#1 Sonidos Mudos (En edición)

Capítulo 16

Capítulo 16

•─•─•─• Luna •─•─•─•

          Salimos del Moustache por detrás. En vez de ir hacia los vehículos, seguimos caminando un trayecto hasta toparnos con unas escaleras, bajamos por ellas, para llegar al muelle.

          La brisa suave del mar, acaricia mi cabello. Una de las cosas que me gustan de haber venido a California, es el clima. Es muy diferente al de Nueva York, en especial disfruto tener la playa tan cerca, no es mi ambiente favorito, pero es agradable variar después de tantos años viviendo allá. Creo que podría acostumbrarme aquí.

        Parpadeo un par de veces, para que mis ojos se adecuen a la poca iluminación que la luna nos brinda, también hay un par de pequeños faroles a lo largo del muelle. Mientras nos acercamos a la orilla, se siente el agua romper bajo nosotros.

         Ambos nos sentamos en el suelo de madera gastada, con los pies extendidos al vacío; la noche tiene una temperatura más baja y agradable, así que respiro profundo disfrutando de la sensación.

        —¿Y ahora qué? ¿Jugaremos a las 20 preguntas? —pregunto a lo que él se sonríe.

      —Sería divertido.

      —¿Bromeas? Es algo infantil.

       Se encoge de hombros. —Fue tu idea.

       Sonrío. —De acuerdo, tú inicia.

      —¿Cuál es tu color favorito?

       —¿En serio? ¿Perderás una pregunta en algo tan básico? —cuestiono.

      —Es mi pregunta, no la cuestiones.

       Niego. —El negro, el negro es definitivamente mi color favorito.

      —¿Por qué?

      —Eso cuenta como otra pregunta y es mi turno, mi Dios eres terrible en esto.

       Se ríe. —Solo responde.

        —Bueno, sé que es un color que suele ser triste, pero no lo veo así, es tan elegante, nunca te verás mal con él, da seguridad sin ser aburrido, queda bien con todo y en todo momento, es un color perfecto.

       —Estoy de acuerdo.

       —Mi turno, ¿otoño o verano?

     —Otoño —responde.

        —¿Por qué?

        —Somos pésimos en esto —sonreímos—. Bueno, el otoño es fresco, y me gusta ver a mi hermana jugar entre las hojas y lo feliz que está en esos momentos, le encanta esa época como a mi madre —dice eso último con un aire de nostalgia, a lo que niega y se gira hacia mí. —¿Qué hay de ti? ¿Cuál es tu estación favorita?

         —Invierno sin duda, y antes de que preguntes por qué —sonrío—, te diré que lo más hermoso de Nueva York es esa estación. Amaba el fuerte color blanco bañando todo, el frío, los abrigos suaves, los muñecos de nieve, noches de chocolate caliente —suspiro—. Lo mejor que hay.

        —¿Extrañas vivir allá?

          —Extraño mis recuerdos allá, extraño a mis padres, todo Nueva York es ellos, mi apartamento, la ciudad, vivir allá, fue lo mejor —lo miro—, amé cada detalle de mi vida, hasta que murieron.

        Jay se recuesta de la columna de madera detrás de él, prestándome atención. —¿Quieres volver? Después de graduarte, me refiero.

       —Ya no queda nada para mí en esa ciudad, nada más que un vacío, porque Manhattan sin Mónica y Lance —sonrío con tristeza, mis ojos cristalinos—, no es Manhattan. Así que pasé ese capítulo en mi vida, me mudé para acá decidida a dejar todo eso atrás y comenzar de cero con nuevos planes, y la aventura que me esperara, así que este es mi hogar ahora y no está mal.