Bienvenida de regreso

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Mi alarma sonó, eran las 5:30 de la mañana, hoy tenía que regresar a la escuela. Odiaba ese lugar llena de gente hipócrita, vanidosa, superficial, estúpida, para decir lo más fácil una mierda de sociedad.

Tome la primera playera que vi, unos vaqueros, con unos tenis negros con agujetas de color negro en el lado derecho y blanco en el lado izquierdo.

Me di una larga ducha para poder pensar perfectamente, no quería ir, se que ya había pasado unas largas vacaciones pero aún así quería estar en mi cama con mi música todos los días pero bueno no todo lo que se desea se puedes.

Me vestí y me cepille el cabello, para después bajar. Entonces escuche esa voz de aquella persona con la que menos quería hablar. Leonardo.

"¿Tu qué haces aquí?" Dije mientras fruncía el ceño

"También, buenos días para ti"

"¿Tu qué haces aquí?" Volví a repetir la misma pregunta sin dejar de fruncir el ceño.

"Bueno, tu padre quiere de ciertos temas que te involucran a ti"

"Esto no suena nada bien" Dije en un pequeño susurro a penas audible. Y en ese justo instante entro mi padre, con su típico traje negro y camisa blanca. Solía dejase la barba pero desde que empezó a trabajar en esa empresa el ya no es el mismo.

"Buenos días hija"

"Padre" Dije mientras asentía con la cabeza.

"Buenos días Leonardo"

"Buenos días señor Houston"

"Tomen asiento, por favor" Todos nos sentamos, mi padre tomo su vaso con jugo de naranja, lo saboreó un rato mientras que nosotros dos nos dejaba con la intriga de saber cual era la razón por la que nos encontrábamos los tres juntos.

"Bueno de lo que les tengo que hablar es de un tema muy delicado" dijo mientras se agarraba las dos manos, esa señal siempre indica que esta nervioso por mi reacción. Esto va a ser más malo de lo que parece.

"Bueno como veras hija, creo que no es necesario que nos quedemos aquí, más bien dicho que tu te quedas aquí, creo que has sufrido mucho en este lugar; como la perdida de tu abuelo, el divorcio, el suicidio de Germán y todas las demás cosas. Quiero mandarte lejos de aquí, esta ciudad solo te recuerda la tristeza y remordimiento que tienes en tu interior. Quiero enviarte a Italia con tus tíos."

"¿Qué? ¡ESTAS LOCO YO NO ME MUDO POR NADA DEL MUNDO! Y MENOS CON MIS TÍOS" dije gritando "¡YO NO ME VOY DE AQUÍ A SOLO QUE YO QUIERA!"

"Tranquila hija" dijo mi padre mientras levantaba las manos para tranquilizarme

"NO ME DIGAS QUE ME CALME DESPÚES DE QUE DICES ESO" Dije mientras levantaba el cuchillo que se encontraba a lado de mi.

"Leslie, baja esa cosa"

"TU CÁLLATE LEONARDO, SABIAS TODO Y NO DIJISTE NADA" ahora lo señalaba a el.

"Leslie yo no sabia nada te lo juro, tranquila todo va a estar bien"

"A SI, RECUERDO QUE ESO ME DIJO MI MADRE UNA SEMANA ANTES DE QUE SE MARCHARA Y ADIVINA QUE NADA SALIO BIEN, LO ULTIMO QUE QUIERO ESCUCHAR EN MI VIDA SON ESAS ESTÚPIDAS PALABRAS" encaje el cuchillo en la mesa y salí de ahí dejando a mi padre y a Leonardo con la palabra en la boca.

Me fui directo al lugar donde menos quería ir. La escuela. Sabia lo que iba ocurrir cuando pusiera un pie en la escuela; murmullos, chismes, rumores, calificaciones regaladas, tratos especiales, todo más raro de lo común. Y al momento en que entre mi teoría fue comprobada.

Pase por el pasillo sin mirar a nadie ni poniendo les la mínima atención.

"Mira ella era amiga de Germán"

"Dicen que ella lo mato"

"Dicen que se volvió loca y por eso estaba en una manicomio"

Susurraban como si yo no estuviera presente eso era algo que odiaba

"¿QUÉ NO TIENEN OTRA COSA MEJOR QUE HACER?" Y se escucho un silencio profundo, seguí caminando, sintiendo las miradas de los demás. Fui directo a las oficinas para tomar todos los papeles que necesitaba como: mis horarios, salones, mi casillero, el nombre de mis maestros y todo eso.

Fui directamente a mi casillero M-15, guarde algunos libros y al fin podía sentir mi espalda, saque mi sándwich y lo coloque en su lugar, y por ultimo la carta de Germán. ¿Masoquismo?. Creo que un poco.

Me fui a mi salón. 2-J. Y me senté en medio de la clase nunca me gusto estar hasta atrás por que no veía nada; y tampoco me gustaba estar hasta delante por que me veía bien teta. Aunque en realidad ahora que lo pienso a quien diantres le importa donde me siento. 

Eh estado esperando a que llegue el profesor, y mientras tanto sentía las miradas sobre mi, ya había pasado ya casi un mes desde que Germán se suicido, pero pareciera que hubiera sido ayer.

"Buenos días alumnos" Me saco de mis pensamientos al momento en que su voz resonó en el salón. "Yo soy el Dr. Kent, soy un psicólogo especializado y les voy a dar la clase orientación y tutoría" Otra psicólogo más, esto se parece una reunión. "Espero que se la pasen de maravilla este año con mi clase y se puede con todas las demás" Se escucharon unas cuantas risas. Estúpidos.

El prosiguió con su clase explicando cada elemento necesario desde como era el hasta como serían sus exámenes. Entonces tocaron a la puerta, el fue a abrir la puerta, salió con la secretaria que por lo visto tenía un mensaje privado que darle, así que pude continuar con mi dibujo sin esperar a que me dijeran algo. Volvió a entrar y continuó.

Su clase fue muy aburrida, aunque pude notar que debes en cuando me observaba de reojo, en que estará pensando. Al momento que sonó el timbre, empecé a guardar mis cosas, estaba apunto de salir pero el Dr. me detuvo, ahora que quería.

"Señorita Houston, sólo quería decirle bienvenida de regreso" Solo asentí y me dirigí hacia mi siguiente clase. Aunque no lo podía creer era el primer maestro que no me decía Lamentó que hayas perdido a tu mejor amigo. Creo que me voy a llevar bien con el. O eso espero.

Hola, personitas que están detrás de esta pantalla, espero que se encuentren bien. Solo pasaba por aquí para preguntar ¿Qué les parece la historia? déjenmelo en los comentarios. Un besote enorme. Y nos vemos hasta el siguiente capitulo. Bye.

Mi gran secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora