Era un día cansado para el pequeño pelinaranja que caminaba rumbo a su habitación. La mayor parte del día había estado cumpliendo con cada orden que el jefe de la port mafia le había dado; lo único que él quería era descansar.
Llego a su habitación y sin duda alguna se lanzo a su cama, era tanto su cansancio que apenas la toco y cayó profundamente dormido. Las horas pasaban y todo estaba tranquilo, no había nada que molestase al pelinaranja hasta que el sonido de unos golpes en la puerta lo despertaron. De mala gana se levanto de su comoda cama y se dirigió a la puerta.
—¿Qué quieres? — preguntó cortante al ver quien estaba parado en la entrada.
—Vamos Chuya, no seas así, te saldrán arrugas si sigues con esa actitud — respondió un castaño con vendas en modo de burla.
Chuya al oír esto fruncio el ceño y sin dudarlo cerro la puerta de golpe, demostrando lo molesto que estaba. Una vez mas los golpes en la puerta sonaron.
—¡¿Podrías dejarme en paz?! — exclamó Chuya, al ver como el castaño sonreía.
—Te dejare en paz solo si me acompañas — contestó Dazai ensanchando aún más su sonrisa.
Chuya lo miro por unos instantes tratando de descifrar que era lo que tenía en mente el desperdicio de vendajes, lo siguió observando pero todo fue en vano, no pudo descifrar nada, tendría que arriesgarse para saber que era lo que quería Dazai.
—¡Juro que si es una broma tuyo te...
—Sí, lo sé, me mataras — a completo Dazai la frase.
Chuya no dijo nada y solo salio de su habitación para así acompañar a su compañero. Caminaron por un tiempo por uno de los pasillos de ahí, todo estaba casi en completa oscuridad y un silencio se había formado entre ambos. Antes de llegar a su destino el ruido de algo cayendo y luego rompiéndose alarmó a Chuya.
—Cuidado Chuya, allí dentro se encuentra un ser abominable —habló el castaño señalando la puerta de su habitación y colocándose atrás de Chuya.
El pelinaranja al oír las palabras de su compañero se puso en guardia, abrió lentamente la puerta preparándose mentalmente para lo que hubiera dentro de la habitación. Él sabia que su compañero no se atemorizaba por cualquier cosa, y en ese momento parecía asustado. Cuando finalmente abrió la puerta entró rápidamente a la habitación, la cual estaba hecha un desorden, buscó con la mirada que era lo que atemorizaba al castaño, pero no hayo nada anormal allí.
—¡Bastardo, aquí no...!
—¡Cuidado Chuya, la bestia esta cerca de ti! —gritó el castaño parándose en la entrada, observando como la temible bestia se acercaba al más bajo.
—¡¿Ah?! —exclamó Chuya, acto seguido dirigió su mirada al suelo y lo que miró le sorprendió. Allí, cerca de sus piernas, se encontraba un perro mordiendo quien sabe que pertenencia del castaño. Trato de contener su risa por un momento pero no pudo evitarlo y una carcajada salio de su boca.
—¿Es en serio? —preguntó incrédulo— ¿Le tienes miedo a un perro?
Dazai hizo un puchero, se acerco al pelinaranja para tomarlo de la mano y salio de la habitación.
—¡Espera! ¿A dónde vamos? — preguntó Chuya dejándose llevar por el castaño.
—A descansar, ya que la abominable bestia desordenó mi habitación, dormire contigo.
—¡¿Qué?! ¡Claro que no lo harás! — respondió Chuya tratando de soltarse de la mano de Dazai.
—Claro que si lo haré —respondió Dazai esbozando una sonrisa y afianzando el agarre.
Chuya suspiró y solo se dejo llevar por el castaño. En medio de su caminar los dos afianzaron más su agarre entrelazando sus dedos hasta por fin llegar a la habitación de Chuya para así dormir, mañana se encargarían de la bestia abominable.
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The 30 Days of Soukoku
FanficAcaso hay descripciones para los retos? Hermosa portada hecha por @UvithaShu