CAPITULO 11 "MIEDO"

357 28 2
                                    

Había pasado ya una semana desde que le dieron de alta y estaba siendo cuidado por Ludwig quien desde que salió del hospital actuaba de manera diferente, siendo servicial con él. No le desagradaba nada y por el contrario tenía miedo de acostumbrarse a ello. Su familia había salido de viaje de negocios, por lo que no pudo reunirlos para contarles la verdad de Ludwig y él, aunque aquello no era problema, ya que había pasado la prueba y sus padres lo habían aceptado, ahora lo que le acomplejaba era la actitud nueva de Beilsmichdt que, además de lo amable que estaba siendo, últimamente era muy cariñoso, le hacía "regalitos" como si estuviera tratando de "conquistarlo", y aun no lograba hallar respuesta a ese beso inesperado en el cuarto de hospital, un beso innecesario pero que había causado un pequeño revuelo en su cabeza, el cual no lograba calmar. Siempre intentaba preguntarle el porqué de aquel beso fugaz, pero cada que iba acercándose a ese tema el otro cambiaba la plática. Por esa razón no había logrado responder a su duda, ¿por qué Ludwig le había besado?, ¿por qué le causaba nervios saber la verdad?, ¿por qué ahora pensaba en ese beso?, tantos le habían dado antes, incluso Ludwig cuando se acostaron por primera vez, ¿por qué estaba imaginando otro encuentro?, estaba ya enloqueciendo, se recostó en un lado del sillón y miró al suelo, no quería pensar que, quizás, estuviera enamorándose del papá de su hijo, apretó con fuerza el sofá, no podía ser cierto, debía haber una explicación lógica, mucho convivio entre ellos, la espera de su hijo, los momentos divertidos juntos y la razón de vida que compartían, sin contar que Ludwig era un hombre muy guapo que le gustaba su físico demasiado ya que por algo se había encamado con él.

De pronto fue sacado de sus pensamientos por el otro, quien se había acercado con un tazón de frutas y jugo, se las había dejado en la mesa de su pequeña sala, preguntándole si se sentía bien, esos detalles, no podía evitar no verlos, era ahora o nunca, debía preguntarle por qué le había besado en el hospital.

-¿En qué estás pensando Alfred?, sabes que no debes acomplejarte, te he notado últimamente muy pensativo, ¿hay algo que te preocupe?- se sentó a su lado acariciándole la melena.

-En nada, no es nada importante, solo hay una cosa de la que tengo duda- tomo el tazón junto con el cubierto y empezó a comer.

-¿Puedo saber qué es?, quizás podría solucionarlo. De hecho hay algo que no te contado, hace una semana le dije a una vecina que fuera a mi casa a limpiar y ordenar mis cosas, pues no había podido hacerlo desde que te pusiste mal, ella logro hacer un espacio en mi casa, uno pequeño, entonces pensé en pintarlo, podría ahí el bebé quedarse, entonces compre madera, casi no se me da la carpintería- dijo nervioso- Le haré una cuna de madera-

Alfred no dejaba de sorprenderse por las cosas que hacía y decía ese hombre, tanta importancia le daba al pequeño que se formaba en su vientre, mismo que no había sido planeado, se quedó con la boca abierta y torpemente asintió.

-Está bien…, el bebé querrá quedarse contigo, eso creo- regreso el tazón a la mesa y se tocó las mejillas las cuales sentía que estaban calientes.

-También puedes tu quedarte, mi habitación es pequeña pero tengo una cama grande- comento en voz baja.

-¿Estas proponiéndome vivir contigo?-

-No, bueno si, bueno no, tsk… joder, es… es que el bebé necesitara de su madre, no puedes dejarlo solo, por ello decía que era más practico que te quedaras también en mi casa- tenia las mejillas sutilmente ruborizadas.

-Ya… ya veo, mmm- ladeo su vista a otro lado, no quedaba duda, Ludwig sentía algo por él, no sabía qué, pero había algo -¿Puedo hacerte una pregunta?-

Ludwig ruborizado por haber sido algo obvio en lo que quería, se rascó la cabeza y asintió –Claro…-

-El día que me hospitalizaron cuando me desmaye, tú…tú me besaste, mmm, ¿Por qué me besaste?-

INEVITABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora