Capitulo 10

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Ya han pasado varios días desde la muerte de su madre. Meredith esta en un rincón de un callejón oscuro llorando, todavía conserva todo lo que le dio su madre en la mochila salvo el arco que lleva a la espalda y las fotos que se encuentran en sus manos ahora mismo  mientras las observa y acaricia el rostro de su padre mientras una lagrima recorre sus mejillas.

Un asqueroso olor le llega a la nariz pero le quita importancia pensando que se debe a la suciedad que inunda el callejón y sigue mirando las fotos.

Craso error.

Al cabo de un rato un movimiento al fondo del callejón le saca de su trance pero ya es demasiado tarde, cinco sombras la rodean.

Son aliens delincuentes y están borrachos.

- Anda, mira que tenemos aquí, bonito arco niña, es muy peligroso, mejo dámelo a mi -Dice uno de ellos un poco regordete con una pérfida sonrisa y alarga sus manos grasientas hacia ella.

 - Quita tus sucias zarpas de mi maldito gusano con patas- le contesta enfadada y se aparta echando a correr, uno de ellos bastante alto y delgado le bloquea pero ella le golpea en sus partes nobles con el arco y sigue corriendo dejándolo atrás quejándose del dolor pero no llega muy lejos, un de ellos , menos borracho y muy corpulento la agarra y la levanta del suelo, están apunto de quitarle el arco cuando una voz retumba por el callejón diciendo la frase con menos sentido que se podría oír nunca en esa situación.

- Deja a esa niña en paz , de todos vosotros es la mas hombre y por cierto, me habéis interrumpido la cena y eso me cabrea mucho así que mas os vale o soltarla o invitarme a cenar.-

Los borrachos se quedan quietos extrañados y el que sujeta a Meredith afloja la presión y ella aprovecha para liberarse, todo se quedan mirando al lugar de donde proviene la voz.

- Eso me temía, definitivamente me he quedado sin cena - dice el hombre saliendo a la luz, es un humano de unos 58 años de sonrisa picara y barba canosa y corta, va vestido de uniforme de soldado pero sin casco y insignias tan solo tiene una pistola en el cinto, un cuchillo y un rifle bastante antiguo que Meredith no había visto nunca llevar a los soldados, que suelen llevar armas mas modernas.

Peter se encuentra en la sala de espera de la cabaña del jefe del poblado cuando Ocho entra acompañado de una bonita alien y de muy buen humor.

- Hola Ocho, ¿Que, buen despertar? - le dice en broma. La cara de Ocho adquiere el color de un tomate y Peter se parte de risa.

- Ja, ja, ja, ja.... Es broma, en cuanto a mi, ya me encuentro mucho mejor pero no puedo mover el brazo y cojeo de la pierna izquierda, pero por lo demás bastante bien. - Entonces su rostro se vuelve mas sombrío.

- Sabes algo de Rex -.

Matar,matar,arañar,matar,matar,matar,morder,destripar,matar,arrancar,devorar,matar,devorar..... una maraña de pensamiento animales brutales recorre los pasillos de las minas mientras los seres, medio-animales-medio-robots, corren por ellos en una horrible y rechinante espiral de odio y destrucción acompañada del sonido de sus cuerpos metálicos al chocar y de sus zarpas arañando el suelo y la roca, parece un coro sobrenatural y siniestro de aullidos escalofriantes, gañidos, dolor y muerte mientras la manada avanza en un torbellino de desenfreno y una sed de sangre voraz.....

Mas adelante una sombra corre por los pasillos, esta agotado y sudoroso pero el deber de avisar a sus amigos de lo que se les viene encima le obliga a no parar....

Ocho ya ha acabado de hablar con Peter, ninguno sabe nada de Rex.

 Entonces la puerta de la habitación del Jefe de la aldea se abre y sale  el susodicho acompañado de dos enormes guardaespaldas: 

Es alto y muy fornido, su pelo de un tono grisáceo dice que es bastante anciano pero su cuerpo fuerte aunque no desproporcionado hace que parezca mas joven de lo que es. Tiene unos ojos grises  inexpresivos,(mejor no jugar al poker con él) una cicatriz enorme que le surca la cara en diagonal y una barba poblada. De repente, Ocho se fija en que le falta la cola. Le va a preguntar el porque cuando este habla.

- Hola- dice con voz ronca- soy el Jefe de la Aldea, me llamo Tharxes, no sabemos quienes sois ni porque estáis aquí, así que, como comprenderás, no estaría nada mal que nos lo contarais. -

Nos dirijamos a una sala, al entrar observo una enorme mesa circular alrededor de la cual están sentados miembros de cada sector, es un consejo de jefes. Se hace el silencio y todos me observan.

- Vale - digo - Yo soy Ocho y él es Peter. Venimos de arriba, del sector minero. Estoy organizando una rebelión , organizamos varios golpes y en el ultimo un compañero nos traiciono y los guardias nos persiguieron y acabamos cayendo aquí. Lo demás ya lo sabéis.-

los gritos empiezan de golpe. 

-Echarlos de aquí- dice un anciano.

-Van a atraer a la guardia- dice - No hay porque echarlos- contesta otro.....

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ CALLAAAOOOOOOOOS !!!!!!!!!!!!!!!!- Grita el jefe y todos en  la sala se callan de golpe. - Aquí mando yo y digo que se van a quedar aquí hasta nueva orden, hay cosas mas importantes que resolver y ahora que han llegado ellos la cosa se pone peor.-

- Que cosa- le interrumpo yo un poco preocupado.- Eso - dice Peter apoyándome y mas atento de golpe.

-Las desapariciones- contesta el jefe.  -¿Que desapariciones ?- digo  - Nada -contesta

-Tranquilo papi, - dice Karax y me sonríe picaramente. - Son de fiar, seguro que nos ayudan.-

- buff, que alivio, Karax esta de mi parte. -pienso.

- Vaalee, si tu lo dices hija mía. Hace unos días empezaron a desaparecer aliens misteriosamente, uno de cada sector cada semana. hace cinco días que desapareció un niño del sector forja. Solo falta uno del sector minero. Los creadores de este lugar eran de este sector. Murieron hace mucho y el ultimo alien de este sector que no haya nacido aquí en la aldea murió hace poco, yo y mi hija somos del sector caza, que no te engañe la apariencia, yo no apostaría nada por ti en una pelea entre Karax y tú.

- Y eso que tiene que ver con nosotros- digo.

- Pues, que si el tema de las desapariciones sigue como hasta ahora, mañana a la noche uno de  vosotros desaparecerá.-

Muy lejos de allí, en un oscuro laboratorio se abre una puerta por la que entra un hombre vestido con una bata blanca, se dirige a las luces y las enciende iluminando todo el lugar y lo que hay dentro, miles de instrumentos quirúrgicos, cachivaches de todo tipo y maquinas extrañas, pero lo mas inquietante son unos tubos extraños que brillan por causa del campo de protección que los rodea, cada uno esta etiquetado con un sector diferente. dentro de todos hay un alien de dicho sector en un profundo letargo, todos tienen un alien dentro salvo uno.

 El tubo del sector minero esta vació.

OchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora