Capítulo 3: El grito

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Huye...huye...¡huye!..¡¡¡HUYE!!

En mi mente se escuchaban gritos.
Mi corazón no dejaba de latir fuente.
Mi respiración se agitaba cada vez más.
Y el dolor, miedo y temor de apoderaban de mí.

Cada vez que corría los pasos se acercaban más de mí.

¿Ya saben quién es?

...

Mientras corría y corría trataba de zafarme de sus musculosos brazos, pues éstos de vez en cuando me tomaban de la blusa o brazos.

Solo unos pocos minutos y ya llegaría a mi destino: el río.

No sé nadar, al menos no tan bien, pero si para salvarme de un infierno prefiero intentarlo y ahogarme.

***

Ya a pocos centímetros de la orilla, unas manos fuertes me envuelven, provocando que tropezara y cayera.

Esa persona chocó mi cabeza en aquel suelo, que ya se aproximaba a ser orilla, provocando que algunas rocas y piedrecitas que ya se encontraban ahí golpearan mi frente.

Y así señores le damos la bienvenida a otro golpe más.

Narrador omnisciente

La chica, con sus moretones en todo el cuerpo, se encontraba debajo de una silueta muy grande y musculosa, de edad vieja, pero su fuerza seguía como su hubiera tenido los veinte.

La chica pataleaba, de vez en cuando golpeaba al mayor, pero no le provocaba dolor.

La persona mayor empezó con tirar del pelo, provocando quejidos de dolor de la pobre chica, quejidos que ya estaban quebrados, que ya estaban inaudibles, pues, él le quitó toda voz con tal de no pedir ayuda, y así continuar su infierno.

¿Por qué ésta persona lo hace?

Esa pregunta no será contestada.

No ahora.

En otro lugar.

Cruzando el río, y un poco más lejos de allí, se encontraba el leñador.

Bueno, el hijo del leñador.

Éste está con piel india, ojos grises; los cuales se identifican por el lado frío y oscuro del bosque, aunque su personalidad desconoce estas palabras. Cabello que llegaban casi a su cuello y estaban coloreados con un color miel y un poco de castaño, estatura alta, lo suficiente para no ser llamado "enano" y perfecta dentadura.

Estaba cortando la leña, para tener que cocinar junto con su padre en la cabaña en donde viven cuando anochezca.

-¿Cuántas llevo? A ver..uno..dos..- el chico leñador empieza a contar cuantos pedazos de madera ha cortado, pues perdió la cuenta.

Después de su aburrido conteo terminó y ya tenía sesenta pedazos.

-¡Hey Papá! ¡¿Esto es suficiente?!- gritó el chico, tan fuerte para que lo esuche su padre, lo cual estaba cortando leña en otro lugar no muy lejos de donde están.

Pero lo que no sabe es que otra persona escuchó aparte de su padre.

-¡Voy para allá!- gritó como respuesta el padre, y empezó a encaminarse hasta donde su hijo. Cuando por fin estuvo ahí empezo a observar la leña que ya tenía cortada.-Supongo que si, tom..- no completó su oración.

¿Por qué? Porque lo ha interrumpido un grito.

Un grito quebrado y que ya antes se encontraba inaudible ahora se escuchaba tan fuerte, que llegó a asustar a todo el que lo oyera, incluyendo a los leñadores.

-¿Escuchaste eso, papá? ¿Qué fue eso? - un poco asustado el menor le pregunta a su papá, pues fue inesperado.

Pues ese grito sonó como un gallo siendo degollado.

-No sé, a ver, dispara para que se asuste.-dijo el mayor pensando que era un animal del bosque. El menor asintió y tomo su escopeta que se encontraba en su espalda.

Cargó la escopeta, apunto a un punto sin importancia, o al menos para él.

¿Dónde disparará? Al frente de él, al río.

Después de posicionarse disparó, provocando otro grito quebrado.

Lo cual, por impulso, hizo que el menos disparara otra vez y otra vez.

-¡Ya mijo' parale!- le dijo el mayor arrebatandole la escopeta.

-Lo siento, me asusté. - dijo el menor con la cabeza abajo, pudo dispararle a alguien.

Y así fue.

-No hay que perdonar, ya sabes para la próxima.- dijo el menor en tono frío.

Y se encaminaron a su cabaña.

***

Ya se encontraban cenando estos leñadores, conversando de cualquier trabajo que tendrían que hacer mañana, o dandose uno que otro elogio por la cena.

Hasta que un sonido les llama la atención.

Alguien tocó la puerta.

Eran como las 9:00 pm , y como se suponía solo en ese bosque se encontraban ellos, este lugar no debe ser habitable por personas, pues los peligros que hay afuera no todos se las saben arreglar.

El mayor hizo seña de que iría él, y que el menos se quedara sentado. Se levantó y se dirigió a la mesa con cuidado.

Otro llamado a la puerta hizo que el leñador abriera los ojos como platos, no se esperaba un toque de puerta acompañado de una voz.

Finalmente el leñador abrió la puerta, y se quedó petrificado.

-A..ayud-da...-se escuchó una voz femenina, totalmente quebrada, y que se encontraba ya inaudible. Para después caer al suelo.

¿Ya saben quién es?

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Hi, si, lo sé, dejé esto abandonado, pero era por el bloqueo y la pereza (?)

Pues este está de vuelta, pero el otro no sé si estará de vuelta, a sinceridad no sé como continuarlo xd.

Dejen su hermoso voto y espero que lo disfruten, no me gustó mucho como quedó, pero es lo que hay, so..idk xd

Chauchis bbs~♡♡♡

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