Capítulo 1.

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Un destello de luz directo al rostro, lo despertó. Abrió los ojos y los talló. El reloj marcaba las 6:14am. «Mierda, nunca puedo dormir» pensó en sus adentros. Se levantó y se dirigió al baño, abrió el grifo y se lavó la cara. Al verse al espejo, recordó la causa de esa herida en su labio. Liam. «Esto no se quedará así». Los recuerdos de la noche anterior lo invadían. La herida en el labio no era nada comparado con lo que pudo haber pasado, y pasaría. Lamentablemente la pelea no pudo ser terminada, apenas comenzaba.

Salió del baño y su teléfono marcaba 2 llamadas pendientes. Activó la contestadora.

—Hola hijo, habla tu madre. No te olvides de la cena este sábado. Es muy importante para tu hermana, no faltes por favor. Te quiero—. 

Era la dulce pero irritante voz de su madre. Siempre recordándole lo que tenía que hacer. El sabía perfectamente lo del ensayo para la boda de su hermana, no necesitaba que se lo recordaran cada 5 minutos.

Presionó 1 para escuchar el siguiente mensaje.

—¿Harry? ¿Estás ahí? ¡Mierda, contesta! te fuíste sin decir una palabra ayer. Me dejaste preocupada, estoy harta de tu actitud tan rebelde. ¿Sábes? aveces siento que no te importo en lo más mínimo. Espero que hablemos pronto... no sé que más decir. Adiós—. 

Era Allison. Harry sintió coraje. Ella se dedicaba a reclamarle todo. Pero claro, en parte tenía razón al hacerlo, era su novia. Quizá si había metido la pata la noche anterior, pero el odio que sentía hacia Liam, no lo dejó controlarse. Amber era su hermana y lo que Liam le había hecho, no tenía perdón. Y ese día, Harry se vengaría de una vez por todas.

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El despertador la sobresaltó. Su respiración agitada disminuyó al ver la hora. 8:00am. No tenía alternativas, ya era 1 hora tarde como para irse a la universidad. Además no tenía tiempo para eso. 

Algo mareada se levantó de la cama. Se duchó y se arregló ligeramente. Abrió la cortina de la ventana, la ciudad de Filadelfia parecía soleada. Se puso un vestido corto y se dejó su larga cabellera suelta. Salió de la habitación y no esperó por Caitlin, su amiga. No le diría una sóla palabra de lo que haría ese día. Pero mientras pensaba en que le inventaría a su compañera de casa, ésta salió de su cuarto. 

—¿Se puede saber por qué no fuíste a la universidad, ____________?— Preguntó acomodándose el cabello con una coleta. 

—Me levanté tarde. Tengo que salir Cait, no me esperes hoy, volveré tarde— Aclaró ella. 

—¿A donde? digo, si se puede saber—.

—No te preocupes, tengo prisa. Te llamo alrato— 

Tomó su bolso y salió de ahi, dejando a su mejor amiga con la palabra en la boca. 

Pero no necesitaba decirle lo que haría, o más bien, no debía. Simplemente iría a despejar su mente, para luego, ir por el... Zac. Ese chico que la estaba matando... que le había roto el corazón en pedacitos, que le había quitado a sus amigos, a su familia, a su propia vida. Pero ya no más, porque ese Martes, la venganza estaba presente. Y no se daría para atrás.

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_______________ subió a su auto. Empezó a conducir, hasta llegar a un Starbucks. Necesitaba tomar café, eso le ayudaría a analizar lo que estaba a punto de hacer.

Harry tomó su chaqueta negra, junto con las llaves de su 'Ducati', y cerró con fuerza la puerta de su departamento. 

Bajó al primer piso de aquél edificio, directo al estacionamiento. Encendió su motocicleta y se puso en marcha. No había nada que pudiera distraerlo de su objetivo del día. Vengarse de Liam. Antes hizo una parada en un local, compró un red-bull y le dió un sorbo. 

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—Un café clásico, por favor— Pidió ella —Me lo preparas, ya sabes mi gusto, Bruce— Dijo sonriente. 

—Losé, buen día ________, ¿No has ido a la universidad hoy?— Preguntó el señor Bruce, un amigo por años de ________. 

—No, no me a dado tiempo. Tengo cosas más importantes que hacer— Aclaró ella. Éste prefirió no preguntar más, le regaló una sonrisa e instantes después le entregó su café. 

—Gracias, aquí tienes— Le pagó.

—Dios te bendiga, señorita— Como siempre, la bendecía. Era un gran hombre, casi el único que la apreciaba. 

—Igual a tí, hasta luego— Salió de la tienda para sentarse en una pequeña mesa al frente. El aire soplaba fuerte alrededor. Bebió con lentitud el café, llegándose a quemar un poco. Dió un fuerte suspiro, tratándo de relajarse. Lo necesitaba. El último mes había sido el peor de todos. Ya no soportaba tanto dolor en su corazón, la única que la apoyaba era Caitlin. 

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«Tú me darás energía hoy» sonrió, mirando su red-bull ya vacío y lo tiró a un bote junto a él. 

Su celular sonó. Vió el identificador y era Amber. 

—Hermana, ¡Hola!— Dijo él alegre por la inesperada llamada.

—Harry, ¿Cómo estás?— Preguntó ella. 

—Bien, pero yo no importo mucho. ¿Cómo estás tú? no sabes lo preocupado que estoy por tí, hermana...—Confesó él.

—Estoy bien, Harry...— Él la interrumpió.

—Mierda, ¡No lo estás y lo sabes! odio que trates de evadir la realidad, ese imbécil te destrozó la puta vida...— Harry ahora se tornaba enojado, tan sólo recordar un poco, lo encendía. 

—¡Hey! fué hace 2 semanas... tengo que superarlo algún día. Y tu también Harry. Él no impedirá que me case con Michael— Dijo ella alzando la voz. 

—¡Pero lo que te hizo no tiene perdón! ¿Entiendes? ¡Te violó Amber! ¿Crees que esto se quedará así? tan solo recordarte tirada en el suelo... en el estado que ese hijo de puta te dejó, ¡Me parte el alma! y soy tu hermano, tengo que hacer algo al respecto— Gritó Harry. 

—¡NO! Harry, te he dicho mil veces que lo dejes así. La ley se encargará de él, por favor Harry, sé el coraje que tienes, pero no quiero que te metas en más problemas. ¡Sólo déjalo ya!— Pidió ella nerviosa. Sabía que Harry era difícil, y cuando se aferraba a algo, no había nadie que lo sacara de ahí. 

—La ley es una mierda. Perdón pero no hay nada que puedas hacer, tengo 20 años, puedo decidir que hacer con mi vida, y que haré con él. Te amo, te veo el Sábado— Se apartó el celular de la oreja, no quería escuchar lo que su hermana le diría. 

«Lo siento Amber, pero Liam pagará por lo que te hizo, hoy mismo». 

Encendió su moto y empezó a conducir por las calles de Filadelfia, esperando sólo el momento adecuado... la noche. 

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Un ruido la sacó de sus pensamientos. ________ alzó la mirada que tenía puesta en su café, y vió una motocicleta pasar con una velocidad rápida, frente a ella. El ruido era increíblemente molesto. A lo lejos aún podía oírse. «A esa velocidad te matarás, idiota» pensó ella. Jamás habían sido de su agrado las motocicletas. Y menos si las conducían de esa manera.

Se volvió a su bebida, hasta terminarla. Se fué a una biblioteca pública de la ciudad. Ahí pasaría el resto de su día leyendo, amaba hacerlo. Hasta llegar la noche, sí, esperaría la hora indicada para ir a casa de Zac... a la enorme fiesta que haría, ahí se cobraría todas. 

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Detuvo su motocicleta en un enorme parque. Tenía muchos árboles, eso lo relajaba. Estaría ahí, no le importaba. En la tarde comería y después perdería el tiempo en cualquier lugar, sólo hasta que el sol se metiera. Ahí era cuando iría a la carrera. La carrera en la que más de 30 hombres participaban. La ansiada carrera de motocicletas, en la que el primero en llegar, es premiado con 5000 dólares. Una buena cantidad, pero a Harry realmente no le importaba eso... el quería ganar, porque Liam estaba en esa carrera. Y cuando ganara, al fín podría quitarle el trono de primer lugar, pero no sólo eso, si no que, le daría la paliza de su vida... hasta tal vez, matarlo. 

Harry no tenía límites. 

La noche se hizo presente en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania. Eran exactamente las 8pm, y esta vez, los planes de ambos estaban a punto de ponerse en marcha.

Kilometros {Harry&Tu}. TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora