XI

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— No pienso permitir que se roben a mi amiga. — Wonho sonaba como un pequeño niño teniendo una rabieta. — La conozco mejor que ustedes. Solo yo puedo cuidarla. — Casi se le escapaba un puchero.

— Creo que yo podría ofrecerte un lugar cómodo hasta que tengas tus llaves de nuevo. — Hyungwon afirmó con voz dulce, sumándose a la apuesta, mirándola fijo. — Tengo lugar extra, una habitación vacía donde puedes dormir. Tendrías tu cama. Además, los atacados deberíamos estar cuidándonos mutuamente.

— ¿¡Estas diciendo que yo no tengo lugar en mi casa?!. — Kihyun estaba tan alterado con todo que, ante lo mínimo, estallaba de fastidio. — Su casa esta frente a la mía. Le conviene para buscar un cerrajero y todo. Estaría cuidada por dos personas.

El grupete caminaba por los pasillos del hospital, dispuestos a irse. Estaban buscando la recepción que daba a la salida. Wonho había tomado la mano de su amiga, queriendo transmitirle contención. No pudo evitar notar como los otros dos miraron de mala forma a sus manos unidas.

Eyra estaba inusualmente callada. Se sentía ida. No podía evitar pensar en lo ocurrido. Por un momento llegó a creer que fue obra de Cho. Pero por lo que había notado de aquella joven, si le hubiera querido hacerle daño, no la hubieran atacado unos borrachos en mala forma. Seguramente hubieran sido gente capacitada y probablemente ella ni siquiera estaría en el hospital en este momento.

Trago saliva ante lo que su mente imaginaba.

En algún momento había detenido su caminata sin notarlo. Una mano se sacudió frente a sus ojos.

— Eyra, Eyra, ¡Eh, Eyra!. — Los ojos de Hyungwon la miraban preocupado unos cuantos centímetros arriba. Respondió su mirada con asombro y vergüenza. No quería seguir preocupando a nadie. Los dedos largos de él se apoyaron en su hombro. — Antes de que nos abandonaras mentalmente, te estaba preguntando, ¿qué es lo que quieres hacer?.

Recobraron su andar.

— Ah, yo...— Recorrió con la mirada a los tres muchachos. — Aunque mi primer instinto es correr hacia Wonho, creo Kihyun tiene un punto muy válido. Así podría agarrar mis cosas más rápido. Necesito mi ropa y eso... — Sus ojos se posaron en el muchacho más alto. — Pero no quiero que te quedes solo. No luego de lo que hiciste por mi.

— Ok, tengo una idea. Aunque me sienta traicionado. — Wonho le dedicó una sonrisa juguetona en un intento de humor. — Yo cuido de Hyungwon. Nos iremos juntos, y tu te vas con Kihyun. — Clavó su mirada en Hyungwon. — Déjame cuidarte. Quiero agradecerte de alguna forma por lo que hiciste por mi amiga.

Llegando a la salida, mientras hablaban de buscar taxis para volver, vislumbraron en la recepción una cara conocida.

— ¡Eh, Shownu!. — Kihyun buscó llamar su atención a pocos metros de él. Claramente sorprendido.

Eyra abrió apenas su boca con sorpresa y dio un paso hacia él.

Él estaba apoyado en la mesada de la recepcionista, con una capa notable de sudor en su frente y parecía agitado. Estaba discutiendo con la mujer sentada del otro lado del mueble.

Alzó la vista al escuchar su nombre y solo pudo ver a una persona. Dio unas grandes zancadas y en silencio agarró a Eyra y la estrechó en sus brazos. Escondiendo la cabeza en su cuello. Sus brazos fuertes la tenían inmovilizada. Sintió como si su mente y cuerpo volvieran a unirse.

Correspondió a su abrazo en silencio, cerrando los ojos.

Se quedaron así, hablándose con el cuerpo durante unos segundos hasta que una tos falsa los interrumpió.

AMOR LIBRE | Shownu (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora