Capitulo VI

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-¡Oh por amor de Dios!- Sherlock escuchaba voces y gritos muy lejanos, y un zumbido agudo y desesperante en el oído que no le permitía pensar. Podía sentir cómo lo tomaban con cuidado y lo recostaban en lo que debía ser una camilla, pero el accidente y su estado no le permitía más que escuchar un poco de lo que sucedía. Algunas palabras sueltas de los paramédicos que atendían al otro herido.

"¿Tienen identificación?" preguntó alguien dentro de la ambulancia

"Sherlock Holmes" respondió apresuradamente uno de los hombres que le daba primeros auxilios.

"¿Sherlock Holmes?, ¿el detective?"

"Aquí está la otra identificación" escuchó otra voz "Mary Watson"

¿Mary Watson? Sherlock intentó abrir los ojos pero el sonido ensordecedor de la ambulancia, el detestable zumbido, el golpe en la cabeza y el estado en el que estaba fueron demasiado y se desmayó.

Despertó en el hospital, con un fuerte dolor en todo el cuerpo, sobre todo en la frente. El olor a desinfectante era insoportable y deseaba poder administrarse una dosis casi mortal de morfina. Abrió los ojos pero no podía ver absolutamente nada, esperaba que fuera una ceguera momentánea o su vida completa estaría arruinada. Buscó a tientas el botón para llamar a una enfermera o quien fuera, y justo antes de presionarlo, alcanzó a escuchar la voz del inspector Lestrade.

-...mal. No hemos sabido nada de él desde el accidente. Creí que estaría aquí por Mary y por su hija

-¿Y la bebé... está bien?- era la voz de Molly Hooper

-Al parecer sí, el mayor daño lo sufrió Mary

-Oh por Dios...- la voz de Molly se quebró

-Hemos rastreado a John Watson, pero parece que se lo hubiera tragado la tierra

-Entonces él iba en el auto que se estrelló

-Más que eso, Molly... él iba conduciéndolo

¿Conduciendo?-Pensó Sherlock- ¿Se había accidentado a propósito sin importarle su familia? ¿Estaba actuando por voluntad propia? O ¿Había sido amenazado? La última vez que lo vi no parecía ser manipulado, más bien actuaba conscientemente. Él quería matarme.

Holmes estaba moribundo en la cama del hospital, y su desesperación era incontrolable, sin embargo el accidente había dejado a su cuerpo delicado y no podía ver, ni hablar. Los presentes en la habitación notaron como Sherlock temblaba y lanzaba gemidos desesperados con la mirada perdida en un rincón del espacio invisible para ellos.

-Sherlock, tranquilízate, estamos contigo- dijo Molly tomándole la mano, el paciente se encontraba en medio de la crisis- ¡Sherlock está todo bien!- continuó Molly con un tono más enérgico al ver que el estado del detective solo empeoraba con sus palabras- Discúlpame, pero es lo mejor para ti- Molly tomó una sustancia que introdujo en el suero, Sherlock comenzó a dejar de luchar, mientras quedaba dormido y escuchaba cada vez más lejos las voces.

-Mírate- se oyó una voz en la penumbra de la madrugada- dijiste que estabas listo. Eres decepcionante.

Sherlock abrió los ojos de súbito y se sobresaltó en la cama del hospital.

-Ni siquiera puedes verme, eso lo hará más divertido ¿No crees? Sigue durmiendo Sherlock, sigue, mañana te prometo será el mejor día de nuestras vidas, nos divertiremos como nunca antes.

Trató de no dormir de nuevo, lo intentó con todas sus fuerzas, pero los efectos de la droga, del fuerte golpe en la cabeza y de los tranquilizantes que le habían suministrado fueron demasiado para él. Se durmió con el recuerdo de esa voz... no lograba reconocerla, habían sido murmullos y no podía pensar con claridad.

No despertó sino hasta mucho tiempo después, pasaba de mediodía y parecía que estaba completamente solo. Seguía sin poder ver nada y eso lo inquietaba demasiado.

-Sherlock- escuchó que murmuraban y apenas intentó incorporarse, una mano se colocó sobre sus labios para que no pudiera hablar. Trató de moverse y solo entonces se dio cuenta de que estaba sujeto a la cama -shh... tranquilo, no sirve de nada pelear. Interesante Watson ¿no es así? vaya que se le complicaron las cosas por traerte aquí. Tal vez mi juego fue demasiado para ti.

Holmes sacudió la cabeza con violencia, intentando liberarse de la mano que lo sujetaba, pero sólo consiguió marearse y que el dolor regresara.

-¿De verdad estás tan desesperado por saber quién soy?- el extraño se aclaró la garganta -como si no lo supieras ya, Sherlock.

Moriarty. La maldita voz burlona de Jim Moriarty martillando su cerebro casi tan fuerte como el dolor por el golpe.

-¿Qué quieres?- preguntó en cuanto su némesis lo soltó -¿qué les paso a John y a Mary?

-Increíble que sigas preocupándote por Watson- le dijo con esa voz aguda e insoportable que solía hacer.

-Yo no me preocupo por nadie

-¿No? En fin, no estoy aquí para saber eso. Estás en un estado deplorable, das vergüenza, pero creo que aún sirves para algo, ¿verdad? El juego ha comenzado, Sherlock... y tendrás que jugarlo a ciegas

¿Cómo había sabido Moriarty desde la noche anterior que no podía verlo? ¿Desde qué momento el "juego" estaba planeado y desde qué momento era una improvisación? No podía negar que, a pesar del malestar, la ira y el desprecio que sentía por Jim, la sangre le hervía, se moría de ganas por comenzar.

Sonrió con ironía mientras intentaba percibir con el tacto todo lo posible en cuanto a las ataduras y con el olfato todo lo que pudiera resultar extraño o incongruente en esa habitación.

-De acuerdo... que comience entonces.

-Muy bien, porque este juego será el mejor. Esta vez si te mataré, o no sé, espero que resistas hasta llegar al final. Eres un patético ciego adolorido pero espero que aun haya un poco de la esencia del detective fenómeno que sabe todo sobre los demás.

-Adelante- Sherlock permaneció impasible -estoy listo y serás tú quien morirá esta vez

-De acuerdo, Sherlock, si así lo quieres- Jim sonrió -te diré lo que haremos, si logras desatarte y hacer una deducción de las pistas que ya te di, comenzaremos el juego.

El Soldado MentirosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora