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Capítulo 4: No molestes cuando dibujo {Maratón 1/6}

Aquí ya se puede decir que será menos...¿Poético? Pues con los diálogos del chico y ella no me lo tengo permitido ponerlo más poético de lo que ya estoy plasmando.

Advertencia: Este capítulo se basa en la interacción que tienen los dos personajes a continuación, al igual que será parte de la historia.

Y de paso un maratón, normal.

Nota: En este  "Maratón" o como quieran llamarle, estará el nombre de la chica, al igual que el hijo del leñador; sus descripciones y más interacciones entre ellos.

¿Por qué el maratón?  Porque se suponía ser un capitulo, que terminó siendo muy largo y tuve que dividirlo en seis partes. Sino sería una eternidad leer.

El bloqueo es fuerte. Alv.

Más información al final.

Disfruten el capítulo.

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Sábado, 19:47

¿Tu mente está lista para olvidar el pasado, y dejar atrás lo que alguna vez te hizo daño?

¿O esperas a que ese daño vuelva más adelante?

~

-Y dices que te llamas...

-¿Por qué el interés?

-Bueno, para empezar, estás en mi casa. Claro, y de mi papá.

Papá....

Ahora empiezo a dudar que...mi padre lo sea verdaderamente.

Aunque recuerdo que los padres pueden ser más malvados que los propios criminales, o también ser uno.

-Solo les pedí que curaran mis heridas...tampoco para tanto...

Coloco un mechón de mi oscruro cabello detrás de mi oreja, permitiendome más clara el campo de visión.

Por más que me digan que puedo confiar en ellos no lo logro. ¿Eso es malo? ¿Es porque casi muero? Sinceramente Sí. ¿Ellos serán como mi papá? La gente es única, y más como él no puede haber, su maldad es inalcanzable.

-¿Tienes lápiz y papel?- pregunto con la cabeza mirando a la nada.

-Si me dices t..-

-Tiana.

-Un gusto, Tiana.-Se levanta de su asiento, busca un lo pedido y me lo entrega.- Aaron.

-El gusto es mío...Aaron...

Un poco temerosa me voy a un sitio para estar sola. Mi lugar para sacar todos mis sentimientos.

Siempre, cuando vivía con aquel hombre tenía un sitio para expresarme. Lo que yo sentía, lo que yo veía, lo que experimentaba...Todas esas cosas las he pasado dentro de aquella prisión que desde siempre le he llamado habitación.

Pero como las cosas cambiaron, como entendí que las cosas no podían seguir siendo así, como no podía quedarme sufriendo y siendo masoquista, menospresiandome, y disimulando que he estado bien toda mi vida, huí.

Sinceramente una de las cosas que me hizo sentir feliz por primera vez.

Pero a la vez no quise hacerlo.

El miedo siempre invade cuando estamos a punto de salir de nuestra zona de confort, en pocas palabras, experimentar algo nuevo, incluso si es por el bien de tu vida.