quiero arriesgarme a que haya más nieve estropeando la autopista y no poder volver.

—Trabajo—bufó—. ¿Quién lo diría? —enarcó una ceja.

—Te vendría bien, hermanita—rió.

—Si, veremos—se encogió de hombros.

—Salúdame a todos—dijo—. Ten cuidado.

—Claro—encendió el auto—. Despídete de Wesley y el otro chico por mí.

—Estoy aquí—Wesley se asomó, detrás de Claire.

—Sí, sí, adiós.

—Adiós, asegúrate que la próxima vez que mantengas una relación, sea con el chico con el que te vas a casar—dijo con mucha naturalidad y como si se tratara de un consejo serio.

Joy le miró con desprecio y después a Claire.

—¿Le dijiste?

—Es mi novio, además, ¿qué va a hacer? ¿Correr decírselo a todos en casa?

—Créeme—Wes se enderezó, miró a la calle fingiendo que no estaba teniendo esa conversación—, hablar con tus padres es lo último que quiero.

—A mamá no le caes tan mal.

—Un avance.

—Ya, adiós—Claire cortó la conversación y palmeó el techo del auto de Joy; su hermana simplemente rió con cierta ironía hacia el chico y avanzó, retirándose de ahí.

—¿Te has puesto a pensar...?

—¿Si ella y Charles tenían algo mientras él y yo estábamos juntos? —miró al castaño, éste se encogió de hombros y ella negó con su cabeza para después recargarla en su pecho como si se sintiera la persona más tonta del mundo—. Sí, pero no quiero saberlo.

—Ya no me siento tan mal por golpearla la cara una vez—acarició la espalda de la chica.

—¿Crees en la fidelidad? —le miró, Wesley hizo una mueca y resopló.

—Creo en el respeto por alguien más.

—Bien, funciona.

—¡Oye, Wes! —el repentino grito de Oliver los hizo separarse y buscar al dueño de la voz en la acera.

—Oh Dios—murmuró Claire viendo como el chico comenzaba correr por la acera, bastante aliviado de encontrarlos fuera del edifico—. Apuesto a que se va a caer.

—Apuesto a que el burrito de su mano conocerá el piso—respondió Wes.

Oliver siguió corriendo hasta que se topó con una mujer y pasó lo que Wesley dijo. Oliver se detuvo para levantarlo del suelo y siguió caminando hacia ellos, maldiciendo por no haberlo terminado antes y tirándolo en un bote de basura

—¡Ja!

—No dijimos qué apostábamos.

—Me lo pagas después.

—¡Wes! —se paró frente a ellos, respirando fuertemente por culpa del esfuerzo. Recargó su mano en el hombro de Wesley e intentó respirar hondo—. Hola Claire—dijo con dificultad.

Todo lo que quiero [ACR #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora