Citas para las Kissme

Cap. 10 ¿Qué te sucede?

Cuando ella despertó me asegure de ser cuidadoso a que no se asustara. Pero solo recibí una bofetada de ella.

— ¿Qué hace aquí? ¿Qué hago aquí?

— Auhh —conteste—, preferiría recibir un gracias

— Ya hable —tomó lo primero que estaba cerca y me apunto con el—. Sé quién eres pero no sé qué paso este tiempo

— Tranquila —levantaba las manos—, baja la jeringa por favor

— Primero contesta lo que pregunte

— Es mejor que te responda —comento Kennedy entrando—. Dongho ayuda me a aclararle sus dudas

— Solo si no recibo otro manotazo de ella

— Lo siento...—bajo la jeringa.

— Bueno es que como recuerdas te llevaron ahí. Pudimos rastrearte y los chicos salieron en sus autos y no quisieron llevarnos, Dongho estaba más cerca del lugar, no sé qué hacía por ahí, eso es otra cosa

— Un descanso de la ciudad —la interrumpí—. Pero no resulto como quería. Luego de salvarte casi nos matan. Si no fuera por Kennedy no estuviéramos para contarla. Te desmayas te mucho antes de eso, te trajimos aquí y eso fue todo

—¿Cuánto llevo aquí?

—Solo unas 4 horas

—¿Tanto?

—Niña nos saliste muy dormilona

—Esperen...me hablan, lo tengo en vibrador para estas ocasiones. Ustedes conversen. Nos vemos Katty, Dongho. Adiós —salió.

—Mmm...Zanahoria ¿cómo te sientes?

—Algo mejor y oye ¿por qué me dices eso?

—Tu cabello lo delata, pareces un cerillo encendido

—¡Ah! No vine hasta acá para que mi idol favorito me haga bullying

—¿Soy tu favorito? Niña, hace tiempo me retire y aunque soy DJ no tengo que ver con el grupo ahora

—Da igual siempre lo seras...—susurro.

—¿Disculpa?

—Disculpa aceptada, cabeza de coco

—Oye ¿así me agradeces después de que te salve?

—Gracias por eso, pero lo digo por la zanahoria. Nunca debí teñírmelo así, me lo dijeron y no hice caso —refunfuñó.

—Para la próxima has caso y no te vuelvas a perder así, nos tenías preocupados a todos

Katty

Vi cómo se removía en su asiento, todo despreocupado, serio y... ¡ah! No puede ser que él me haya salvado, y lo peor ahora me diga zanahoria. Si me dio un tremendo susto cuando desperté, creí que todavía seguía ahí.

—Pues al parecer no se ve así

—La chica que entro —señalo la puerta con el pulgar—, se llama Kennedy, ella ha estado moviéndose mucho para que te atendieran y las chicas que están afuera se han puesto hasta histéricas, mis ex compañeros de grupo no pueden tranquilizarlas así que ya era hora que te levantaras

—No tengo la culpa de haberme desmayado, ni que me hayan secuestrado

—Tú que eres distraída

—¡Se supone que es un país seguro!

—Y lo es, pero a veces pasa esto, no mucho. Ponte más atenta niña

—Tampoco soy tan bebé, tengo 18