Capítulo extra: Familia, segunda parte.

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—¿Has visto a Sarah? —la voz de Fien sonaba ansiosa. Hace meses que no tenia noticias de su hija, así que era normal.

—Si. Me la encontré no hace mucho. Pero contestenme, ¿porque ninguno me lo dijo?

—Primero pasa, estábamos a punto de cenar y me gustaría que nos acompañarás —le dijo Kein, el hombre mayor, haciéndose a un lado para dejarla pasar.

—¿E-estas seguro? —pregunto ella, dudando en el umbral de la puerta—. ¿No habrá problemas? ¿Esta ella aquí?

—No. Y que tú vinieras jamas supuso un problema, mucho menos para ella.

El semblante de Kein se oscureció. Nierya entendió lo que pasaba al verlo y sintió un poco de su dolor, pero no dijo nada, solo lo siguió por el corredor. Mientras caminaban vio la pintura de una mujer colocada sobre un pequeño altar y se detuvo para observarla. Recordaba a esa mujer de joven. El tiempo pasaba inminente.

—Paso hace dos años —le respondió Kein a la pregunta que ella no se atrevió a formular—. Se fue en paz, sonriendo, estuvimos casados mas de cuarenta años y fuimos felices todo ese tiempo.

"Ella siempre me pregunto porque nunca venias cuando estaba en casa, también quería verte, te extrañaba. Nierya, ella no te odiaba, te consideró siempre su amiga, hasta el final.

—L-lo siento —murmuro Nierya mientras las lágrimas comenzaban a empañar su rostro, ella también la había querido, pero tenia miedo de verla. Y ahora nunca podría hablar con ella.

—La razón por la que no te dijimos de Sarah ni a ella de ti es esta —Kein se acerco al altar y saco una pequeña caja de debajo del altar—. Ella quería que se la dieras en su dieciseisavo cumpleaños.

Kein abrió la caja. Dentro había un collar de oro con un relicario, en donde se podía apreciar un escudo familiar: Un ave blanca volando sobre un lago.

—A ambas se los diríamos en ese día, sabíamos que si te decíamos antes no esperarías para conocerla, no con lo impulsiva que eres. También era un castigo para ti, por no venirnos a visitar en tanto tiempo.

Nierya tomo la caja de madera. Conocía ese relicario, era el que su padre le dio el día que salio de la isla y que después cedió a Kein para que el se lo diera a su hijo.

—Asumo que hiciste algo para volverla ver, ¿no es cierto? Como pedirle ser tu aprendiz.

—Eh... Yo...

—¿Que? ¡No, eso no! —murmuro Fien, pero ninguno de los dos le hizo caso.

—Lo sabía —Kein río con regocijo—. Daselo entonces cuando la veas, se que no esperaras. Ella ya sabe que su verdadera abuela se lo dará, así que te reconocerá de inmediato.

—Estoy feliz de hallas venido, mama, pero por favor, dime, ¿donde viste a Sarah? ¿Estaba bien? ¿Lucia saludable?

—¿Quien era? —en ese momento una mujer entro a la habitación desde la cocina, tenia el pelo castaño atado en un moño y al ver a Nierya se congelo—. Mama Nierya, es-es un milagro.

La ultima vez que Lisandra vio a la madre de su esposo, fue cuando nació su segundo hijo. Conocía mucho sobre ella, así que se sorprendió que un personaje tan famoso fuera familia del hombre que con el que se caso y aun le costaba creerlo.

—-Hola Liz, veo que estas bi...

—¡Lizy! ¡Mama dice que vio a Sarah!

—¡¿En serio?! —Lisandra se acerco a Nierya y la tomo bruscamente de los hombros—. ¡¿Donde esta?! ¡¿Que esta haciendo?! ¡¿Estaba saludable?! ¡¿En serio estaba con ese tipo?!

Theria: Historias ExtraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora