Capítulo 9

177 18 3
                                    

Capítulo 9

San Diego, California.

Actualmente.

•─•─•─• Jay •─•─•─•

          ¡Buuum!

          Despierto jadeando con el sonido del estallido del arma silbando en mis oídos. Mi pecho sube y baja bruscamente, tengo que respirar para calmarme. Tomo mi celular para ver la hora; las 3 de la madrugada, y apenas hace una hora que logré dormirme.

           ¿Afectará tanto un año sin dormir?

           Me levanto, me coloco unos zapatos deportivos, un suéter y salgo.

          Mis pesadillas se reproducen en mi mente mientras comienzo a trotar. Cada paso que doy es iluminado por las farolas de la calle, en la oscuridad de la noche. Recorro el campus hasta salir a la carretera.

          Continúo, manteniendo el ritmo. ¿Por qué tengo que seguir recordando la muerte de mi madre? Estoy harto de revivirla, han pasado 12 años desde que la mataron, ya lo hablé en terapia, ya lo he asimilado, hasta tuve que contárselo a la policía, para absolutamente nada, pero lo hice.

          Quizá esa inquietante realidad de que nunca recibió justicia, de que nunca hicieron nada, es lo que hace que lo reviva, como si mi mente me recordara que el asunto no se ha cerrado, que tengo que hacer algo más.

          Como si fuese posible...

          En menos de 30 minutos llego a la playa de Torrey Pines. Creo que es mi mejor tiempo hasta ahora. Si me atrapan aquí a esta hora tendré problemas. Así que intento ser discreto y solo me siento en la arena.

            Desde hace un año que me mudé al campus y no he logrado descansar bien ni una noche. Cuando vivía en la casa hogar, mi hermana dormía conmigo casi siempre; cada vez que despertaba en la madrugada, la miraba y mi mente entendía que ella estaba a salvo, que todo estaba en orden, y entonces podía volver a cerrar los ojos.

               Ahora despierto y esa aplastante ansiedad no se va. No puedo llamarla cada madrugada para asegurarme de que está bien, no puedo depender de ella de esa manera, no es sano.

            Hago todo lo que Julie me enseñó para ser capaz de descansar, pero nada parece funcionarle a mi mente, es como si la pesadilla jamás acabara, solo se prolonga en el tiempo.

          Me recuesto en la arena y observo las estrellas, hasta que el amanecer hace entrada en el cielo.

         Un día más...

           Regreso al campus caminando, si el decano me pilla de nuevo, volverá a interrogarme y lo más probable es que me mande de vuelta a terapia. Estoy harto de la terapia.

            Cuando entro a la habitación, mi teléfono repica. Suspiro con alivio al ver el nombre y atiendo.

            —¿Regresando de trotar? —me pregunta Holly.

            —Pensé que solo los gemelos tenían eso de la telepatía.

            —No necesito eso, te conozco demasiado.

              La mueca de una sonrisa cruza fugazmente mis labios. —¿Todo en orden, Holl?

           —Sí, me toca ayudar con el desayuno hoy.

#1 Sonidos Mudos (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora