A sus 18 años, Luna Blair parecía tenerlo todo: una vida envidiable en Manhattan y una beca por excelencia académica en la prestigiosa Universidad de California en San Diego (UCSD). Su futuro parecía tan perfecto que nada podría salir mal... hasta q...
De todas las cosas que pensé que podrían ocurrirme este nuevo año, jamás cruzó mi mente que estaría en una boda de gente que ni siquiera conozco, en una de las terrazas más elegantes de San Diego, acompañando a mi exnovio de preparatoria, y luciendo un vestido azul precioso.
La vista al mar desde aquí es preciosa, tiene sentido que escogieran hacer la ceremonia al atardecer, tienen una obra de arte natural como fondo de sus votos. Connor tenía razón, la novia es considerablemente más joven que el padre de Connor, pero eso no es en absoluto mi problema.
No hay muchos asistentes, es algo muy íntimo a decir verdad, pero no deja de ser exquisito. Acepté venir porque se siente bien rescatar un poco de ese pasado donde fui feliz, donde tenía todo. Además, hacer algo diferente es divertido. Por supuesto, no acepté las "atenciones especiales de Connor", yo misma renté un bonito vestido para venir e intenté lucir lo más presentable posible, me siento satisfecha con el resultado.
La ceremonia terminó, así que Connor se aleja del altar, y finalmente se acerca a mí. Tiene un sencillo, pero elegante, traje negro.
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—¿Todo en orden? —le pregunto, no parece estar muy feliz.
—Sí —intenta sonreír—, ¿te dije ya, que te ves preciosa?
—Un par de veces —sonrío.
Él asiente y me ofrece su brazo, así que lo tomo, siguiéndolo hacia la recepción. Dentro del hotel, vamos hasta un salón pequeño con un largo mesón decorado con flores y candelabros. Connor me guía hasta sentarnos cerca de la punta principal.
Su padre se coloca de pie, con su nueva esposa abrazada a un costado, entonces levanta una copa, y hace un brindis por su nueva unión.
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La verdad es que me siento bastante incómoda, no conozco a nadie más que a Connor, ni siquiera era muy afín con su padre en el pasado, solo lo vi un par de veces que posiblemente él ni me recuerde.
