6. Amigos

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Narra Danielle.

Después de bañarme y cambiar mi ropa, me dirigí al comedor con rapidez ya que moría de hambre. Sin embargo por el camino algo capto mi atención, el campamento estaba mucho más lleno que de costumbre.
Sin darle muchas vueltas al asunto tome mi comida y me dirigí a mi mesa.

Vi a Drew haciéndome señas desde una punta de la mesa.
—Oh cariño por aquí.—

Me acerqué con un una sonrisa y me senté a su lado al igual que lo llevaba haciendo desde que llegue.

—Hola.— dije con una sonrisa a las chicas.

—No sabíamos que regresabas hoy Cielo.— la chica picaba su ensalada con un tenedor.

—Yo tampoco.— solté y comencé a comer mis panqueques.

—Tiffany eres muy obvia.— soltó Valentina. —Lo devoras con la mirada.—

—Obvio no.— dijo Tiffany y tomó su vaso con agua rápidamente.

—¿Un chico?— pregunté y me giré en busca del susodicho, y efectivamente era un chico de camiseta morada. —¿Quién es? No lo había visto antes.—

—Es uno del campamento romano, hijo de Marte.— masculló con una sonrisa burlona Valentina.

—¿Romano?—

—Ellos están aquí cariño, vinieron un grupo de visita.— dijo Drew sin darle importancia.

—Deberías de hablarle.— solté con decisión.

—¡Pago por ver a un hijo de Marte con el corazón roto!— dijo Valentina riendo.

—Eso es muy difícil.— Tiffany soltó un suspiro.

¿Corazón roto?

—Claro que no cielo, los hijos de Marte son fáciles de engatusar.— dijo Drew con una sonrisa. —Un par de cumplidos, unas cuántas sonrisa y listo.—

—Bueno...— Tiffany terminó su emparedado y tomó una menta de su bolsillo —No pierdo nada con intentar.— dijo para finalmente levantarse y dirigirse al chico.

—¿Por qué querrías ver a alguien con el corazón roto?— pregunté a Valentina quien me miró confundida.

—Somos hijas de Afrodita.— soltó con obviedad —Es lo que hacemos, al igual que nuestra madre, así nos parecemos mas a ella.—

Es broma ¿No?

—Mira Dan, debemos de honrar a nuestra madre, el amor no siempre es miel sobre hojuelas.— la chica me miró con seriedad.

—Esa cara significa que no has hecho tú rito de paso.— soltó Valentina mirándome raro —No le has roto el corazón a nadie...—

—Yo no...— mire a Drew quien me miraba al igual que Valentina.

—Eso te podría hacer fracasar en tu misión, necesitas ser una digna hija de Afrodita.—

—Cariño...— masculló Drew y Valentina se calló.

—Jamás le rompería el corazón a nadie a propósito, eso es horrible.— sentía el enojo invadirme, no podía evitar pensar en mi padre.

Comencé a comer mis panqueques en silencio, si era verdad lo que decía Valentina, eso quería decir que ella lo hizo a propósito, ella rompió el corazón de papá y él por eso ahora me odia... Mi vista se puso borrosa, sentía lágrimas acumularse en mis ojos.
Levante la miraba y vi a Nico de espaldas, hasta que él sin previo aviso se giró chocando miradas. Me giré con rapidez, no quería que me viera así.

Hija de Afrodita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora