Maratón 1/3
—Señorita… necesitamos que trate de recordar, ¿Cómo eran los hombres que los atacaron?— Preguntó el detective Nicolas una vez más. Ella suspiró y se quedó callada unos instantes.
—No lo sé… no recuerdo— Quiso hablar, tenía inmensas ganas de hacerlo, pero no podía… no. —Lo… juro—.
El detective suspiró y salió de la oficina. No había conseguido ni un solo dato de ellos.
Una lágrima rodó por la mejilla de _____, le dolía tanto tener que hacer esto. Pero no tenía alternativas. Se sobresaltó al oír a alguien entrar. Era Louis, con vendas en ambas piernas y muletas.
—¡Louis!— Dijo sorprendida, se levantó y lo abrazó con mucho cuidado. Él sonrió amargamente.
—¿Cómo estás, linda?— Preguntó.
—¡YO BIEN! ¿Cómo estás tu…?— Dijo triste. Él se sentó en uno de los asientos y ella igual.
—Bien, tranquila. Pero Harry… él sigue en el hospital. ¿Quieres… ir a verlo?— Dijo suspirando. Ella sintió esas inmensas ganas de llorar de nuevo.
—Si… ¡POR SUPUESTO!— La voz se le entrecortó. —Pero… él… él nos amenazó… él lo hará… matará a todos— Volvió a llorar, le era imposible soportar todo esto. Harry la abrazó a como pudo, con fuerza y animándola.
—Tranquila… losé. Losé, mierda— La abrazó con más fuerza. —Nosé que haremos… si vamos a la policía, los atraparán, pero de cualquier forma se vengarán. Son unos cabrones, conozco a su bando. Jamás nos dejarían empaz… muchos morirían, maldita sea. Pero debe haber algo que podamos hacer…— Agachó la cabeza, tratando de pensar en algo bueno, pero nada… nada se podía hacer.
—Louis… dejaré a Harry— Pronunció ella tratando de no quebrarse de nuevo. Él entreabrió la boca sorprendido.
—¿Qué? ¡NO! No te des por vencida, _____… ¡TENEMOS QUE HAYAR LA FORMA!— Gritó desesperado. Ella limpió sus lágrimas que no la abandonaban.
—¡NO HAY FORMAS! ¿ENTIENDES? ¡NO LAS HAY! Dejaré a Harry… sólo así nos salvaremos todos. Lo siento Louis, ya tomé mi decisión y tu no me lo impedirás— Se levantó de la silla y salió de la oficina, con el corazón hecho pedazos… su alma sola y triste. Pero ella sólo quería que todo acabara, no podía seguir con esto. Limpió una vez más sus silenciosas lágrimas y se dirigió al hospital donde Harry estaría.
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Entró a la habitación silenciosamente y lo vió… acostado, durmiendo. Con vendas en varios lugares del rostro, moretones y fuertes golpes. Sintió una apuñalada en el corazón al verlo así… su pecho subía y bajaba con lentitud. Se acercó a él y contuvo la respiración. Sus lágrimas volvieron a caer sin piedad. Lo tomó de la mano con delicadeza y suavidad, esperando que no despertara. Harry no emitió ningún movimiento.
—Harry…— Susurró en voz muy baja, para evitar despertarlo. Pero él abrió los ojos de golpe. Ella lo soltó inmediatamente.
—_____… ¡Eres tú!— Dijo tratando de sonreír, aunque las heridas se lo impedían. Ella sintió esa apuñalada por mil veces más.
—Si… ¿Cómo estás Harry?— Trató de fingir su dolor.
—Recuperándome… ¿Porqué lloras cariño? ¡Todo estará bien! Me voy a vengar de esos malditos… ¿Te hicieron daño? Porque si es así, los mataré… verás, no quedará ni un rastr…— Ella lo calló con un beso. Un frágil y dulce beso… el último beso que le daría. Lo disfrutó… aunque no podía, el nudo en la garganta la asfixiaba, la estaba matando poco a poco, pedazo por pedazo. Harry empezó a mover sus labios al ritmo de ella, sin soltarla, humedeciendo sus labios… moviéndolos al unísono. La tomó del cuello para pegarla más a su boca, haciéndola sentirse en el cielo, sentir que todo desaparecía alrededor. Uniéndose una vez más en la perfección, en la comodidad… en amor. Ese amor que Harry no sabía, acabaría en ese instante.
Con todo el dolor matándola, se separó de los labios de su amado Harry… su chico rudo en motocicleta, ese que la volvía completamente loca, que la enamoraba cada día más.
—Te amo— Pronunció Harry sonriéndole. Esa fue la gota que derramó el vaso… _____ se sintió completamente destrozada, se desvanecería en cualquier momento. Estaba deshecha… no podía respirar. El corazón ya no quería responderle… Harry acababa de decirle ‘te amo’. Empezó a llorar y lo abrazó con fuerza, con todas sus ganas, apretándolo inmensamente hacia ella, le dolió… le dolió en lo más profundo. No podía dejarlo… ¿Cómo demonios lo abandonaría? Pero lamentablemente… tenía que hacerlo. Harry no entendió el porqué de su reacción.
—Harry…— Su llanto no se controlaba. —Esto… esto no puede seguir— Dejó de abrazarlo y se alejó de la camilla, con todo el dolor encima. —Yo no te amo, amo a alguien más… debes saberlo, va en mi universidad, se llama Matt. Lo siento, nunca fuíste lo suficiente para mí. Gracias por todo… por todo… pero esto termina aquí— Definitivamente no había nada más difícil en toda su vida que eso.
—¿Qué? ¿Qué…? No juegues…— Harry estaba en shock. —Te amo, ¿Cómo que tu a mi no? ¡Me lo has demostrado! No te creo lo de Matt… esto debe ser una broma, tú no puedes abandonarme porque yo te amo, te amo con todo mi corazón _____ O’Donnell, eres el amor de mi vida, sólo quiero estar contigo y tú lo sabes, te amo, te amo y te amo— Harry estaba a punto de quebrarse, los ojos se le inundaron de lagrimas. Ella tomó aire, no podía hablar. No podía responder a todas esas palabras tan perfectas… palabras que la destrozaban más. Ella sentía lo mismo, lo amaba, lo amaba pero jamás se lo había dicho, y ahora… nunca lo haría.
—¡YA! ¡BASTA! ¡CÁLLATE!— Gritó ella desesperada. —Yo no te amo, no debí jugar así contigo… las cosas no debieron avanzar tanto, nos engañamos los dos. Lo siento… espero puedas perdonarme algún día, de verdad… esto no debió salir así, lo siento, hago lo mejor para los dos… créemelo, un día lo entenderás. Adiós Harry… hasta siempre— Se dio la vuelta envuelta en lágrimas y dolor, apenas iba a abrir la puerta cuando sintió dos fuertes manos tomarla de la cintura y pegarla a su pecho… al pecho de Harry. Si, se había levantado de la camilla, débil pero lo había hecho. Se había quitado el suero y todo lo que tenía encima. Por ella. La tomó de una mano y la pegó directo al corazón de Harry.
—¿Sientes esto?— La hizo que tocara su pecho, sus fuertes latidos se sentían, el corazón le palpitaba a una aceleración impresionante. —Es mi corazón que te ama y no te dejará ir— Las lágrimas empezaron a caer en el rostro dolido de Harry, la tomó una vez más, con ambas manos del rostro, la pegó a su frente con ternura, mirándola fijamente… mirándola con desesperación y miedo a perderla de verdad.
—Dime que esto es mentira cariño… dime que me amas, por favor, dímelo— Pidió Harry ahora quebrado en llanto. No soportaba esto, tenía que ser producto de una pesadilla. Ella lloró aún más, pero trató de calmar su llanto. —¡Mírame a los ojos y dímelo! Solo así te creeré… sólo así te dejaré en paz para siempre— Rogó Harry. Ella se fijó en sus ojos. Sus miradas se encontraron… un choque de miradas que provocó que ambos sintieran un dolor en su pecho… un revoloteo en su estómago. Una mirada que se hacía una sola. Ojos grises de ella, ojos miel de él. Pero ambas miradas estaban tristes… inundadas por lágrimas, lágrimas que los estaban matando a cada segundo. Harry tuvo la última esperanza de escucharla decir un ‘te amo’, el primero… y su mirada pudo decirlo todo, claramente ella lo amaba, ella lo amaba tanto como él. No se lo negaría… o más bien, le rogó a Dios que no, pero al parecer, éste no escuchó sus plegarias.
—Yo no te amo Harry… lo siento…— Se zafó de él y salió corriendo de ahí.
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Harry caminó rápidamente hasta la salida del hospital, pero al llegar a las puertas de entrada, el detective Nicolas se puso frente a él.
—No tan rápido, Styles. Tenemos mucho que hablar— Lo detuvo con el brazo y lo esposó de ambas manos, Harry se quejó. —Acompáñame joven—.
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—No preguntes, sólo abrázame— Pidió _____ sin soltar a Caitlin. Ella la apretó más, no entendía que pasaba pero estaba asustándose.
—¡POR EL AMOR DE DIOS, _____! ¡DIME QUE TE PASA, ESTÁS ASUSTÁNDOME!— Gritó Caitlin desesperada, necesitaba respuestas. La separó de su cuerpo y la miró, se sorprendió al ver sus ojos hinchados… parecía que tenía horas llorando.
—Yo… Harry…— Ni siquiera tenía fuerzas para hablar. —Dejé a Harry…—.
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—Así que tienes suerte, no irás a la cárcel. Pero si Liam hubiera muerto, no podría decirte lo mismo. Espero que hayas aprendido una lección de esto hijo— Advirtió Nicolas. Harry agachó la cabeza.
—¿Ya me puede quitar estas jodidas esposas?— Pidió. El detective suspiró y lo despojó de ellas. Harry se puso de pié dispuesto a irse de aquella oficina pero el detective se puso frente a él.
—Ahora… ¿Quién te golpeó de esa manera?— Preguntó.
—Nosé, no tengo la menor idea. Me golpearon por detrás y no recuerdo nada, ni una puta mierda. ¿Ya me puedo largar?— Dijo enojado, pero más que enojado, estaba triste. Pero no quería parecerlo.
—Oye, oye, oye… calma tu actitud. ¿Qué te pasa? Dímelo, yo te puedo apoyar, pero si me hab…— Harry lo interrumpió.
—¡NADA! Nada me pasa, estoy perfectamente bien. ¿Si?— Gritó. Nicolas se sobresaltó, no dijo nada, simplemente sacó una tarjeta de su bolsillo y se la entregó a Harry.
—Es mi número… si necesitas hablar o ayuda, lo que sea, llámame. Ya te puedes retirar— Abrió la puerta para dejar pasar a Harry. Él simplemente tomó la tarjeta y se la guardó. Salió lo más rápido que pudo de ahí y se dirigió a su departamento. Al llegar, Louis estaba parado justo en la puerta, esperándolo.
—¿Qué haces tú aquí?— Preguntó Harry acercándose lentamente a Louis. Se percató de que traía muletas y estaba vendado de ambas piernas.
—Tengo que hablar contigo…— Pronunció el. Harry lo ignoró y abrió la puerta de su departamento, cerrándole la puerta en la cara. —¡ES SOBRE _____!— Gritó Louis desde afuera. Harry se detuvo en seco, se giró y abrió.
—Por favor, déjame pasar— Pidió Louis. Harry sintió ese nudo de nuevo, así que le dio el pase a Louis. Tenía que oírlo y dejar atrás su orgullo.
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Caitlin observó a su lado, _____ ya se había quedado dormida. Sintió horrible en su pecho, ver a su mejor amiga tan dolida… simplemente era lo peor para ella. Pero la entendía, la entendía a la perfección. Ella estaba haciendo lo mejor para todos, estaban corriendo un peligro enorme y no había salidas. Habían estado viendo una película de comedia, pero ni eso la hacía sonreír. Ahora más que nunca, Caitlin no dejaría sola a su amiga.
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—¿Ahora entiendes?— Finalizó Louis. Harry estaba a punto de quebrarse.
—Maldita sea… gracias a ti no entré a la puta cárcel. Gracias Louis… gracias, joder, gracias. Perdón por todo, soy un idiota— Se levantó de la silla y lo abrazó con fuerza, un abrazo que más que agradecer, lo necesitaba. Necesitaba un abrazo de un amigo urgentemente.
—Cálmate, de nada. Y no pidas perdón, viejo— Le estrechó la mano, en señal de reconciliación, pero al instante, notó como los ojos de su mejor amigo se acuaban.
—Ahora… ahora háblame de _____… te lo suplico— Dijo Harry conteniendo las lágrimas. Louis suspiró profundo, ahora tenía que formular bien lo que le diría.
—Te ha dejado por Matt… efectivamente. Ella no quiso lastimarte, ella habló conmigo…— Se detuvo, ¡LE ESTABA MINTIENDO A SU MEJOR AMIGO! Valla que se estaba arrepintiendo demasiado… pero si le decía la verdad, Harry era capaz de descuartizarlos, nadie podría controlarlo. —Y me dijo que no debió llegar tan lejos todo. Fue pasajero… pero…Harry, ella no es la única… no te aferres a ella…— Vió a Harry y este limpió una silenciosa lágrima, Louis se sintió como la peor persona del mundo, pero tenía un acuerdo con ella, no le dirían a nadie más la verdad, sólo Caitlin, _____ y él lo sabrían.
—Ya… está bien… no necesito más— Se agachó y empezó a sollozar. Louis sólo pudo darle palmadas en la espalda. —Pero la amo… mierda Louis, la amo tanto—.
—Losé amigo… por eso debes dejarla ir— Finalizó.
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